Nine sacudió los almohadones del sofá y los acomodó sobre un rincón, retrocediendo unos cuantos pasos para ver si lucía bien antes de continuar con los otros muebles. Encontró el abrigo negro de Joong regado sobre uno de ellos y no pudo evitar sonreír y suspirar al presionarlo contra su pecho, pero un pinchazo le tintineó el corazón cuando recordó lo sucedido con los espaguetis la noche anterior. Solo el hecho de pensar que algo negativo podría sucederle le atemorizaba de sobremanera. Abrió las ventanas de la sala para que el sol de la tarde ingresara con todas sus fuerzas y se relajó ante el pensamiento de que el gran día estaba a pocas horas de llegar. Mañana; mañana sería el día especial.
Su preocupación fue reemplazada por la efervescente emoción y mientras tomaba uno de los adornos para limpiarlos, escuchó el sonido de la puerta abriéndose. Su corazón se aceleró y se volteó con una radiante sonrisa, que se desvaneció de inmediato al ver a la muchacha que se encontraba frente a la puerta, colocándose unas gafas oscuras e ingresando a la sala como si se tratase de su propia casa.
-¿Está mi novio? ¿No lo has visto?
Se acomodó el largo abrigo blanco, dejando caer su castaña melena y Nine pudo sentir sus ojos mirándole a pesar de la oscuridad de sus gafas. Hizo una reverencia e intentó continuar pasando la franela alrededor del adorno.
-Buenas tardes, Joong está en clases ahora.
-Mira tú, qué confianzas, aunque claro... tienes su permiso para tutearlo, porque al fin y al cabo, crees que ya lo engatusaste y le atrapaste el billete, ¿no? Vamos, no tienes que fingir conmigo.
-No entiendo de qué habla...
-¿No entiendes de qué hablo? Vaya, cariño, aparte de regalado, eres lento. Tú sí que das mucha lástima, deberías darte un vistazo.
El adorno cayó de sus manos y el aire se quedó acorralado en su garganta, incapaz de salir, mientras asimilaba las palabras y elevaba la mirada, encontrándose con los ojos clavándose en los suyos con una expresión que no logró descifrar, pero que le estremeció hasta el último nervio de su cuerpo.
-¿No me vas a decir nada? ¿No te importa lo que te digo? ¿No te importa un mísero bledo lo que te digo? ¿Quién te crees que eres?
Recogió el adorno con rapidez y lo dejó sobre la mesa de vidrio, haciendo un intento por ignorar las palabras y quedarse callado. Su madre le repetía siempre que cuando una persona estaba enfadada, era mejor no decir nada y evitar poner más leña al fuego. Y eso era lo que sucedía, la muchacha estaba demasiado alterada y si le respondía, eso solo serviría para alterarla más, así que tomó la franela consigo y salió disparado hacia la cocina antes de que la situación empeorase, pero se amilanó al sentir sus rápidos pasos siguiendo los suyos.
-¡¿A dónde crees que vas?! ¿Me estás ignorando acaso?
Se detuvo y se giró hacia ella, intimidándose ante su imponente presencia que no hacía más que resaltarse con sus ojos centelleando de rabia, y abrió los labios para calmarla, pero la castaña soltó su bolso de un porrazo sobre la mesa.
-Solo échame un vistazo y luego mírate. ¿Quieres que te muestre qué cosas tiene una mujer que tú no tienes y nunca tendrás, eh?, ¿quieres que te diga qué cosas puedo darle a Joong que tú no? No sabes qué ridículo te ves intentando hacer el papel de mujer...
-Y tú no sabes lo mucho que lo prefiero a él ni lo loco que me tiene.
Nine sintió que el corazón le dio un vuelco cuando la puerta de la cocina se abrió frente a él y Joong se manifestó, ingresando con una media sonrisa desinteresada dibujada en sus labios.
-¿Dices que puedes darme cosas que él no? En todo caso es asco. Quisiera ponerme a enumerarte todo lo que él me provoca, pero la lista es larga y necesito tiempo a solas con él, tú sabes. Sería genial si nos haces el favor de largarte...
Caminó con pasos calmados hacia él y lo rodeó con un brazo sin dejar la sonrisa. Nine vaciló al inicio, pero luego le devolvió el abrazo con las mismas fuerzas, esforzándose por olvidar los nervios que sentía bajo la fogosa mirada de la castaña.
-Cielos, recapacita, Joong, es repugnante. Deberías acostumbrarte a mí, porque te casarás conmigo y me vas a tener que ver muy seguido.
-Yo no me voy a casar contigo, idiota, el compromiso lo has hecho tú sola con mis padres, así que anda a verlos a ellos y a mí no me jodas -Joong hundió sus labios sobre la curva cálida de su cuello, susurrando cosas entre risas y luego volviéndose hacia ella, que estaba atónita.- Lárgate ya y agradece que no te saco a golpes, porque estoy tan contento y loco por Nine que no quiero ensuciarme las manos con las que luego lo tocaré.
-Shhh, Joonie , ya basta....
La boca de Joong se sumergió más en su cuello, depositando besos y mordiscos entre murmullos, mientras la muchacha tomaba su bolso, maldecía y salía corriendo y el sonido de la puerta cerrándose se oía después. Joong le echó un vistazo y soltó una carcajada, alejando su cabeza sin soltarlo.
-Estaba muy enojada y la has enojado más.
-¿Y qué? No pienso permitir que te hable de esa forma y además, quería dejar las cosas en claro de una buena vez. La próxima, lárgala a golpes con toda confianza -sus dedos atraparon su barbilla.- ¿Estás bien?
Nine exhaló todo el aire contenido y asintió con energía. Aunque nadie le hablado de ese modo y por un pequeño segundo, las palabras le habían afectado, la calidez de tener a Joong cerca y sentir su toque sobre su piel le resultaban tan reconfortante que le inyectaban de seguridad, alegría y aliento.
E incluso cuando podía estar preocupado por muchos temas, no podía evitar que sus palabras le emocionaran a tal punto que las mariposas, que antes habían estado nerviosas, arrinconadas en un lugar de su estómago, se activaban y empezaban a revolotear por sus alrededores y le hacían reír sin ningún motivo.
-Gracias por decir todo eso de mí... -las palabras salieron de sus labios acompasadas de la ilusión de su rostro chispeante y de repente, sus ojos se elevaron con presión.- Joonie , ¿tu madre te ha dicho algo por lo de ayer?
-No me la he topado. ¿Qué es esto?
No pudo evitar dejar escapar una risita al ver cómo Joong daba pasos hacia adelante y arrugaba la nariz, asomándose al horno y ahuyentando el humo.
-Galletas horneándose. Faltan un par de minutos y están listas.
-¿Galletas? -sus ojos se pegaron a la puerta del horno y removió sus dedos hacia la puerta.- Ve a sentarte al patio y te las llevo.
-Pero las he hecho para ti.
-Ya sé que eres mi fanático número uno y que todo lo que haces es para mí -una expresión divertida se coló en su rostro y se giró, apuntándole a la puerta con la cabeza.- Te las llevaré para comerlas juntos, ¿no quieres?
Joong vio que Nine salía embalado por la puerta con entusiasmo y no pudo impedir sonreír también, removiendo todo en busca de un depósito para sacar las galletas del fogón. Se sentía de muy buen humor en ese momento, era como si es que algo le picase por dentro una y otra y otra vez más. Si pudiese meter la mano dentro de su estómago y quitarse el escozor sería fantástico, pero no podía hacer nada y hasta ya empezaba a acostumbrarse. Ni siquiera entendía por qué cada día amanecía de mejor humor, como si el estar mucho tiempo con él canalizara sus emociones y dejase salir aquellas que creía muertas y podridas.
Estaba jodido, pero se sentía bien estar jodido; al menos, de esa manera. Claro, se sentía bien mientras no pensara mucho por qué estaba jodido. Abrió la puerta del horno y el calor le golpeó el rostro y no pudo evitar maldecir al sentir el fuego casi chamuscándole los dedos cuando tocó las galletas para sacarlas rápidamente. Hizo un nuevo intento y se extrañó al ver a su hermana corriendo rumbo a las escaleras, gritando y escupiendo demonios por todas partes. Terminó de sacar las cinco galletas como pudo y las vació sobre el recipiente, saliendo hacia el patio a rápidos trotes, frunciendo el ceño al ver a Can sentado en el borde de la piscina, dándole vueltas a algo entre manos.
-¿Qué es eso?
Se sobresaltó al escuchar su voz y lo metió en uno de sus bolsillos con prisa.
-No es nada.
-¿Nada? -dejó el recipiente sobre el suelo y saltó sobre él, mientras este se hacía para atrás y lo empujaba, algo desesperado.- joong, suelta, por favor, no puedo dártelo -las risas empezaron.- Que sueltes, por favor.
-¿Por qué?
-Porque es una sorpresa para mañana, si la ves, no sería sorpresa...
-¿Regalo? Yo también tengo uno.
Sus ojos se dilataron en asombro y relucieron más que nunca.
-¿Tienes una sorpresa para mí?
Joong abrió la boca para replicar, pero el movimiento brusco de los arbustos de la parte frontal le obligó a cerrarla, mucho más cuando se percató de lo que salía y se estiraba frente a sus ojos. Soltó una exclamación y enarcó una ceja.
-Oh, mierda, miren quién se atreve a aparecer ahora.
-¡Brandy!
La bola de pelos rugió y se acercó corriendo cuando los reconoció, mientras Nine se alegraba, abriendo los brazos y el gato se acurrucaba sobre sus piernas y enrollaba la cola, rugiendo y luego saltando sobre el depósito de galletas. Joong se lo arrebató en un rápido movimiento, empujándolo con una sonrisa.
-Son mías, joder, ve a buscar lo tuyo.
El menor se carcajeó y tomó al gato entre sus manos, apretándolo contra su pecho y acercando su rostro al suyo, riendo ante sus maullidos y ronroneos.
-Te he echado mucho de menos -el gato levantó sus orejas y soltó un largo maullido, sacando su lengua.- ¿Por qué me dejaste? ¿Dónde habías estado?
-Follándose a media ciudad. Solo que ahora tiene hambre y viene acá. Es un interesado del diablo. ¿Cuántos hijos has dejado regados hasta ahora?
El bicho se echó de estómago y rugió, mientras Nine le acariciaba y reía con ganas, sacudiendo la cabeza en señal de desacuerdo.
-Él no ha dejado abandonado ningún hijo y si tiene alguno, él se hará responsable, porque es un buen chico -sus dedos mimaron entre sus orejas y obtuvo un nuevo ronroneo más agudo.- ¿Verdad, mi Brandy ?
Joong colocó una mano sobre su pelaje, pasando sus uñas bruscamente a su alrededor, recibiendo un rugido del animal, que se agitó y le mostró los dientes.
-Al parecer, al buen chico le gusta la mugre. Mira cómo trae las patas y el pelaje -intercambio sus uñas por las yemas de sus dedos y tiró de una de sus orejas.- Nine, estás hecho un caos, loco, mírate nomás.
-¿Nine?
-Me he dado cuenta que tiene tus ojos y el nombre le queda bien.
El muchacho soltó una risa, encogiéndose y siguiendo con los mimos.
-Pero él ya tiene nombre...
-Pero ese le va mejor -sus dedos dejaron sus orejas y bajaron hasta su cola, sujetándola y dándole un apretón.- ¿Te gusta Nine como nombre, verdad, bicho?
-Joonie , no le agarres la cola o se enojará.
Joong se lo arrancó de entre las manos y lo puso sobre sus piernas y el gato chilló, trepando sus patas sucias sobre su ajustada camiseta negra con la intención de escaparse de su agarre, aunque este lo presionó con una mano, rascándole la cabeza con un poco más de amabilidad con la mano restante.
-Las orejas también las tienes sucias, puaj, Nine , creo que no te vendrá nada mal un chapuzón.
Se movió un poco más hacia la derecha y recargó su peso sobre sus rodillas, agitando al gato hacia el agua fría de la piscina, hundiendo sus patas, mientras este se agitaba, rugiendo y Nine se levantaba con una enorme desesperación.
-¡No, Nine , suéltalo, lo vas a ahogar! -le tomó de los brazos para que se detuviese y le sacudió del hombro.- ¡Joong , los gatos no nadan!
Lo sacó del agua y apenas lo soltó sobre el suelo, la bola de pelos con patas corrió como alma en pena a refugiarse entre los brazos de Nine , maullando muchas veces, mientras este lo abrazaba y le daba mimo tras mimo de consuelo.
-Pero si ellos aprenden cuando están en el agua, es su instinto de supervivencia. Solo tienes que dejarlos ahí y ver cómo aprenden solos.
-Esos son los perros, Joonie... -el gato se acurrucó más contra su pecho y empezó a ronronear, satisfecho con la atención.- Lo has asustado.
Joong soltó aire y se pegó más a él, pasando su mano con más suavidad sobre su pelaje y sonriendo divertido al verlo erguirse con resentimiento y soberbia.
-Lo siento, Nine, lo siento, no quise ahogarte -siguió mimándolo y el gato bufó, incrédulo de sus palabras.- Discúlpame, bonito, ¿sí? Mira que Joong te quiere y uno de estos días te enseñará a nadar.
El animal soltó un ronroneo y Nine se echó a reír, abrazándolo, mientras se ruborizaba y sus ojos se encontraban con los de Joong , que también reía y se metía una galleta a la boca, terminándosela enseguida y levantándose.
-Quédatelo, pero para que no se escape, tenemos que comprarle una casa. He visto que Napat tiene muchas, le preguntaré dónde las compra y mandaré a comprar una. Por mientras, déjalo en el otro patio.
-No, se sentirá solo, mejor lo tengo en mi cuarto y lo alimento yo.
Nine se levantó también, todavía con el gato acunado entre los brazos.
-Lo que tú quieras. Mañana mismo le compro la casa.
Devoró otra galleta y observó cómo el otro sonreía y abrazaba al animal, haciéndole cariños y susurrándole cosas al oído con un tono gracioso. Y cuando se dio cuenta que lo estaba mirando, elevó la mirada con mucha ilusión y sus ojos se encontraron, haciendo que el escozor volviese a invadir todo su cuerpo.
-¿No es el ser más hermoso que has visto en tu vida, Joong?
-No, tú eres el ser más hermoso que he visto en mi vida, Nai -otra de esas exhalaciones prolongadas se escapó de su boca, mientras su sonrisa incrementaba y sus dedos se deslizaban hasta una de sus mejillas.- Mi Nai.I'M BACK😎
HOLA AMIGOS DE WTTP 💗
les dejo aquí este capítulo uwu
ESTÁS LEYENDO
Inocencia Pasional (Joongnine)
FanficADAPTACIÓN• ºHay cinco cosas que vuelven loco a Joong. 1. La forma en la que el rostro inocente de Nine se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas al oído. 2. Como Nine desciende la mirada cada vez que lo siente cerca. 3. Como Nine...