De pequeñas visitas y niñas

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—No estoy tan seguro de esto mamá. — Dijo Taehyung con un tono preocupado.

Su mamá le dió un bolso color rosa con estampado de perritos y no le quedó más que aceptarlo.

—No te preocupes. — Apoyó su mano en el hombro de Taehyung.— Además, les ayudará a practicar para cuando mi nieto nazca.

El Alfa se mordió el labio nerviosamente y miró aún con duda a su madre.

—Oh vamos Tae, tu madre quiere salir a divertirse con sus amigas y necesito que me hagas el favor. Por favor. — La Omega la miró con ojos de perrito atropellado.

Al Kim a base de chantajes aceptó asintiendo con la cabeza.

—¡Perfecto!— Aplaudió.— Por cierto, ¿Y Jungkook? Es muy raro que no este por aquí.

—En la universidad, hoy le tocaba club y yo salí temprano, el profesor de Biología no asistió.

—Espero que vayas por él, ni pienses dejarlo venir hasta acá solo ¿me entendiste?

—Ni loco. — Dijo Taehyung.

—Bien, me voy. Dejo todo en tus manos.

[...]

Jungkook caminaba con pasos rápidos hacía la salida de la gran escuela en la que estudiaba.

Correría si le fuera posible, pero, aunque tuviera apenas cinco meses de embarazo, ya le pesaba la panza.

Genial, su hijo iba a nacer gordo si seguía comiendo todas esas porquerías.

Pero esas porquerías sabían tan bien.

Cuando estuvo afuera busco con la mirada a su Alfa, pero no necesito mucho tiempo. Este apareció frente a él de la nada. Estaba completamente sudado y jadeaba.

—En verdad necesito comprar un auto pronto. Eso de ir y venir caminando bajo este estúpido sol es horrible. — Se quejó Taehyung.— Está bien perro el sol, nada más falta que ladre.

Jungkook no pudo evitar soltar una carcajada por las palabras del pelinegro. Era divertido, nunca sabía con qué ocurrencias saldría.

Taehyung tomó la mochila que cargaba Jungkook y se la puso en la espalda.

—¿Qué tienes aquí, piedras? Pesa como mil kilos.

—No exageres, solo llevo libros, tres portafolios y algunos paquetes de galletas. Tu hijo hace que me dé hambre en medio de clase.

—Échale la culpa a Luffy o Mikasa.

—Tae, te dije que por más que nos gusta, no podemos ponerle así. — Rodó los ojos.— Por cierto, recuerda que la próxima semana hay cita con el ginecólogo, espero que esta vez podamos ver al fin si es un niño o una niñ...— Paro de golpe. Pues, una pequeña risita lo hizo detenerse.

Ahí es cuando se percató de la carriola negra con toques rosas que estaba junto a Taehyung. Y en ella, una bebita de aproximadamente un año.

—Tae... No es por nada, pero... ¿Estás viendo al bebé que yo estoy viendo? — Apuntó.

Taehyung volteó a ver a la carriola y luego a Jungkook.

— Oh si, ella es Dahyun y tiene un año con tres meses. ¿A qué es tierna?

Jungkook veía a la niña con los ojos muy abiertos. Y bueno, si era muy tierna pero...

—¡¿TE ROBASTE UN BEBÉ, KIM TAEHYUNG?!

—¿Qué? ¡No! Mi mamá cuida a Dahyun de vez en cuando, pero hoy se iba a ocupar y me pidió cuidarla. — Taehyung agitó sus manos alarmado.— Dijo que teníamos que practicar.

El alma de Jungkook regresó a su cuerpo después de escuchar las palabras de su novio.

No era por nada, pero, no quería al padre de su bebé en la cárcel. No necesitaba ser un papá luchón.

—Está bien, simplemente vamos a mi casa, tengo hambre y me duelen los pies.

[...]

La pareja miraba fijamente a Dahyun quien miraba Paw Patrol en la televisión de la habitación del Omega.

Supusieron que a la niña le gustaría ver ese programa de perros haciendo cosas de humanos como habían visto en internet.

La verdad no tenían ni idea de que hacer.

Ninguno de los dos había cuidado de un bebé antes. Claro, no solos al menos.

Pasaban los minutos y parecía estar todo calmado, así que pudieron relajarse.

Se acostaron en la cama individual del menor mientras Taehyung acariciaba el estómago hinchado de Jungkook y vieron junto a Dahyun la caricatura.

Paw Patrol era tan entretenido. Ya sabían el por qué era tan popular entre los niños.

Pasó alrededor de una hora cuando Dahyun se levantó de donde estaba y caminó con sus pasos torpes hacía la pareja. Ya junto a ellos empezó a llorar.

—Tae, ¿Qué tiene? ¿Ahora que hacemos? Voy a entrar en crisis, ayuda.

—Kookie, tranquilo— Él también iba a entrar en crisis, pero no lo diría en voz alta. — Hay que ver, ¿sí?

Taehyung cargó a la niña al ver qué esta levantaba sus brazos pidiendo ser cargada. Le secó las lágrimas que escurrían por las mejillas de la menor. La niña entre llanto no dejaba de decir 'Bibi'.

—¿Bibi? — Jungkook dijo, un poco preocupado. Después de todo su instinto de Omega sensible por su embarazo había que se desesperara ante un cachorro llorando. — ¿Biberón? ¿Tienes hambre?

—Debe ser eso. ¿Puedes hacerlo, amor? — El mencionado solo asintió.

—Creo que también necesita un cambio de pañal, hasta acá puedo olerlo. — Este inconscientemente llevó una mano a su vientre de cinco meses.— Eso te toca a ti.

Taehyung levantó a la niña hasta tener su trasero en la nariz para poder oler.

Efectivamente, necesitaba un cambio de pañal.

Ew.

—Buena suerte. — Y sin más Jungkook salió de la habitación.

El problema es que no sabía cambiar pañales. Realmente ninguno de los dos lo sabía, así que por esa razón Jungkook huyó cuando tuvo la oportunidad.

—Que sea lo que diosito quiera.

Ese día, el Alfa aprendió a cambiar un pañal a la mala.

Ese día, el Alfa aprendió a cambiar un pañal a la mala

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—luvckyun

anpanman 承 taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora