Capítulo 4

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La semana se pasa lenta, pero la siento poco, entre tanto trabajo y compras de último minuto. Estoy emocionada porque solo quedan horas para irnos. Tenemos el vuelo a Barcelona a las 7 de la tarde y al día siguiente embarcamos hacia las Islas Griegas. Tengo todo preparado, intento que no se me olvide nada pero si es así ya lo comprare en el viaje, al fin y al cabo lo que más necesito son bikinis y poco más, como dice Juan.

Nos dirigimos al aeropuerto después de salir de trabajar, va por mí a la oficina con mi maleta. Me cambio como puedo en el coche, para ir un poco menos formal, así que me pongo un vestido corto, ligero amarillo primaveral y unas manoletinas rosas, muy inocente pero atrevida a la vez

- vas preciosa, ¿acaso intentas calentarme antes de irnos de viaje? – me dice mientras toca mi pierna desde la rodilla hasta la entrepierna, casi rozando mi sexo que sin sentirlo se humedece al completo

- intento ir cómoda, todo lo contrario a lo que usted imagina, señor mío – digo de manera casi señorial. Nos reímos ante nuestro juego tonto. Faltan pocos kilómetros para llegar, así que termino de desmaquillarme un poco y soltarme el cabello. Le encanta que vaya al natural, dice que me sienta muy bien y sobre todo cuando solo le doy un toque de brillo a mis labios, al ser carnosos y provocativos, con el brillo se intensifican más.

Pasamos todos los protocolos del aeropuerto y por fin estamos en nuestros asientos asignados, esperando impacientes que el vuelo tome su curso

- ¿alguna vez has follado en el baño de un avión? – digo mientras miro por la ventana como preparan todo para el despegue

- pues la verdad es que no, ¿deseas probarlo? – lo dice de manera picara y burlona mientras de nuevo me toca la pierna, incitándome con sus caricias

- para nada – digo riendo – debe ser muy incómodo, prefiero follar en espacios habilitados- y de nuevo rio tontamente con nuestra conversación.

Por fin despegamos y vamos de camino a Barcelona, donde nos quedaremos las horas restantes que tenemos hasta que el crucero zarpe, que será aproximadamente a las 9 de la mañana. El vuelo ha sido rápido y la noche la hemos tenido tranquila, aprovechamos para descansar y recargar energías, porque nos espera un viaje bastante movidito.

El taxi nos deja en el barrio de la Barceloneta y nos dirigimos hacia el puerto ciudadano donde nos espera el majestuoso crucero Neuz, línea conocida en Grecia que viaja con el mejor de los lujos por todo el mar mediterráneo. Juan ha sabido escoger lo mejor de lo mejor para disfrutar de estos 12 días a bordo del Neuz, pocas veces tenemos vacaciones pero esta vez se ha lucido con su regalo.

Nos instalamos rápidamente en nuestro camarote, es perfecto y cómodo, con vistas al mar, se nota el lujo en cada detalle. Después de unos minutos desempacando y empapándonos de la información dada por la tripulación, decidimos dar un paseo por la cubierta e indagar un poco sobre lo que hay a bordo del Neuz. Es sorprendente todo lo que puede haber en él, es como una ciudad flotante, no le hace falta nada. Restaurantes de todo tipo, piscinas de todos los tamaños, espectáculos para todos los gusto, es increíble, me siento como una niña en una tienda de chuches, sin saber por dónde empezar.

Tengo ganas de tomar un poco el sol antes de ir a comer, así se lo comunicó a Juan que decide seguir con el tour. Quedamos en encontrarnos en una hora en la piscina. Tomo camino buscando una tumbona. Contenta por poder por fin ponerme el bikini y relajarme bajo el sol, me acuesto con mis gafas de sol y un libro para entretenerme. Minutos más tarde una mujer treintañera como yo, se acuesta en la tumbona que tengo al lado derecho. Rubia, de 1.70 de estatura, con curvas, a decir verdad bastante atractiva lo cual capta mi atención por unos instantes. Me quedo observándola por un buen rato. Dejo de lado mis pensamientos sobre quien es aquella rubia y continúo con mi libro “La llamada erótica” recomendado por mi secretaria, que a decir verdad es bastante morbosa

Cuestión de Lujuria II: Islas GriegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora