Lo bueno de las crisis de pánico es que realmente no poseen secuelas. Después de terminaba la crisis la víctima de ella puede seguir su vida con bastante normalidad, así que Kirishima podía volver a su departamento apenas le dieran el alta.
Seguía extrañado que no le dieran el alta en dos días, y más extrañado estaba que Bakugō lo iba a visitar a diario por un par de horas aún sabiendo que tenía la tienda abierta.
Sentía que algo malo estaba pasando pero no tenía el valor de preguntar. A pesar de su condición Bakugō no le había tratado diferente, cada día le traía algún pastel o alguna fruta para que se alimentara durante el día, siempre le charlaba de alguna tontería que había hecho su compañero de trabajo o como tuvo un cliente malo, eran ameros, pero muy cortos.
Quería ser dado de alta, quería volver a trabajar, quería sentirse útil.
¿Le seguiría siendo útil?
Sí, dije que la vida seguía con normalidad después de un ataque de pánico, pero no era así para Kirishima, sentía que su mera existencia era un error, sentía que solo causaba problemas y su existencia como humano era cada vez menos valiosa. Se daba cuenta que posiblemente cuando sintiera que ya no era útil para nada su vida terminaría, no era tan fuerte, no podría luchar contra el mundo y sus reglas, no podría seguir viviendo.
Tenía miedo.
Tanto miedo que solo podía seguir pensándolo noches enteras sin pegar un ojo, sin poder dejar de pensar en quienes aún le consideran útil.
Necesitaba sentirse necesitado.
Necesitaba que alguien más le diera sentido a su vida, no quería terminar tempranamente enterrado haciendo llorar a sus padres por el mal hijo que era.
Para bien o para mal las visitas de Bakugō eran lo único que le tenía tranquilo en ese momento.
Rogaba no hacerse emocionalmente dependiente de él, no quería molestarlo a ese punto, no después de que lo hubiera aceptado como si nada.
[...]
Aunque lo había intentado evitar, realmente se había hecho dependiente de Bakugō para sentirse tranquilo, de otra forma no sería realmente feliz parado fuera de un local donde posiblemente lo fueran a explotar físicamente por todos los días perdidos, además se había enterado que Bakugō había pagado sus gastos del hospital así que más necesitaba pagarle.
No sería hombre de otra forma.
Hacía frío así que sería mejor que entrara pronto pero por algún extraño motivo no tenía la fuerza necesaria para abrir la puerta, sentía que apenas la abriera el cálido interior sería demasiado para él, sentía que no merecía estar en ese lugar, no se merecía personas tan buenas, no se merecía una nueva oportunidad en un lugar que solo ha traído problemas, antes resfriado y ahora con sus tontas crisis.
¿Qué sentido tenía ahora?
ー¿No vas a entrar? Hace frío ー
Una voz que le sorprendió por lo animada pero masculina le hizo saltar, por instinto giró ligeramente la cabeza para buscar al interlocutor pero antes de hacer algo ese chico pasó por su lado con una galantería del nivel de un niño de cinco años.
Le causó un poco de gracia el rallito que tenía diseñado en el cabello rubio.
Por instinto sus pies le siguieron al sentir el aire tibio que la puerta abierta dejó salir.
Lo sabía, no debió entrar, ahora no quería salir de ahí.
Apenas entró una paz le inundó hasta el último rastro de su cuerpo, el ver a Sero sentado en el recibidor hablando animadamente con Ashido que bebía un café en los sillones para invitados mientras tenía las piernas recogidas como si fuera su casa, también logró ver una cabellera ceniza en otro sillón siendo cubierto el cuerpo por completo por una manta de conejitos rosas.
¿Como podría aguantar la risa?
ー¡Hola chicos! ¿Qué tal? ー
El animado chico de antes entró como si el local fuera su casa para sentarse al lado de la pelirosa que amablemente le ofreció de su café.
ーOh, Kirishima, ¿Qué tal estás? ー
Sero fue el primero en notar su presencia para saludarlo haciéndole que sonriera, y bueno, fue un reflejo al ver los ojos felinos de la rosada.
ー¡Mi bebé está de vuelta! ー
Gritó Ashido mientras se ponía de pie y corría hacía él, sinceramente no pudo evitar corresponder el abrazo que le dio la rosada, de pronto se sintió en casa.
ー¿Tú bebé? ¡Creía que yo era tu bebé! ー
Reclamó ese chico que aún no sabía su nombre pero que ahora se veía muy dolido.
ーNo desde que hiciste que mi amorcito se enfermara...ー
ー¡Eso no fue mi culpa! ー
ー¡Claro que sí! ¡Si no hubieras hecho enojar a Kyōka no hubiera tenido que alojarte en mi departamento! ー
ー¡Pero si fue sin querer! ー
ー¡Rompiste su batería por estar haciendo malabares con su perro! ー
ーChicosーInterrumpió Sero ーBakugō despertó ー
Y esas palabras mágicas parecieron hacer que todos se quedaran sin respiración ante la mirada roja y más que cabreada del ceniza que se estaba sentando en el sillón donde antes descansaba.
Incluso Kirishima tragó ligeramente la saliva. Era primera vez que sentía que ese chico daba miedo.
O eso fue hasta que sus ojos se encontraron directamente con los de Bakugō.
ーSharkyー
ー¿S-Sí? ー
ーNos vamos a mi casa ー
No alcanzó a decir nada porque Bakugō se puso de pie para tomarle de la muñeca y así arrastrarlo al departamento que antes había visitado.
Apenas entró lo notó más desordenado, habían muchos más papeles, había ropa por algunos lugares y aunque quiso evitarlo, notó que la cama estaba desalmada, como si alguien recién se hubiera levantado.
ー¿Bakugō? ー
Preguntó sin entender porqué había sido llevado allí, más a la habitación donde habían dormido juntos antes.
Dios, eso se oía tan sugerente que no pudo evitar que sus mejillas se colorearan ligeramente.
ーCállate ー
Con una sola palabra llena de mal humor fue empujado por el pecho hasta hacerlo caer en la cama, si siquiera logró hacer más que abrir los ojos cuando Bakugō se le estaba subiendo encima de las caderas mientras se sacaba la chaqueta.
Y en dos segundos estaban ambos tapados con las frazadas mientras Bakugō se le acurrucaba al cuello en busca de calor.
Lo entendió rápidamente, ese chico estaba falta de sueño y por eso su temperatura era baja. ¡Por eso lo metió a su cama! Su temperatura era más alta que la de una persona promedio.
Menos mal que no imaginó nada más, menos mal que Bakugō se durmió de inmediato así que pudo cruzarle ambos brazos por la espalda para acomodarlo mejor sobre él, menos mal que gracias al rico olor que salía del cabello de Bakugō pudo relajarse y sentirse como en casa, menos mal que pudo dormir entre sus brazos.
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Tattoo [KiriBakuShima]
FanficKirishima no se siente feliz en su tierra natal, por eso, cuándo es tiempo de ir a la universidad logra convencer a sus padres de irse a Corea a estudiar. AU humanos, sin poderes.