X. DESAFIO DE UNA JUDIA

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Jura que no te rindes, por que si me olvidas ellos ganan.

          "que habrá un reino en donde los más pequeños serán escuchados y considerados junto a los más grandes."

En el verano de 1944 un polaco ario que trabajaba en la sección B-3 consiguió hacerse con dos equipos de la SS. Uno para el y el otro para una judía de Polonia de quien estaba enamorado. Ambos llevaban allí mucho tiempo, se fueron de Birkenau atravesando Auschwitz y llegaron al pueblo de este nombre. Allí pasaron dos semanas felices, que fueron para ellos una verdadera luna de miel a conciderar como era la vida en un campo de concentración y de tantos años de cautiverio, se consideraban tan seguros con sus uniformes de la SS, que lamentablemente se confiaron y comenzaron a vagar por las calles de la aldea.

Un oficial de la SS, observó algo raro en el aspecto de la mujer e inmediatamente, les pidió sus documentos, naturalmente ambos fueron detenidos.

Estaba dispuesto que los fugitivos devueltos debían sufrir un castigo ejemplar, en presencia de todos los prisioneros.

En primer lugar, se les obligó a recorrer el campo llevando un pasquin en que se consignaba el crimen por el que habían sido sentenciados. Luego se les ahorcaba en medio del campo o se les mandaba a la cámara de gas.

La judía dio muestra de gran valor, ¡Delante de la muchedumbre de los presos, la muchacha se negó terminantemente a llevar el pasquin!.

Los alemanes reaccionaron como centellas, un guardián de las SS, la golpeó brutalmente, luego ocurrió algo verdaderamente increíble, aquella muchacha puso a contribución todas las fuerzas que tenía... ¡ y sacudió un puñetazo en plena cara a su verdugo!.

Un murmullo de asombro corrió por el gentío de prisioneros ¡HABÍA ALGUIEN QUE SE ATREVÍA A CONTESTAR A LOS GOLPES CON GOLPES!. Ciegos de rabia, los alemanes se lanzaron contra la mujer, un diluvio de palos y puntapiés se abatió sobre ella. Quedo con la cara ensangrentada y con la extremidades rotas.

En un gesto triunfal, el jefe de las SS hizo sobre su cuerpo el rótulo que se había negado a portar, la tiraron dentro de un camión como si fuera un costal de harina, pero todavía aquella  muchacha medio muerta, con un ojo aplastado y la cara hinchada, se incorporó y dijo: ¡VALOR AMIGOS! ¡YA LO PAGARAN ESTOS! ¡LA HORA DE LIBERTAD ESTA CERCA!....

Esta mujer fue mi heroína y pensé que su muerte había sido por defender lo correcto, sus creencias, no lograron los alemanes mutilarla en alma ella estaba más viva que muchas en el campo de concentración que eran de las SS. Ella era LIBRE.

YO SOY JUDÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora