Capítulo 16

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Son las 11 de la mañana, me despierta el sonido de mi móvil que suena sin parar. Es la alarma que me avisa que debo ponerme con la edición del próximo número de la revista, es duro pero debo hacerlo aunque este a kilómetros de distancia de la oficina, lo dicho ser jefa no siempre es algo divertido.

Me pongo en marcha, pido el desayuno a la habitación y me ducho entretanto. Juan sigue dormido e intento no despertarlo aun. Termino mi ducha y me preparo en la terraza con mi portátil para empezar atrabajar. Tocan a la puerta, es el servicio de habitaciones con el desayuno, mientras que lo sirven en la terraza, aprovecho para despertarlo, debe aprovechar el ultimo día que nos queda en la isla,luego me encontrare con él para terminar la noche juntos

-cariño, levanta que ya es tarde – le susurró al oído. Se mueve entre las sabanas, desnudo, abriendo los ojos lentamente

-¿Qué hora es? – dice entre bostezos

-las 11:45 a.m., debes prepararte, te esperan en media hora Ana y Carlos abajo para ir a la playa –

Se levanta, me da un beso en la frente y de dirige como sonámbulo hacia la ducha. Yo me dirijo a la terraza, me sirvo una taza de café solo y empiezo a escribir. Minutos más tarde, recién duchado y vestido para un día de playa, me acompaña y se sienta a desayunar

-¿de verdad debes trabajar? ¿hoy? – dice mientras se sirve unataza de café con un poco de leche

-si cariño, ya te dije que debo tener esto preparado para cuandollegue el lunes a la oficina, sino trabajare como una loca el fin desemana y realmente deseo terminar las vacaciones lo más relajadaposible, además tan solo serán unas horas, te prometo que estarécontigo en la playa en nada –

-vale, no pasa nada, solo que no quiero que pases nuestro último díaaquí, encerrada y menos trabajando –

-tranquilo, que terminare en lo que menos imaginas, además debo ir aconocer a tu italiana – digo de manera picara mientras sonrió –venga, terminemos de desayunar que el día aún le quedan horas.

Así mismo hacemos, terminamos el desayuno, yo comienzo a trabajar y él va de camino a la playa. El sol como siempre acompaña, así que la playa se encuentra abarrotada de gente divirtiéndose y disfrutandode la mañana. Deciden ir a tomar un poco el sol antes de la comida,así que escogen un lugar cerca de la terraza del día anterior. Juan se tumba en su toalla, se pone las gafas de sol y observa a la gente pasar mientras la parejita baña a gusto en el mar. De repente, ve a lo lejos aquella morena del día anterior, a Mónica, jugar en la playa con un par de amigas más. Se le nubla la razón, le trae loco esa italiana y decide ir a por ella, así que se pone su camiseta, toma su riñonera y se pone en marcha.

Al ir acercándose a ella, mira con detenimiento su cuerpo, esta con un bikini amarillo que le queda de escándalo. Su culo descubierto por el tanga le hace excitarse, son tantas las ganas que tiene de ella, que solo el verla hace que su polla se empalme de tal manera que no puede disimular, aunque lo intenta con creces para no dar un espectáculo. Llega a su lado y con un suave toque en el hombro le hace saber que está allí, ella se da la vuelta y sonríe animadamente

-¡juan! – dice en un grito mientras le abraza – te dije que nos veríamos otra vez, io sono una strega...una bruja

-eso veo – dice riendo al ver como se alegra de haberse topado con el

-¿Qué haces ahora? ¿vienes a mangiare...comer?...¡ven! –dice mientras agarra un pequeño bolso  de la arena y con la otra mano agarrando la mano de él , llevándole a una de las terrazas cerca a la playa. El mira hacia donde se encuentra sus amigos y ve que están aún en el agua, así que decide seguirla, aun así no demoraran, es temprano para comer, así que será simplemente algo para picar

Cuestión de Lujuria II: Islas GriegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora