━ CAPÍTULO 12. ━

1.5K 234 48
                                    

MIENTRAS MIRAN SUS RELOJES

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MIENTRAS MIRAN SUS RELOJES

La cocina está hecha un desastre, personas corriendo por todas partes. El baile es esta noche y todo tiene que ser perfecto, no sólo por los gustos de Alastor, sino que Lucifer también había sido invitado.

Niffty intenta no volverse loca por la cantidad de ruidos y uno que otro plato roto. El suelo esta asqueroso con salsa y otras cosas. ¿El nombre de una persona es capaz de crear tanto alboroto?

Brianna sólo corta la carne ignorando a los demás. Es muy lenta a pesar del poco tiempo que tienen. Su mente está igual que la cocina: «Nos besamos», se repite mil veces satisfecha de que es cierto.

Después de tres horas de alteraciones y comida arruinada, la cocina queda limpia y vacía.

Brianna se queda más tiempo admirando la comida terminada. El banquete luce muy tentador, todo gracias al estilo de Niffty.

Sólo queda esperar a recibir de vuelta su radio, entregar la fotografía y no quedarse en la fiesta, por más que insista Alastor.

Las generaciones descaradas están desapareciendo, sus historias jamás serán bien contadas y sus nombres nunca serán dichos. Esas serían las nuevas leyes para olvidar una mentalidad humana que no hizo nada más que matar y destruir.

Alastor no creía en el cielo y el infierno, pensaba que era un cuento que todos los humanos se crearon y lo conservaron en lo más profundo de su mente. Al morir no sólo su mala teoría fue rechazada, si no que encontró el sentimiento del amor y se dijo a si mismo: «Mientras este sentimiento exista, el cielo y el infierno también»

¿En que se equivocaron todos? En el amor. Del amor nació el odio y del odio la guerra. Los demonios se han vuelto la perfecta representación física de estos pecados.

Brianna es aquella bondad negra que desciende por el infierno, una alma tan pura que merece un castigo por no haber sufrido nunca.

¿Eso era a lo que Dios llamaba "justicia"? ¿Llevar un corazón frágil al infierno para que sepa que es el dolor, romperlo y que esa persona sufra recogiendo sus partes rotas?

Ya han pasado dos horas desde que inició el baile. Alastor tiene un deseo, pero pensar en ello en un lugar donde todo puede ser mentira era como escupirle a Dios, y no hablamos del auténtico, sino...

—Lucifer, espero que te agrade este baile —anima Alastor intentando no pensar en su deuda.

-—Sí, claro. ¿Tienes mis treinta dólares?

Lucifer no ayuda mucho. Alastor ríe incómodo. El reloj suena a las once y el mitad ciervo corre hacia la puerta trasera.

—Bienvenida, Brianna.

La mencionada muestra seriedad. Le extiende la fotografía y dice firme:

—Dame mi radio.

—Ah, sobre eso. —Se rasca la nuca fingiendo estar nervioso y dice—: No lo repare.

Miedo a escuchar tu voz.|Alastor「Hazbin Hotel」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora