II. II REUBICACION

300 7 2
                                    

Después de que nos reubicaron a una zona aislada de la ciudad el cual lo nombraron el ghetto y en situaciones realmente deplorables.

A mi familia,  mis abuelos, mis tíos y los padres de Ruth nos toco compartir el mismo lugar para vivir  no lo puedo llamar casa por que mi casa fue diferente, el lugar era muy chico, solamente teníamos una habitación, todos sabíamos de los problemas del otro, nadie tenía privacidad, pero como bien lo digo mi abuelo estábamos juntos.

Un día mi prima Yelka, Ruth y yo salimos a buscar algo de comida y en ocasiones teníamos suerte podíamos cargar cosas pesadas y como pago nos daban un trozo de pan o la mitad de una papa..

En la calle venía una madre con su bebé en brazos para mala suerte del bebé empezó a llorar un soldado alemán le grito a la madre..

-calla eso,  que me lástima el oído.

La madre trato de calmar a su bebé pero no lo logro, el soldado le arrancó a su hijo de los brazos y comenzó azotarlo una y otra vez en la pared hasta que el bebé dejo de llorar,  la madre desesperada pedía clemencia pero no lo consiguió, el soldado tiro en el piso el cuerpo inerte del bebé,  saco su pistola y sin piedad alguna le disparo a la madre. Después el soldado se fue cantando una canción como si nada hubiera pasado.

Mi prima y Ruth corrieron yo no pude moverme me quede viendo al soldado, sin pensar ¡no podía!,  no se en que momento el soldado llego frente a mi y me digo..

-Y tu,  ¿Que me vez?  Escoria...

Saco su pistola y me apunto, entonces comprendí que a mis 16 años dejaría de vivir,  que ya no podría conocer al amor de mi vida, no podría ser madre ni realizar todo los sueños que tenía en mi corazón,  pero pensé que tal vez una bala no tendría el mismo dolor en mi cuerpo que lo que sintió ese bebé, pero por alguna extraña razón ese soldado miserable no me mató me vio fijamente pero no disparo,  bajo su arma y se fue.

Cuando reaccione ya tenía a mi prima y a Ruth diciéndome ...  - estas loca Shifra te han perdonado la vida,  si a ti te pasa algo tus padres ya no tendrían fuerza,  para seguir-

cuando escuche eso me acordé de lo que le prometí a mis padres y comencé a correr muy rápido,  llegue al cuarto donde vivíamos, me metí a la única cama que teníamos y compartíamos, me quede dormida, cuando desperté tenía a mi madre diciéndome.

-Shifra, ¿que has hecho?

Yo estuve tan asustada que al dormirme me hice pipí y moje el único edredón que teníamos, mi madre me reto y nunca la había visto tan molesta conmigo hasta ese día,  nunca le pude explicar por qué lo hice ni ella medio el tiempo para hacerlo me culpo pensando que era una malcriada..  Creo que ese día entendí por que mis padres estaban tan cambiados,  mi papa tan apagado y mi dulce madre tan alterada,  no era para menos, después de lo que yo misma vi jamás pude volver hacer esa misma niña inocente y alegre.

YO SOY JUDÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora