¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO CINCO | Conociéndose.
Para Nicolás no había doble intención en ofrecerse a llevar a Gianella, mucho menos ver a aquella acción como algo raro, era así, él si podía ayudar a alguien conocido lo haría.
Cuando se acercó a saludarla afuera de la Villa, lo hizo porque quería preguntarle qué tal le había ido con la entrevista o si tuvo ya su nota, pero le extrañó verla sentada, así que también pensó que como el jugaba ahí podía ayudarla si es que nadie la había atendido o algo. Después que ella se explico lo que hacía y paso, sintió que quedaría malo si le dijera «Ah bueno, que bien, nos vemos, te dejo media hora que esperes.» eso fue lo que se le cruzo a la hora de ofrecer llevarla, así que lo hizo.
Gianella tenía sus dudas de las acciones de Domínguez, pero que mujer no dudaba de las acciones inesperada de un hombre el día de hoy.
—¿Conoces algún lugar para comer algo cerca de donde vivís? Así tu hermano puede llevarte tus cosas al departamento cuando se liberé. —piensa Nico mientras maneja a la dirección que ella le había dicho.
Gianella no piensa mucho, muerde el interior de su cachete para soltar sonriendo:
—Emh... ¿El patio de la YPF que está cerca?
Nicolás pensando que solo jodía, se gira a verla, nota en sus ojos que algo de verdad había, así que se ríe y solo acepta.
—¿Entrenas todos los días? —saca tema Gianella, no quería ir en silencio o pensaría muchas cosas.
—Si, a veces doble turno. —contesta él asintiendo con la cabeza y recuerda—. ¿Que pasó con tu entrevista? ¿Sirvió?
—¡Si! —recuerda con emoción Gianella, sabía que cuando se reciba y en su primer cv que mandara con la carrera terminada aparecía aquella pasantía—. Me va a servir en algún futuro.
—¿No tenías que hacerla más días? —cuestiona curioso y sin información el jugador.
—See... Pero el último día solo lo hice en Velez, así que...
Nicolás asiente y recuerda que tenía que avisarle a su novia que no comerían juntos, porque recién se le había venido a la mente que ella al salir de la facultad iría a su departamento.
La única pregunta que se hace es ¿decir sobre que iba a comer con la ex de su compañero? No, sabía que Carolina era muy insegura, y recuerda que cuando tuvieron que cenar con Gianella y Lautaro su novia tenía miles de ideas sobre la morocha sin conocerla realmente, pero que terminó llevándose bien en la cena. No tenía nada malo aquel gesto que tuvo él con Gianella, pero sabía que su novia podía ver otra cosa, si, así que mejor solo omitir lo sucedido para no que no haya problemas, total no estaba haciendo nada malo él.
—Hace mil que no comía una milanesa... —comenta el jugador mirando el plato que le dejaba el chico en la mesa del playon.
—¿En serio? —se sorprende Gianella mirándolo, este asiente.
