A s u n t o s I n e s p e r a d o s

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Archen terminó de secarse el cabello y se colgó la toalla alrededor de su cuello, bajando las escaleras con agilidad. Había dormido tanto tiempo que cuando abrió los ojos esa mañana, ni siquiera tenía consciencia de dónde se encontraba. Y luego se había metido en la ducha y se había quedado más de cuarenta minutos bajo el agua e incluso cuando los dolores todavía le presionaban el puto cerebro, se sentía mejor, como si se hubiese quitado muchas cargas de encima.
Se acomodó la camiseta sin mangas y se quedó en el primer peldaño, dando una ojeada hacia el comedor para luego girarse hacia la cocina, sorprendiéndose al encontrar a su madre frente a Nine, dándole golpecitos en la cabeza y sonriéndole.
¿Qué diablos?
Pareció decirle unas palabras más y el muchacho asintió muchas veces, riendo con calma. Después, la mujer salió con el bolso en mano hacia la sala, encontrándose con él y torciendo el gesto.
-Buenas tardes, Archen-farfulló con sequedad, saliendo de la casa con rapidez, como si no lo hubiese visto.- Hablamos luego.
La ignoró y se quitó la toalla del cuello antes de disponerse a caminar hacia la cocina, encontrando a Nine de espaldas junto a la mesa, cortando manzanas y fresas con delicadeza. Una cansada sonrisa se apoderó de sus labios y sin pensarlo más, le rodeó la cintura con ambos brazos, atrayéndolo hacia su cuerpo, mientras el muchacho se sobresaltaba y soltaba lo que tenía en las manos, girándose rápidamente.
-¿Qué quiere mi madre? -cuestionó y sus ojos se encontraron durante un breve segundo.
Nine se encogió y empezó a reírse, mientras su delicado rostro se iluminaba y ruborizaba al verlo.
-Joong , me asustaste -susurró, entrecerrando los ojos y siguiendo con sus risas.- Solo quería preguntar cómo estaba y cómo me está yendo en la casa...
Archen cerró sus manos alrededor de su cintura con firmeza, sin dejar de mirarlo con la media sonrisa en su boca. Su cuerpo era suave y blando. Solo el hecho de observarlo le enviaba pinchazos a toda su jodida cabeza, aunque de todos modos, intentaba no pensar en eso. No ahora.
-¿Preguntar cómo te está yendo en la casa? -alargó su mano y tomó uno de los trozos de manzanas y se lo metió a la boca.- ¿Y desde cuándo acá tiene interés en eso?
-También quería saber sobre mis estudios. Si he comenzado la universidad y en qué año me he quedado...
-¿Y a qué se supone que viene eso?
Movió su mano hasta su rostro y le sostuvo de la barbilla, presionándole un poco con el dedo pulgar, al tiempo que su dedo índice viajaba por las líneas de su mandíbula. Lo observó encogerse más y sonreír, intentando arreglarse el cabello.
-No lo sé, me ha dicho que puedo seguir estudiando y que averiguará si hay alguna forma de que estudie en las noches o algo así.
-Se está volviendo loca -lo cortó con sequedad y tomó cuatro trozos de manzanas más, masticándolos enseguida.- Loca y vieja.
-No digas eso, Joonie, tu madre es una persona muy buena y amable... ¡No te comas todas las manzanas, son para el almuerzo! Si quieres, solo dime y te corto muchas otras aparte.
Observó que el menor daba un paso hacia atrás con intención de moverse, así que le sostuvo de los brazos con cuidado y le mordió una mejilla, reafirmando el tosco agarre en su cintura, mientras atraía su cuerpo más cerca al suyo.
-¿Buena y amable? -preguntó contra su oído, separándose para mirarlo a los ojos de nuevo.- No, ahora tú eres el que se está volviendo loco.
Se metió tres trozos de manzana más a la boca y miró cómo su empleado empezaba a reír de nuevo, suspirando con una especie de alegría hasta que sus ojos se fijaron en la enorme herida que cortaba la palma de su mano y su semblante cambiaba al instante.
-Santos cielos, Joong, ¿cómo te has hecho esto?
Nine atrapó su mano de inmediato y se le quedó mirando con el rostro encogido con un sentimiento extraño. Joong solo elevó una ceja, sin prestarle el más mínimo interés.
-Un vaso explotó en mi mano.
-¿Cómo?
El menor lo soltó y empezó a caminar hacia uno de los estantes, rebuscando entre las cosas hasta sacar un frasco del alcohol y dos cosas más y dejarlas sobre la mesa. Luego, extendió su mano para buscar la suya con suavidad.
-Oye, Nine, no me jodas, ya deja eso.
-Joong, solo será un minuto, sino se infectará.
Tomó su mano y sostuvo un poco de algodón con la otra, vertiendo alcohol sobre la superficie antes de echarle una mirada a la herida y tocarla levemente con el algodón. Si lo colocaba de un tirón, le dolería y no quería hacerle daño. Retuvo la respiración y sus ojos se volvieron hacia Archen, encontrándose con su media sonrisa.
-Solo hazlo -soltó el mayor en respuesta, sin quitarle la mirada de encima.- ¿Cómo has dormido?
El rostro de Nine se enrojeció y bajó la cabeza con la misma dulce sonrisa de siempre en los labios, intentando concentrar todos sus sentidos en la herida.
-Muy bien -la sonrisa de sus labios se hizo más grande, al igual que su sonrojo.- Gracias por quedarte hasta que duerma...
-Te dormiste rápido, así que me quité enseguida.
Archen lo observó alejar el algodón y empezar a guardar el alcohol y las otras cosas en su sitio para después darle una última vista a su mano y sonreírle.
-Espero que no quede cicatriz, aunque... igual, puedes cubrirla con maquillaje para que no se note...
-¿Maquillaje? -espetó con el rostro totalmente asqueado.- ¿Estás loco? Tú eres el que necesita esas porquerías, sino solo mírate el chupetón que tienes en el cuello.
-¿Chupetón?
Nine frunció el ceño con confusión, dando algunos rápidos pasos hacia el espejo de uno de los reposteros para lograr observarse mejor. Su rostro palideció cuando el cristal reflejó una visible marca roja en la parte lateral de su cuello.
-Cielos, ¿de dónde...?
-¿De dónde crees?
El mayor elevó ambas cejas y lo vio removerse de un lado a otro, nervioso, antes de que abriese los labios y se detuviera en seco, girándose hacia él con el rostro enrojecido.
-¡Joong!
Se cubrió el rostro con ambas manos y Archen lo volvió a capturar de la cintura, sonriendo, mientras sus labios comenzaban a aproximarse a los suyos con lentitud. Sin embargo, la sonrisa de su rostro no tardó mucho en desaparecer como un rayo.
-¿Por qué tienes eso en el brazo?
Le separó el reloj de la muñeca con brusquedad y prendió sus dedos en el brazalete acuoso que quedaba detrás, señalándoselo. El menor rió, mirándolo sin ninguna preocupación.
-Es el brazalete que me regaló Type cuando estábamos en el hotel, ¿recuerdas?
-¿Y por qué diablos estás usando eso?
Nine estuvo al borde de abrir los labios, pero el sonido del timbre resonó en toda la casa y Joong lo soltó, moviéndose hacia la puerta con arrebato. No se sorprendió mucho cuando encontró a Type y a Pavel mostrándole sus estúpidas sonrisas. Se hizo a un lado de mala manera y los vio entrar hacia la sala.
-Mi hermana no está acá, así que puedes irte de una vez.
-Lo sé, solo vengo a esperarla.
Type exhaló con una confiada sonrisa y se metió hacia el comedor, mientras Archen lo seguía con la mirada, atento a cada uno de sus pasos. Sentía el impulso de agarrarlo del cuello y echarlo de la casa de una patada en el culo, pero tenía que tranquilizarse. Su mente pareció volver a la realidad cuando Phoom se aclaró la garganta y le pasó la mano frente a todo su rostro.
-Me encontré con él en la entrada y luego me enteré que era el novio de tu hermana -dijo, buscando algo en su bolsillo.- Es un buen tipo, ¿por qué le traes bronca?
Archen le dio un largo vistazo al comedor, aunque no logró ver más que la mesa y unas cuantas sillas desperdigadas a su alrededor.
¿Dónde carajos se había metido?
-¿No quieres una cerveza, Phoom?
-No, olvídalo, debo verme con alguien en cinco minutos, solo venía a darte las llaves de tu casillero. Como ahora estás responsable...
Continuó con la mirada clavada en el mismo lugar, sin prestar atención a lo que el otro decía ni a sus carcajadas. Cuando le lanzó el manojo de llaves, lo recibió sin entender y regresó a mirarlo, satisfecho al encontrarlo cerrando la puerta de la casa tras haber salido. Se mordió el labio inferior y caminó a rápidos pasos hacia el comedor, colándose por las escaleras hasta estar de nuevo en el marco la cocina. Sintió que algo más arriba del estómago se le revolvió al observar al estúpido de Type colocando sus manos encima de su empleado, mirándolo de forma interesada y metiéndose a la boca los mismos trozos de manzana que él había estado comiendo hace solo un momento.
Tensó todos los músculos, observándolos fijamente.
-¿Estás seguro que no quieres que te ayude con eso? Al menos, déjame subir las cosas por ti, Ninie, solo me tomará un minuto.
El menor soltó otra risa y negó con la cabeza, sosteniendo la escoba y una serie de instrumentos entre sus manos. Parecía al borde de tropezar con todo eso.
-No te preocupes, puedo hacerlo solo, no me da mucho trabajo.
Empezó a caminar hacia la puerta y cuando sus ojos se encontraron, su rostro se iluminó y su sonrisa se hizo más grande, resaltando sus frescas mejillas ruborizadas y suaves labios rosas.
-Joong, iré a limpiar tu cuarto, no demoraré mucho.
Type empezó a servirse un poco de ensalada y se llevó el tenedor a la boca, masticando con calma.
-Ninie, esto está muy bueno. Todo lo que tú haces es delicioso.
Nine sonrió y agradeció en un susurro, haciendo una reverencia antes de salir caminando por la puerta, en dirección hacia las escaleras.
Los ojos de Archen se hicieron un poco más grande y oscuros, mientras sus músculos se presionaban entre ellos y sus nervios salpicaban una y otra vez. Aunque a pesar de eso, su rostro lucía totalmente calmado.
-Deberías probarlo, está demasiado bueno -lanzó el otro, elevando el tenedor entre sus manos.- Creo que iré a esperar a tu hermana a la sala.
Archen siguió con la mirada los primeros cinco pasos que dio y sin controlarse ni un segundo más, se abalanzó contra la puerta de la cocina, cerrándola de un portazo y acorralándolo rápidamente.
-¿Eres maricón o qué te sucede? Si quieres algo con mi sirviente, escúpelo de una vez y deja de hacerte el imbécil.

Inocencia Pasional (Joongnine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora