E s p e c i a l 2

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Le bastó un segundo en el que sus ojos se encontraran para que todo estallase dentro de sí.
No podía ser, no podía ser y sin embargo, lo era.
La sangre se disparó a través de sus venas, sus músculos se contrajeron, sus pulmones se aprisionaron y el aire de su cuerpo desapareció en una atronadora corriente de electricidad, ahorcando sus huesos, mientras su rostro se entiesaba y sus dedos convulsionaban sin control sobre la congelada textura de los envases de cerveza, aprisionándolos tanto que sintió que se llevaban parte de la carne de sus dedos y los dejaban al rojo vivo.
Y entonces las latas cayeron al suelo de golpe, aplastadas.
-Tú.
La realidad reventó contra su pecho y todos los sentimientos que habían empezado a ocultarse afloraron con siniestra intensidad, llenándole el pecho y sacudiéndole los músculos. La observó mover sus labios al escucharlo y abrir más los ojos, alerta.
-¿Qué pasa? -escuchó la voz de Nine , pero ahora le resultaba más lejana que nunca.
Los demás susurros y risas se detuvieron y estuvo al borde de precipitarse hacia adelante cuando notó que ella se ajustaba el abrigo negro y salía corriendo del local; sus tacones resonando contra el suelo y desapareciendo en la oscuridad. Sin pensárselo un segundo más, se impulsó y salió corriendo hacia la puerta con brusquedad, siguiéndola hacia la salida y temblando de impotencia al verla entrar en un vehículo y ponerlo en marcha al instante. Sus manos revolvieron los bolsillos de sus jeans y su corazón se aceleró como loco.
-¿Qué es lo que sucede? Joonie, ¿qué pasa?
Nine salió embalado a tropezones detrás de él, sintiendo la presión de su corazón saliéndose del pecho. Había estado sintiendo la calidez de sus labios contra su boca y cuando abrió los ojos y sus pulmones se acostumbraron al aire, todo había cambiado a una situación que no entendía. Se desesperó al ver que Joong se subía a su auto con prisa y no pensó en más que subirse también y cerrar la puerta antes que el carro saliese impulsado de la arena de la playa a la autopista. ¿Qué sucedía? Su mano se extendió hacia su hombro para tocarlo y quiso hablar, pero la voz se le cortó de la garganta cuando el automóvil se abalanzó hacia la derecha y su cuerpo salió proyectado hacia adelante, apenas sosteniéndose en el asiento.
-¡¿Qué pasa?! ¡Joong , ¿qué pasa?! -recalcó, aunque solo obtuvo como respuesta el sonido del motor acelerándose y otro brusco movimiento.- ¡¿Qué sucede?!
-¡Vuelve, hija de puta! ¡¿A dónde crees que vas?! ¡¿A dónde mierda crees que vas?! ¡No te dejaré ir, pedazo de zorra, no te dejaré ir esta vez! ¡¿Por qué huyes?!
Joong golpeó el acelerador tres veces y movió el mando hacia la izquierda, siguiendo al vehículo rojo que estaba casi frente a él. La detendría esta vez, la detendría y le enseñaría el monstruo en el que lo había convertido. Sus ojos se encendieron y se apresuró hacia la avenida, temblando cuando vio que el semáforo cambiaba su luz y una enorme cantidad de autos se colocaban justo en su delante, impidiéndole el paso. Tocó el claxon cientos de veces, retorciéndose al ver cómo el auto rojo desaparecía entre los demás y aunque sabía que no lo volvería a alcanzar, siguió apresurándose por todos los caminos posibles, gritando lo mismo con los pulmones reventándosele, mientras el agua salada se deslizaba por su rostro.
-¡¿Qué te pasa, Joong ?! ¡¿Quién es ella, la conoces?! -volvió a escuchar la voz de Nine algo quebrada a su costado.- Dime qué sucede.
Siguió manejando sin despegar los labios y apenas llegó a su casa, estacionó el vehículo y se acercó todavía temblando a la estantería de tragos, sacando dos botellas de whiskey para luego meterse en la biblioteca y escuchar los pasos de Nine siguiéndole y la puerta cerrándose con ambos dentro. Destapó una botella y bebió un largo trago de un porrazo.
-¡¿Joonie, qué es lo que sucede?! -su voz sonaba entrecortada y sus pasos se detuvieron frente a la puerta.- Háblame, por favor, ¿qué es lo que ha pasado?
Joong caminó de un lado a otro de la habitación y empezó a romperse en temblores, frotándose la cara contra la manga de su camiseta con rudeza. El sonido de su respiración jadeante era tan fuerte que resonaba en las cuatro paredes. Estaba al borde de explotar y no quería hacerlo. Tomó otro trago de la botella y sus ojos se movieron, perdidos sobre el suelo.
-Era ella y estuvo frente a mí, esa perra estuvo frente a mí y la dejé ir...
-¿Quién? ¿Conocías a esa chica? ¿Ella hizo algo malo?
-Ella me traicionó -se movió con más prisa y el alcohol empezó a quemarle dentro de los pulmones.- Confié en ella y me traicionó, ¡me traicionó!
Se giró de golpe y su cuerpo se tensó, mientras la rabia hervía en todo su cuerpo y sus ojos estallaban en ardientes lágrimas de fuego y reventaba sus puños contra la pared.
-¡Yo le entregué mi corazón, se lo di todo, todo, maldita sea, todo! Ella dijo que me amaba, esa perra del infierno, ella me hizo creer que me amaba y luego terminó riéndose en mi cara -soltó y se abalanzó de nuevo contra la pared, rasgándola con sus uñas y dejando escapar un gruñido asfixiado.- ¡Se terminó riendo de lo estúpido que fui!
El dolor siguió creciendo en el fondo de su garganta y tosió fuertemente, frotando sus manos contra su cara de forma repetitiva, chirriando y golpeándose contra la pared. No podía más, no podía tolerarlo más por más que lo intentara; no podía contener más todo eso que llevaba aprisionado durante más de cinco años y que le ardía y le quemaba por dentro. Por más que lo había intentado con todas sus fuerzas, no podía.
-Yo estaba bien con no tener atención, estaba bien con no ser amado por nadie, estaba bien siempre y cuando ella estuviese a mi lado -apretó un puño contra su boca y el aliento contenido se deslizó, quemando el camino hasta su caja torácica, explotando en sus pulmones.- La odio tanto que duele, duele tanto, joder, duele demasiado...
Se dejó caer a través de la pared y sus puños crujieron contra sus dientes. Nine se movió hacia él con rapidez y lo abrazó con todas sus fuerzas, cayendo al suelo a su lado.
-Está bien, está bien, te tengo -susurró con los ojos humedecidos, presionándolo contra su pecho y tomando sus manos con la misma fuerza.- No pienses más en eso, por favor, no pienses más en eso si es que duele.
Joong continuó jadeando con la mirada perdida y el cuerpo todavía trepidando.
-Era divertido ver cómo era un estúpido cuando estaba con ella, cómo era la única persona en el mundo a la que quería... Verme tan vulnerable y saber que podía hacer lo que quisiera conmigo, porque para mí ella era mi todo...
Las lágrimas siguieron cayendo, aunque él prácticamente no las sentía, sino solo el sabor amargo de estas resbalando entre su boca, mezclándose con su saliva.
-Shhh, Joong , no digas más -Nine pasó su pulgar sobre la palma de sus manos, intentando suavizar sus puños y relajar sus dedos.- Shhh, tranquilo.
-Teníamos un mes saliendo y me sentía el idiota más feliz del mundo. Lo tenía todo o al menos creía tenerlo todo, hacía toda clase de estupideces y no había segundo que no pensase en ella. Me imaginaba en un tipo de nube, ¿sabes? Estaba volando en una clase de nube cuando estaba con ella.
Sus dedos acariciaron su cabello y se deslizaron por su húmedo rostro, secándoselo con cuidado, mientras atraía su cabeza y todo su peso hacia su hombro, recostándolo ahí.
-Ese día era nuestro primer mes juntos e íbamos a celebrarlo. Le llevé flores y esa clase de cosas a su departamento... -tomó una bocanada de aire y tragó en seco.- Toqué la puerta y nadie abrió, así que entré por mi propia cuenta, estaba abierta y pasé a buscarla a su dormitorio y escuché su voz. Todavía recuerdo lo nervioso que me sentía cuando ella dijo que me odiaba, que era vergonzoso y le jodía estar conmigo. Yo era solo un objeto que la daba dinero y estaba loca por deshacerse de mí... Todas las cosas que decía que le gustaban, en realidad, le asqueaban.
Nine apretó sus labios con fuerza y todas las lágrimas retenidas empezaron a caer sobre sus mejillas como si solo hubiesen estado esperando ese momento para hacerlo. Sin embargo, nunca lo soltó y siguió acariciándole el cabello y el brazo con todo su afecto.
-Y entonces abrí la puerta y la vi comiéndose a la tipa que era una de sus amigas. ¿Tú sabes qué dijo cuando me vio? Ella no estaba sorprendida, al contrario, dijo que lo sentía y que era una lástima que me enterarse de lo que pensaba de mí de esta manera, pero que también era mi culpa por alucinar que alguien como ella podía quererme.
Su voz se rompió y lo apretó contra su hombro, llenándole la cabeza de besos y sollozos.
-No llores más, ella no merece tus lágrimas, tú no eres nada de lo que te dijo. Eres increíble, perfecto, bueno, inteligente. Eres la persona más increíble que he conocido, eres la persona más perfecta en mi mundo, eres mi Joonie .
Joong se carcajeó y el alcohol empezó a nublar su mente.
-Ya ves, Nine , mi vida apesta.
-No apesta -sus brazos rodeándole le transmitían seguridad y conforte.- Ella no te merecía, no merecía todo lo que hacías por ella. Yo nunca te haría algo así, nunca haría algo que te hiera o te haga sentir mal y mientras esté aquí, no te dejaré caer.
Los latidos de su corazón hacían eco a los suyos y ambos parecían responderse el uno al otro solo con sus palpitaciones.
-Nine , ¿por qué? -soltó, quebrando el silencio formado, mientras sus músculos convulsionaban ante sus caricias.- ¿Por qué tenía que encontrarme con alguien como tú?
-¿Ah?
-¿Por qué ese día tenía que dar contigo y no con alguien de mi tipo?
-No entiendo.
Era verdad. Si tan solo ese día se hubiese encontrado con alguien diferente, alguien que lo hubiese mandado a la mierda o que simplemente hubiese aceptado gustoso a que se lo tire esa noche sin compromisos; alguien que no dijese las cosas que dice él ni actuase como él.
Alguien que no fuese Nine .
-El destino me mandó a la mierda y creo que se está riendo en mi cara. ¿Por qué tenía que dar con alguien como tú, Nine? Tan... bueno y precioso, tan poco yo.
Dejó su hombro y se acostó completamente, acomodando su cabeza sobre sus piernas, mientras este reía y seguía pasándole la mano sobre la cabeza, suspirando un sollozo inconcluso.
-Te amo, Joong, te amo demasiado. Demasiado.
Sus manos siguieron su camino hasta alcanzar su rostro y sus blandos labios descendieron hasta estar muy cerca de su frente, rozándola con su aliento cálido y dulce.
-Y no vuelvas a llorar más por eso, Joong, porque me hiere mucho. Eso está en el pasado, quedó atrás y no vale la pena que llores por eso, no merece tus lágrimas. Recuerda que te amo y que no estás solo. Yo no soy el único aquí contigo, sino que están muchos más que te aman como tu familia, tus amigos...
Joong se giró sobre sus piernas y su rostro sudoroso quedó muy cerca al suyo; sus ojos enrojecidos mirándolo, su nariz inflamada y húmeda casi palpándolo, sus labios secos anhelándolo y su aliento caliente y mezclado con alcohol abrasándole la boca.
-Lo siento -barbulló y una melancólica sonrisa le torció las esquinillas de sus labios.- Siento haberlo cagado todo y que hoy no fuese especial. Créeme que lo siento.
-Está bien, Joonie , está bien, no te preocupes. Para mí ha sido especial. Cada segundo contigo es especial, porque tú lo haces así con solo mirarme. Tú eres el sinónimo de la palabra especial para mí.
Sus ojos siguieron encontrándose y aunque la habitación daba vuelta tras vuelta en su cabeza, el rostro de Nine se mantenía ahí, quieto, mirándole y sintió que quería quedarse todo el tiempo ahí, aspirando su aroma, lisonjeado por sus caricias, teniéndolo cerca.
-¿No tenías algo que darme?
-Oh, es verdad.
Lo vio revolver sus shorts azules y sacar algo que no logró identificar con rapidez.
-No conseguí otro modelo y no tenía nadie a quién preguntar sobre un lugar donde vendiesen mejores. Es más, fui a algunas tiendas hace dos días y casi me pierdo.
-¿Qué es eso? -curvó una ceja, intentando volver a sentarse por su propia cuenta.
El muchacho elevó algo que no logró identificar muy bien, pero que era muy pequeño como para ser una billetera o un bolígrafo. Soltó una risa y se encogió un poco, ruborizándose.
-Son anillos de pareja, pero no es necesario que lo uses, solo quería dártelo para que...
Le arrebató los aros de su mano y los acercó a sus ojos. Eran unos aros plateados con una textura algo rugosa y que no iban para nada con su estilo, pero ignoró eso y se enterró uno en el dedo índice sin decir más, tomándole la mano también y haciendo lo mismo con el otro, ajustándolo sobre su dedo. Can se rio con más ánimo, iluminando sus atractivos ojos y él pasó el pulgar por su húmeda mejilla, rodándolo por su mandíbula hasta llegar a su barbilla. Sentía que había descargado un enorme bulto de su interior, que había echado sus demonios y que ahora podía volver a ver a esa mujer y le importaría un bledo. Se sentía liberado.
Nine, la cura a todas sus enfermedades.
-Se supone que el que tiene que estar llorando soy yo, tonto, no tú.
La cabeza se le comprimió y un dolor se expandió de su espalda hacia toda su columna, pero eso no le impidió verlo reírse y contagiarse de esa misma alegría suya.
-Es que no me gusta verte triste, me partes el corazón, porque te amo demasiado -susurró, dejando caer su cabeza sobre su hombro débilmente.- Y tú también me amas, ¿verdad?
Joong arrugó la frente de inmediato, tragando el amargo sabor dejado por la bebida.
-¿A qué viene esa pregunta?
-Es que aunque sé que lo haces, tú nunca lo dices...
-¿Es que acaso es necesario que lo diga? Hasta donde yo sé, eso se siente, no se dice.
-Entonces, ¿tú sí me amas? -su voz sonaba más animada que nunca y un suspiro largo salió de su boca.- ¿Mucho, mucho, mucho?
-Ajá.
Nine sonrió repleto de alegría y sin dudarlo más, envolvió su cuello con los brazos y estampó sus labios contra sus pómulos, su cuello, su frente, su nariz, sus ojos hasta deslizarlos a los suyos y moverlos suavemente sobre estos, inclinándose hasta tumbarlo y quedar encima, siguiendo con su esfuerzo de conquistar sus labios con besos rápidos y sonidos graciosos después de cada uno de estos.
-Nine-articuló Joong bajo sus labios, separándose un poco para carcajearse, aunque este lo apretó más contra sí, siguiendo con sus besos sonoros y fugaces.
-¿Sí?
-Eres terrible besando.
Y sin decir más, ambos se echaron a reír entre muchísimas caricias y besos.

ESTOY DE VUELTA
No tengo excusas, ser huevona es mi pasión 😔
Espero les guste mucho este capítulo
Gracias a todxs por sus lecturas,comentarios y estrellitas 🥺❤️ Lo apreció mucho
Psd: tengo otras dos novelas J9 por si se quieren pasar por mi perfil

Inocencia Pasional (Joongnine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora