Rakan y la oscuridad de un Guardián Estelar. (COMPLETADO)

Capítulo I20I: El monasterio.

Narrador. (1º parte basado en la historia corta "la reuníon de la pijamada")

Miss estaba preocupada por su amiga, esta le mando un mensaje; "no llegaría ya que tenía algo importante que hacer otra vez". La pistolera siente que Ahri está muy rara desde hace días, muy esquiva y pensativa. Al final decidió intentar distraerse en otra cosa, no iba sacar nada con seguir insistiendo que le cuente su secreto, esperara a que ella se abra y se lo diga. Al observar a Lulu quien se atraganta con bollos de canela, se pregunta si fue buena idea venir a esta pijamada nerd, la pequeña se acerca a ella y le da un bollo;

-ella fue a buscar estrellas perdidas- dice lulu.

-¿Quién?- pregunta Miss, pero lulu ignora su consulta y le acerca el juego del papel de estrella de los retos y pregunta.

- Doscientos cuarenta y seis- dice ella.

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Miss. (2º parte basado en el cuento "la estrella del crepúsculo")

Pasaron los días y no hay información de Ahri, le pregunté a los demás, y no saben dónde está, se que ella a veces desaparece y vuelve a los pocos días de una fiesta o de compras en otra ciudad, pero siempre me manda un mensaje de donde estaba o cuando llega, para que no me preocupe. Un mensaje me llega al celular, expectativa lo abro, pero solo es Lux que escribe acerca de un patrullaje que hará su grupo cerca del parque, invitando a nuestro grupo apoyarlas, si es que queríamos.

Ereal no puede ir porque está castigado en detención en la academia escolar, "alguna estupidez hizo con su magia arcana", Soraka está trabajando en la pastelería y panadería de Pantheon, Syndra tiene clases de astronomía en la universidad, solo me queda ir a mí. Podría ignorar la invitación, pero la nostalgia me invade a ver ese caótico grupo de guardianas, se parece mucho al sublime desorden que había en mi primer grupo, un caos lleno de risas, peleas, reconciliaciones y mucha fraternidad.

Recuerdo mi planeta natal, a diferencia de este, en "jonia de agua turbias" existía una constante discordia entre vastaya y humanos, una guerra fría desde los tiempos coloniales donde los vastayas fueron esclavizados y muchas de sus tierras ancestrales fueron usurpadas. La eventual guerra entre humanos y vastaya fue larga y muy sangrienta, las personas con su tecnología, los vastaya con su ventaja física y mágica. Después de la caída de los reinos y la expansión de las primeras repúblicas, nacieron muchos sucesivos tratados de libertad y emancipación de la esclavitud hacia los vastayas y la eventual inclusión en la sociedad.

Vastayas y humanos se mezclaban y convivían juntos por fin, en la sociedad actual se podría pensar qué se acabaron los conflictos, pero los viejos rencores e injusticias no se han superado, todavía existe discriminación, aún hay tierras injustamente tomadas, todavía hay espacios en que la justicia y los derechos no son igualitarios.

Yo crecí con esos viejos resquemores, con esa vieja manera de pensar, al convertirme en guardiana estelar, decidí trabajar en solitario. Mis prejuicios me hacían creer que los vastayas eran bestias ignorantes de las que no se puede confiar, rehuida de tener un grupo así, prefería estar sola. Pero esos tres vastayas siempre me salvaban en el peor momento, sin esperar nada a cambio, de a poco comencé a destruir mi ignorancia, mis viejos resentimientos y me uní a ellos. En ellos encontré una familia, y me llené de buenos recuerdos, me nombraron su líder, y con el tiempo integramos a una nueva y joven guardiana.

Ahora tengo un nuevo grupo, fuerte, ágil y diciplinado pero carente de calidez, llena de secretos y desconfianza. Cuando llegamos a la tierra confiados de nuestra fuerza, con prepotencia veíamos a estas inocentes niñitas jugando hacer guardianas, ignorantes del peso que significa llevar la luz de la estrella prima.

Pero ese grupo tenia vitalidad y esa vitalidad nos envolvía de a poco a cada una de nosotras, me preparo para salir y acompañarlas en su patrullaje, pero también para llenarme de melancolía.

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Ahri.

Estacione la moto cerca de unos arbustos, tape el vehículo con unas ramas frondosas para ocultarla, y me transformo finalmente en guardiana estelar.

-Kiko si las cosas salen mal, toma mi estrella y llévasela a Miss- mi Kiko preocupado me dice que no lo haga, que es peligroso, o que por lo menos pida refuerzo.

-mi querido Kiko no podría ver a otra compañera fallecer, solo te pido que confíes en mí- Kiko decide entrar a mi emblema, creo que no quiere verme.

Me desplazo volando a través del cielo para localizar el monasterio, al parecer el camino que se llegaba a él ya no existe por el crecimiento natural de los árboles y el abandono de los años. A lo lejos diviso una cantidad de estela de brillos y explosiones, ¡esos brillos son de una lucha estelar!

Me acerco con velocidad y efectivamente salen de las ventanas y grietas del viejo monasterio, el edificio esta que se cae por la perturbación y movimiento de la batalla. Uno de los destellos que sale del monasterio casi me da, cae al suelo y sigue brillando, decido bajar para acercarme y caigo en cuenta de que es una pluma violeta, y una imagen se cruza en mi cabeza, la imagen de las habilidades de Xayah, ¡pero esto es imposible!, ella esta ¿muerta?, y logro recordar las palabras de Lulu "las estrella nuevamente brillan, pero con poca luz".

Un grito agonizante me hace ponerme en alerta, es una voz conocida, si ...es, ¡la voz de Neeko!, ¡no puede ser! rompo la pared con una cantidad enorme de orbes de magia y de un salto me adentro al edificio.

Era verdad, Neeko está viva, me mira con felicidad y satisfacción, también me sorprende mucho que estén ambos, Rakan siendo sostenido por Xayah, siento la magia de ambos muy distintas igualmente sus apariencias, la materia oscura parece poseerlos, por dentro siento una gran angustia, pero debo mantenerme fuerte.

y por supuesto esta también a quien no deseaba ver nunca, pero a su vez a la cosa que más deseo eliminar de la faz de este universo, a la basura de Zoe, sostengo y aprieto con fuerza las estrellas que quedaron en la última batalla, muy cerca de mi corazón.

Es la hora de luchar...