Cita de tres.

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Lisa.

Después de hablar con el señor Kim me dirigí a la gran sala de la casa para esperar en ella a una Jennie Kim super elegante para su ultima cita en la semana con Kai. Kai... Con su piel bronceada, gafas de sol aunque no esté haciendo sol, un traje negro con camisa celeste y unos zapatos negros charol, esperaba a Jennie en la puerta para abrirla apenas que el delicado cuerpo de la señorita Kim apareciera en las escaleras, mientras yo la esperaba en el ultimo escalon.

Miré el reloj varias veces para saber la hora y el porque todavía Jennie no bajaba, habían pasado casi dos horas de estar esperandola y ya me estaban dando ganas de ir a buscarla.

¿Por qué se tiene que arreglar tanto para una cita con él? Pfff...

No sé si ese pensamiento apareció a causa de los celos o del aburrimiento que tenía en el momento, pero de que queria sentarme, queria sentarme, solo no lo hice porque pensaba que en algún momento Jennie apareceria.

-Esclava... -La voz de Kai me saco de mis pensamientos y al mismo tiempo me enfurecio. - ¿Por qué Jennie se demora tanto?

Suspire lentamente.

-No lo sé joven, ¿Por qué no va y averigua usted? - ¿Por qué mejor no te callas la boca antes de que yo te haga el favor de hacerlo? Fue lo que quise decirle pero no, nada de conflictos.

-No puedo subir a verla, ash... -Pasó su mano por su cabello desesperado. -Lo que tuvo que tocarme... Hubiera preferido a una campecina. -Susurro para él, pero lo que él no notó fue que yo también lo escuché.

¿Qué creía? ¿Que Jennie iba a ser un partido fácil y que iba a conquistarla solo con citas? ¡Ja! Kai no era más idiota solo porque no tenía más edad.
No le dije nada frente a su comentario inadecuado, pero no lo dejaria así tampoco.

Eran las 9:25 de la noche, 25 minutos más esperandola.

26...

27...

28...

29...

9:30...

9...

La gran perfecta y formada figura femenina de Jennie aparecia ya por las escaleras, portando un vestido blanco escotado pegado a su cuerpo, unos tacones blancos no muy altos pero que iban muy bien con su atuendo y su cabello suelto, cabello el cual bajaba y tapaba sus pechos, sin dejar de lado las notables joyas que traía puesta.

Ver a Jennie tan hermosa no era una sorpresa para mi, me tocaba verla todos lo días y a cada día portaba un estilo diferente.

-La cita será rápida, no tengo mucho tiempo. -Hablo Jennie una vez que se encontraba en el ultimo escalon.

Hice una reverencia y levanté mi mano para tomar la suya, tal cual como si fuera una princesa.

-Está hermosa señorita Kim. -Opiné.

-Gracias... Manoban. -Me miró con una sonrisa y colocando un calido beso en mi mejilla.

-Muy hermosa para su gusto. -Esto lo dije en voz baja solo para que ella pudiera escuchar, una risa diminuta se le escapo y eso me hizo sonreir.

Luego de media hora de camino buscando el "restaurante perfecto" según Kai, estacioné el auto en el parquiadero y me baje para abrirle la puerta a Jennie, una vez debajo iba a tomar rumbo para entrar al restaurante, pero Jennie me detiene.

-Mi cita es con Kai, Lisa... -Sonrió al ver mi cara de pocos amigos cuando mencionó su nombre.

-Él puede salir del auto solo. -Rodé los ojos. -Apartaré la mesa mientras.

Entré en el restaurante de brazos cruzados el solo recordar lo tan hermosa que se puso para una cita con Kai, él que no merecia ni una mirada de su parte.
Llamé a un mesero y le pedí que por favor me apartara una mesa.

- ¿Para cuantas personas? -Preguntó el mesero con una pequeña libreta y un lapicero en sus manos.

-Para... -Lo pensé mejor. -Para tres personas.

El mesero anoto quien sabe que en la pequeña libreta y me dijo que lo siguiera, eso hice. Me llevo a una mesa con tres sillas, sonreí maliciosamente por todas las maldades que se ocurrieron al estar cenando con ellos.

-Esta está perfecta, gracias. -Le sonreí al mesero y de una vez me senté en una de las sillas.

Levanté mi vista para la entrada a ver si Kai y Jennie ya habían ingresado, apenas entraban. Levanté mis dos brazos para que así pudieran visualizarme y la mirada de Jennie lo dijo todo apenas me vió sentada, y ni hablar de la de Kai.

- ¿Que haces tú sentada esclava? -Preguntó Kai una vez que había llegado a la mesa y se había sentado junto con Jennie.

-Te prohibo volver a decirle así Kai, no quiero escucharlo más. -Me defendió Jennie al escuchar el apodo que me había colocado el diente de sable, digo... Kai.

Sonreí de lado y cruzada de brazos me atreví a preguntar.

- ¿Que vamos a cenar?. -Tomé en mis manos el menú. -Tengo mucha hambre.

Miré a Jennie y esta se levanto de su silla.

-Lisa quiero hablar contigo a solas, por favor sigueme. -Me dio la espalda y comenzo a caminar al baño.

Deje el menú en la mesa y la seguí, al entrar al baño la encontre a ella con una mirada penetrante y apenante.

- ¿Por qué me miras así? -Le pregunte apoyandome en los lavamanos.

-Te estoy mirando normal, Lisa. -Mentiras, yo sabía que no.

-Pareces un gato furioso. -Deje de mirarla y opte por mirar la puerta de los baños.

- ¿Crees que estoy furiosa?. -Caminó lentamente hacia donde yo estaba, ya sentia como el calor subia.

-S-si, lo creo, por que es verdad, solo mirate. -Trague saliva ya tenerla pegada a mi cuerpo.

Sin poder decir nada más, Jennie me silenció los labios juntando los suyos con los míos, haciendo de esto un beso desesperante y deseoso para ambas.
La puerta del baño se abrió dejando ver a una chica traumada, ambas nos separamos de inmediato y salimos del baño dejando a la chica con la boca abierta.

-Seguiremos en la casa. -Susurro para mi. -Kai nos vamos. -Dijo Jennie tomando en sus manos su bolso de brazo y caminando hacia la puerta.

- ¿Que? Pero... ¿Por qué? -Trataba de preguntar Kai mientras caminaba con rapidez detras suyo.

Yo, detras de ambos solo mirando la escena.

-Me gustó mucho la cita, gracias. -Entró en el auto sin yo haberle abierto la puerta seguido de Kai.

- ¿Cuál cita? Ni siquiera fue una. -Se quejo el moreno, yo solo me estaba riendo en mis adentros.

Jennie sabe muy bien como cambiar de opinión tan rápido.

Continuara...

•JenLisa• Mi destino agridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora