Samantha:
Si pudiera tener un momento atrás cuando nos miramos a los ojos, pediría perdón. No porque se iba sin mí, sino que se iría sin saber que yo y mi cabeza no logran controlar el miedo que posee perderlo todo. Ahora no puedo medir lo cuan dolida veo mi vida... Creo que hasta ahora fue una de las despididas más dolorosa que aún siento dentro de mí. Mis padres se fueron, Olive persiguió sus sueños para no estar amarrada y él volvió a su mundo, uno que no quería compartir conmigo, como yo sí con él. Es increíble que el mar me llevara todo lo que quiero, lejos de mí.
Me siento como todas las mañanas afuera de mi casa a contemplar mi realidad y siento mis mejillas húmedas cada vez que siento que veré esto toda mi vida. He desperdiciado mi felicidad todos estos días, he tomado la peor decisión y me he arrepentido cuando ya es tarde. Contemplo esa pequeña fotografía que tomé de su billetera, hermosa y llena de vida. Vive en aquel lugar, rodeado de comodidades que yo nunca pude ofrecerle. No soy una chica adinerada, no tengo futuro y prácticamente estoy sola en este mundo. Nunca iba a querer una chica tan mal caída.
Suspiro con fuerza y cierro mis ojos para controlar está emoción que está consumiéndome. Veo mi alrededor por varias horas, como todas las mañanas en la que desvelo en pleno amanecer y mis memorias se van a la semana pasada, esa noche en la que me hizo el amor en la arena. No pensé en nada, solo en esa exquisita sensación de llenarme con su cuerpo.
—¿Sigues así de distraída a tan altas horas de la mañana? —Subí mi mirada apenada a Thomas y él se sentó a mi lado—. Faltan tres días.
No quise escuchar eso, solo quise desaparecer.
—Lo sé —Murmuré para mí.
—Tal vez si el señor Jonathan se hubiera quedado, hubiéramos adelantado todo para hoy y así se hubiera podido ir en la barcaza de mañana...
Negué en medio de su voz. Mi mente perdida ni siquiera le puede mostrar atención, navego en aguas tan turbias que, mi único consuelo es que la corriente me lleve al lugar que desea.
—Lo siento —De repente habló.
—¿Por qué? —Me volteé desentendida.
—Por lo que sucedió en estas dos semanas atrás —Bajó la mirada y se cruzó de manos para colocarlas por debajo de su frente—. Lo que pasó con la llegada del jefe. Estuve con mis ánimos trabajando a flote por conseguir esa firma. Sabes que significa mucho para el pueblo, para que por fin pueda llegarnos más cosas... No quise decepcionarlos.
—Lo siento yo también —Sus ojos verdes me miraron con ese toque de arrepentimiento—. Por mis decisiones, por como mi vida está corriendo.
—Samantha, no tienes qué.
Negué sin importancia y reposé mi cabeza en su hombro.
—Recuerdo cuando nos perdimos en la selva, solo porque yo quise saber que había más allá y tú seguiste mi capricho —Di un largo suspiro mientras hice memoria—. Estuvimos días y días perdidos juntos, hasta que nos encontraron.
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No culpes al deseo (disponible solo hasta el 18 de Marzo)
Roman d'amourUn cruel accidente fue la perfecta combinación que necesitó la sirena para caer en los encantos de un hombre de unos ojos profundamente azules. Su tiempo era reducido, aquel día en que estuvo preparándose meses y meses le pisaba los talones, pero ¿C...