Quinto de primaria.

18 2 0
                                    

-Buenos días niños, me presento sere su maestra este año, pueden llamarme Rosa.
-Buenos días maestra- todos respondimos en la misma sintonía.
-Antes que nada quiero que se presenten todos.
Y así sucesivamente nos fuimos presentado.

-Ya tranqulizense, ya tuvieron su receso, así que es hora de que pongan atención en clases.- todos estábamos en nuestros respectivos lugares sin embargo él no.
-Niño, ¿Puede sentarse en su lugar? No empezaré la clase si no obedece.
-Vamos tranqulizese profe.
-Hagame caso y ya siéntese en su lugar.
-En un momento, no le cuesta nada.
-¡Qué ya se siente!
-Jajaja, no se alteré.
-Ah, me colmas la paciencia.
-¿En serio?
-Que detestable eres- la maestra en ese instante se quitó uno de sus zapatos y se lo aventó.- un mal falló, solo le pasó rozando.
-Jajaja, no me logró golpear.- después de eso, al fin se sentó en su lugar.

Desde el primer día hace enojar a nuestra maestra, no tiene remedio, siempre es así y a lo mejor siempre lo será.

Este año más el otro serán los últimos en la primaria, echaré de menos a mis compañeros y amigos. Pero no es tiempo de remodimientos, debo disfrutar estos últimos años.

Es semana santa, siempre vamos al templo de donde antes vivíamos, celabran muy bonito allí, además de que me encanta el lugar a pesar de los recuerdos melancólicos.
Mi madre nos dejó subir a un juego mecánico, el cuál hay varías sillas donde se pueden sentar alrededor de 4 personas, y éstas dan vueltas, si mi memoria no me falla creo que las llaman ¿sillas locas?

Ya se nos había hecho tarde, ya eran las 8:30 y el último autobús ya había pasado, el único remedio era esperar que pasara ese autobús o esperar que pasará otro que nos dejará cercas. Soy muy frío lenta por lo cual tenía bastante frío, por mí mala suerte no me había traído un suéter y mi mamá no me quería dar el suyo, intentaba ponerme en un lugar donde el frío me "llegará" menos o aunque fuera un poco menos.

Él pasó a mi lado, huele... tan bien, va vestido muy bien, peinado igualmente bien, aunque va vestido todo de color negro no pierde su encanto. Me quedé tan embobada viéndolo que no noté que me había saludado hasta minutos después cuándo él ya había dado vuelta a la esquina, rápidamente di la vuelta para verlo, y efectivamente estaba allí y había disminuido un poco su pasó, él siempre caminaba muy rápido. Vi que iba mirando el suelo. ¿Iba decepcionado?¿Triste? Pero de la nada él noto que lo miraba, me miró por el hombro, se detuvo por un momento y en ese mismo instante me dedicó una dulce, tierna y linda sonrisa de oreja a oreja.
¿Se había emocionado?
Sin darme cuenta mis mejillas empezaron a tomar un color rojo, sentía que me ardían y mi corazón latía a una velocidad desconocida, intenté tranquilizarme pero no pude, solté un suspiró, un suspiro que sonó cómo anhelo y esperanza.

-¿Ayer tú también fuistes a la fiesta del templo?
-Por supuesto que sí.
-Es uno de los mejores lugares, lo festejan muy bien, y el ambiente es demasiado divertido.
-Y siendo en la noche es mucho mejor, la luces lo hacen relucir aún más. Por cierto, ¿por qué ibas sólo?- al parecer la pregunta le incómodo un poco, ya que tardo un poco en contestarme.
-Mis padres tuvieron una discusión, mi hermano mayor estaba ocupado y pues me dejaron ir sólo, eso me ayudó a distraerme, por eso fuí así.
-Oh ya, entiendo.
-En verdad me sorprendí verte allí, pensé que eras de otro religión.
-Lo mismo digo.

Lo que me pasó ayer fué muy extraño, soy consciente de que no siento nado por él, ni nada parecido, sólo es un simple compañero... Sí, nadamás.... O será que sí siento algo por él... No, no, no, no puede ser posible.

🌼 Aquél chico 🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora