L a b e r i n t o

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-¡Hagamos un brindis por la felicidad y el éxito!
Joong salió embalado de la cocina, vibrando ante los aplausos y las carcajadas que estallaban a su alrededor y hacían eco en su mente. Todos esos sonidos llegaban a tocar su oído, pero no los escuchaba realmente, sino que pasaban desapercibidos como algo lejano e irreal. No había nada real en ese momento; ni las lágrimas desperdigadas, ni su rostro ardiéndole y temblándole de exasperación, ni la sangre hirviéndole en las venas, ni todo lo que veía.
Nada, absolutamente nada.
Subió las escaleras con todo el impulso que pudo y entró a su dormitorio, rebuscando su maleta negra detrás de su escritorio y lanzándola al suelo. Abrió su armario de un solo golpe y empezó a sacar todo lo que veía con rapidez, metiéndolo en la maleta con las manos temblorosas y con el corazón latiéndole hasta reventar por milésima vez. Se detuvo en seco cuando sus ojos se clavaron en su cama y no pudo hacer más que asfixiar un bramido y salir hacia las escaleras con la maleta prendida en su mano izquierda, mientras las lágrimas seguían cayendo.
No quería pensar, no quería recordar, no quería respirar; respirar y pensar le dolía.
Los sonidos de más chillidos y aplausos aplastantes se colaron por su oído y comenzó a dar desesperados pasos hacia adelante. Necesitaba estar a solas lo más antes posible, necesitaba estar solo, alejado de todo y de todos. Cruzó el pasillo hacia el fondo de su casa con estremecedora velocidad y empujó la puerta de la biblioteca, quedándose tieso al hacerlo.
Frente a sus ojos se encontraban velas esparcidas por el suelo, globos de diferentes formas en todas las paredes, un pastel con un montón de velas sobre una mesa y un cartel con letras enormes y coloridas.
Feliz Cumpleaños 24, Joong.
El corazón se le despedazó otra vez y las agujas calientes siguieron clavándosele con saña hasta hacer reventar cada uno de los pedazos que sobraban y prenderlos en llamas. Soltó la maleta y se derrumbó sobre el suelo, apretando los dientes. No podía tolerar un segundo más de eso, no podía soportarlo más. Que alguien lo ayudase, por el amor de Dios, que alguien viniese y lo ayudase. Que no podía más y era incapaz de soportarlo, que no podía ni quería más, que alguien viniese.
Las lágrimas siguiendo cayendo y sus mandíbulas crujieron con desesperación, quedándose inmóvil durante los minutos siguientes con sus ojos clavados en su anillo, enterrando las uñas en el suelo, chirriando y clamando bajito. Quería gritar con toda su alma, llorar cada palabra que callaba, pero la voz se le atoraba y no podía hacer nada más que escuchar el sonido de la aguja de su reloj y mirar el anillo alrededor de su dedo índice. Ni siquiera fue consciente de cuánto tiempo pasó ahí, echado contra la pared con las lágrimas cayendo, hasta que escuchó unos gritos llamándole y se vio en la calle oscura y ruidosa, siendo rodeado de varias personas. 
-El chofer los llevará al aeropuerto y otro los recogerá allá para llevarlos al departamento. Yo estaré viajando mañana para pasarlo juntos, ¿sí, cielo?
Sintió cómo era empujado hasta el automóvil, le cerraban la puerta contra el oído y el motor se ponía en marcha. Cada una de las mentiras que había mencionado hace un par de horas atrás apareció en su mente y solo pudo volver a oprimir los labios. ¿Qué había hecho? ¿Qué mierda había hecho? Le había roto el corazón a la única persona en el mundo que le había amado y a la única que amaba y amaría. Porque así como podía ser la persona más ridícula y afectiva del mundo entero, podía ser el hijo de puta más grande y eso es precisamente lo que había sido. Justamente cuando había pensado que podía verdaderamente ser feliz y había vuelto a amar con toda su alma, tenía que suceder todo eso.
Hace veinticuatro horas atrás, había estado dispuesto a decirlo todo y enfrentarse contra el mundo entero para defender su felicidad y ahora se encontraba ahí, mirando la noche a través de la ventana, haciéndose mierda poco a poco.
Recordó el rostro frívolo de su padre esa misma mañana; sus ojos astutos y sagaces analizándole con una seriedad,
decisión y rudeza que no había visto nunca antes.
¿Y qué me importa si amas a otra persona? El amor es una bobería, no existe. Tú mismo lo verás después. Sirve para divertirse un momento, pero no es nada del otro mundo, nada que no se pueda olvidar. Así que hazme el favor y no me insistas más con ese tema, ¿o acaso quieres que empiece a averiguar quién es? Tú me conoces y sabes hasta dónde puedo llegar para conseguir lo que quiero y lo que quiero ahora es verte casado y lo haré. No me gustan los impedimentos que se interponen en los planes que veo para mis hijos, así que quien quiera que sea la persona que dices amar, lo veré así, como un obstáculo, un enemigo más, una piedra en mi camino que haré de todo por eliminar, ¿entiendes? Tú me conoces y sabes de qué estoy hablando. No tienes quince años, Joong, no intentes jugar el papel de un adolescente que conseguirá lo que quiere haciendo rebeldías estúpidas. Al contrario, sabes perfectamente que cualquiera de tus rebeldías tendrá consecuencias de las que no podrás escapar ni marchándote de esta casa como dices que quieres hacer ni haciéndote el sordo o el idiota. Te estoy dando un ultimátum y espero que lo comprendas y no hagas las cosas más complicadas por el bien de todos.
No, no iba a permitir que Nine fuese herido de ninguna forma, no iba a permitir que los ojos astutos de su padre se enfocasen en él de ninguna manera. Preferiría mil veces sacrificarlo todo y hundirse él antes que verlo involucrado en el odio, avaricia e insensibilidad de su familia.
La lluvia siguió cayendo y sus lágrimas volvieron a ceder.
Había sido un idiota, un maldito e ingenuo idiota. ¿Cómo pudo llegar a creer que alguien como él podía conocer alguna vez la felicidad? ¿Cómo pudo creer que iba a vivir tranquilo y que el dolor iba a ceder? Cuando uno nace cagado, nace cagado y de eso no hay nada ni nadie que te libre. De la mierda, del destino, del karma, de eso nadie te salva. Cuando estás hecho para la mierda, esta te seguirá y te atrapará y ahora no le quedaba ninguna duda sobre eso.
Quizá, después de todo, Type Na Ranong y su hermana tenían razón: él estaba maldito y todo el que lo conocía, terminaba odiándolo y Nine no tenía por qué ser la excepción.
Joong ... ¿nosotros estamos en una relación?
Los recuerdos le golpearon y su pecho se estremeció, haciéndolo retemblar de la desesperación. Era como si algo le estuviese escociendo en el cuerpo y no le dejase ni respirar. A pesar de que inhalaba e inhalaba, ningún aire llegaba a sus pulmones.
-Me sorprendió mucho todo lo que dijiste allá en la reunión, pero no te he creído ni una sola palabra. ¿Cómo que me amas y soy la única para ti? Eso ni tú te lo crees, pero creo que el resto sí se lo tragó. Deberías dedicarte a la actuación, te iría bien.
La voz traspasó su oído, pero sonaba igual de distante que el ruido del motor del vehículo.
Yo... yo solo tengo ojos para ti y para nadie más, Joong.
¿Cómo iba a poder vivir sin él? ¿Cómo carajos puede alguien vivir sin aire? Porque si alguien podía, que viniese y le explicase. ¿Cómo se podía vivir sin lo que más se amaba en el mundo?
¿Cómo? ¡¿Cómo?! ¡Que viniesen y le dijesen cómo!
Porque es así como amaba a Nine , lo amaba tanto que dolía y le quemaba por dentro.
-Vamos, Joong , anímate. Tampoco es como si te fueran a matar, es solo un matrimonio, un arreglo, una firma. Todavía puedes tenerle como amante. No me interesaría que me veas la cara de estúpida, mientras me convierta en tu esposa.
Siguió mirando la ventana y viendo el caer de la lluvia en la oscuridad de la noche, mientras sentía el sabor salado de sus lágrimas humedeciéndole la boca. La desesperación siguió creciendo y golpeándole contra el pecho, mientras lo recuerdos le invadían sin piedad.
Podía haber aceptado ser un maricón y que lo señalen en las calles.
Podía haber enfrentado a todo mundo sin importar nada.
Podía haber soportado que su padre le golpease y le escupiese si quería.
Podía haber soportado que lo desherede y lo mande a vivir en la nada.
Podía haber soportado que lo separase de la familia y le quitase el apellido.
Podía haber soportado que la empresa fuese a parar a manos de Type Na Ranong.
Podía haber soportado que el mundo de la popularidad le dé la espalda.
Podía haber soportado que todo el mundo le dé la espalda.
Podía haberlo soportado todo si iba a tener a Nine su lado.
Pero si había algo que no iba a permitir era que lo toquen de ninguna manera.
Conocía el odio de su padre y sabía hasta qué punto podía llegar y prefería cortarlo ahora antes de ver más sufrimiento. Al final, él ya estaba acostumbrado al dolor, pero Nine no. Él ni siquiera sabía bien qué era la vida y no estaba dispuesto a mezclarlo con su propia mierda.
Me gusta contar los días desde que... empezamos nuestra relación. Es más, lo tengo marcado en mi calendario.
No, no podía más. Por el amor de Dios, no podía más.  Quería gritar, quería gritar tan fuerte que la voz se le fuera haciéndolo, quería gritar hasta que no pudiese más. ¡Que alguien lo ayude, maldita sea! ¡Que alguien lo ayude! Que alguien lo salve, porque se estaba muriendo por dentro.
-¿Es verdad que mañana cumples años? Tengo amigos allá, podemos llamarlos y armar una fiesta. La pasaremos genial, así como te gusta pasarla, ¿no extrañas un poco de diversión, eh, Joonie? Te has ausentado de las fiestas en todo este último mes, ¿por qué? ¿Tu novio te controlaba mucho o era muy celoso?
Sé que no te gusta que lo diga, pero te amo y no quiero nunca separarme de ti.
Cerró los ojos y comenzó a sentir todas esas lágrimas silenciosas que bajaban por su rostro y se mezclaban con su propia saliva y sangre. Llorar nunca le había dolido tanto, porque no había nada comparado al dolor del alma.
¿No vamos a terminar, verdad, no vamos a terminar?
Los recuerdos de su sonrisa, sus ojos chispeantes y sus mejillas sonrosadas reventaron contra sus neuronas. Hubiese deseado mil veces hacerse daño a sí mismo antes que hacérselo a él, ¡que le hieran!, ¡que le hagan lo que quisieran!, ¡que le matasen si querían, pero que no le tocasen ni un solo dedo a él! No a Nine , no a él. El solo hecho de recordar su rostro hace unas horas atrás al escucharlo todo le agujereaba tanto el pecho que no dejaba lugar para más, pero no había habido otro escape ni solución.
Y quizá, lo mejor era eso, que Nine se olvide de él, que se aleje lo más posible, aunque él se sintiese la mierda más grande del universo al ser el culpable de eso. 
Encendió la luz de su celular y sintió una punzada más al ver el fondo de pantalla. Allí se encontraba Nine sonriéndole a la cámara con esa gracia tan suya, recostando la cabeza en su hombro, mientras él lo miraba con una expresión concentrada y su mano caía distraída debajo de su rostro.
Ya, ¿qué se supone que debo hacer? ¿Orejitas con los dedos o cositas así?
Cuánto quería retrasar el tiempo al momento de la fotografía, cuánto quería retrasar el tiempo a ese momento en el que no le preocupaba nada en absoluto y creía realmente ser feliz. Contuvo la respiración cuando una lágrima cayó sobre la pantalla y la imagen se tornó borrosa.
-¿Hasta cuándo piensas estar así? Si alguien te viera, no lo creería, ¿tanto te importa el tipejo ese? A mí también me gustaba un chico del instituto y tuve que cortar con él. Dolió un rato y luego se pasó, verás que lo mismo te sucederá.
Feliz primer mes juntos, Joong . Todo este tiempo contigo ha sido el mejor tiempo de toda mi vida... y me encanta estar a tu lado, gracias por estar siempre conmigo, gracias por quererme y quisiera que vengan muchísimos meses más.
Quería bajarse del vehículo y salir corriendo con todas sus fuerzas. Quería abrazarlo tan fuerte contra su pecho y no soltarlo nunca. Quería hacer tantas cosas y le dolía la impotencia de no poder hacer más que quedarse quieto ahí, viendo a la lluvia caer, al tiempo que los recuerdos lo asaltaban y lo sacudían de pies a cabeza, aumentando el odio a sí mismo que empezaba a crecer dentro de él.
-¿Qué le dijiste, Joong? ¿Lo terminaste así como así o simplemente te viniste sin decirle nada? Sea como sea que haya pasado, ni te preocupes, pronto encontrará a otra persona y se olvidará de ti. Así de simple es la vida.
No, tonto, para matar a todos los que se te acerquen. Nunca faltan los lobos que rodean a las ovejas. A mí oveja.
Su oveja, su oveja, su oveja. Los músculos le temblaron y el agua salada continuó cayendo en su boca y rodando por su cuello, hundiéndose en sus músculos y en su camisa blanca desabotonada, sucia y empapada.
Claro que quiero y aceptaría volver a ser tu novio las veces que tú quieras.
La voz se le quedó atorada una vez más en medio de su garganta y se recostó por completo, cerrando los ojos contra la ventana empañada con la humedad que tenía al frente, mientras la canción de la noche anterior volvía a sonar en su mente, los fuegos artificiales rompían en el cielo y el cuerpo de Nine se encontraba moviéndose cerca de él; su aroma a cítricos, sus labios suaves y esponjosos, sus pestañas rozándole el rostro y el eco de su melodiosa y tibia voz diciéndole que lo amaba.
No, definitivamente no podía más.
No podía estar más sin Nine.
Sin su Nai .
Sin su Nine .
Ni ahora, ni nunca.
Su mente era un maldito laberinto y todo el mundo colapsaba frente a él.

Inocencia Pasional (Joongnine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora