Taehyung al escuchar las palabras de su esposo, se apresuró a dejar a Hoseok en el suelo para ir a ayudar a Jungkook con la bolsa pesada por tanta ropa. Realmente no era tan pesada, pero Jungkook no podía cargar cosas así.
Pues apenas tenía tres meses de su ya cuarto embarazo y bien se sabe que los primeros meses suelen ser los más cuidadosos por el peligroso de que algo salga mal.
El Omega tomó la pequeña mano de Hobi para asegurar que no saliera corriendo a la calle o a cualquier otro lugar lejos. A su año y ocho meses, corría como si no hubiera un mañana, aunque aún no tuviera control total en sus cortas piernas. Llegaba a tropezarse y caer, pero eso no le importaba al cachorro, solo se levantaba y seguía corriendo a donde el destino lo lleve.
Por esa razón la mayor parte del tiempo Jungkook y Taehyung estaban viendo lo que hacía para asegurar que no le pasara nada. Su mellizo también era travieso, pero no tanto como el mayor de ambos.
Seokjin salió rápidamente de la camioneta y se agarró de la camiseta de su papá Omega para ir a la par. Pero se desesperó cuando llegaron a las escaleras y tuvieron que ir lento, solo porque su hermanito tardaba mil horas en subir un escalón. Así que mejor decidió soltarse y adelantarse un poco.
Y bueno, Jungkook intentó cargarlo para ir más rápido pero el cachorro hizo berrinche al saber las intenciones de su padre. Él quería ir caminando.
—Así que vas a ser de los difíciles, eh. — Murmuró el embarazado mientras veía a su hijo.
Por suerte Yoongi y Namjoon se habían quedado con su abuela paterna. La intención era ir sin hijos, pero Seokjin se le había pegado como chicle y Hoseok no había dejado de llorar al darse cuenta de que sus papis se iban sin él.
Cuando por fin lograron estar dentro del lugar Jungkook suspiro de alivio.
¿A quién se le ocurrió la grandiosa idea de poner una lavandería en el segundo piso?
Detrás de éste, llego su esposo cargando las bolsas como si esta fuera una bolsa llena de plumas. Maldita fuerza natural de los Alfas.
Miró alrededor, encontrándose con más lavadoras de lo que esperaba, también había máquinas especiales para el secado de ropa. Justo en el medio del local se encontraba un escritorio donde al parecer pedías y pagabas. Además de algunos detergentes y suavizantes que se tenían a la venta. Por alguna razón también había dulces.
La lavadora de la casa Kim-Jeon falló, por lo que tuvieron que mandar a reparar. Por el momento aún no sabían cuando estaría lista y ya urgía lavar ropa. Vamos, vivían con cuatro niños que se terminaban ensuciando de una u otra forma, la ropa se acumulaba a montones.
Jungkook se acercó al Beta que trabajaba en el lugar, pidiéndole tres lavadoras para que fuera más rápido el proceso. De paso compró un suavizante y dos anillos de caramelo a petición de Seokjin.
Cuando les dieron las lavadoras asignadas, Taehyung dejó la bolsa a un lado y ayudó a Jungkook a distribuir la ropa en las tres máquinas. Hasta que sintió un pequeño jalón en su camiseta.
—¿Me prestas tu celular, pa? — Jin lo miró con ojos de perrito atropellado.
Sabía que su papá no se resistía ante esos ojos y él sabía usar esa táctica muy bien.
Taehyung les dio su celular a los segundos y cargó a Hoseok dándole un beso en la mejilla para después, sentarlo en una de las lavadoras desocupadas que estaban a un lado. Luego hizo lo mismo con su primogénito quien ya lo esperaba con los brazos alzados en el aire, sin soltar el dispositivo móvil.
Sacó los dulces de su bolsillo y los abrió, dándole uno a cada uno de sus hijos. Hoseok se lo metió directamente en la boca, pero como este tenía plástico para simular un anillo lo tomó como si fuera uno de sus chupones, moviéndolo graciosamente.
Cuando Taehyung regresó a ayudar a su Omega, el hijo mayor encendió el celular y automáticamente buscó YouTube para ver sus caricaturas favoritas.
Pero no eran las favoritas de Hoseok.
Intentó quitarle el celular a su hermano y cuando vio que este no iba a ceder, en un berrinche golpeó el móvil, haciendo que al mini Alfa se le resbalara de las manos por no estar agarrándolo con fuerza.
Curiosamente el celular cayó en la lavadora abierta que se estaba llenando de agua para empezar a lavar.
Rápidamente, Jin gateó la poca distancia de la otra lavadora, viendo como el celular flotaba en el agua. Cuando estaba a punto de intentar sacarla llegó Jungkook para cerrar la tapa ya que faltaba nada para que comenzara a funcionar. No se equivocó, a los treinta segundos hizo un ruido fuerte y empezó a dar vueltas.
Todo, sin darse cuenta de que el celular estaba ahí.
—¡Hobi! ¿Qué hiciste? — Regañó al menor.
—Oh oh.
—Oh oh nada, Hobi. —Se cruzó de brazos.
Realmente Hoseok no tenía ni una idea de lo que estaba pasando, pero solo respondió lo mismo que cuando hacia una travesura y sus padres lo regañaban al escuchar el tono que usó su hermano.
Lo siguiente que recuerda Seokjin de ese momento es cuando la lavadora terminó su trabajo y su papá Taehyung sacó su preciado celular escurriendo en agua con la pantalla completamente rota.
También recuerda muy bien su castigo.
Horribles tiempos.
Auch.
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