El día transcurrió sin pena ni gloria alguna, como siempre Sebastian fue elogiado por sus deducciones tan simples pero concisas, -como siempre un muy buen trabajo joven Miranda- dijo el decrepito y anciano maestro de historia de la literatura, Sebastian solo agradeció con una sonrisa y salió del aula, Sebastian estudiaba Literatura frente a cualquier cuestionamiento que pudiera hacerle su madre esa era la carrera que movía sus fibras y gracias a este intenso amor que sentía por ella era que siempre se destacaba, gracias a su tan alto puntaje en los exámenes nacionales logro obtener una beca del 50% para estudiar en una de las universidades de más renombre en cuanto a Literatura se trataba, movido por un intenso espíritu de superación siempre se esforzaba más de lo que debía en obtener las mejores calificaciones, luego del primer semestre el resto de la carrera la había estudiado becado ya que siempre lograba sobresalir por su entrega, dedicación y puntualidad.Al salir del aula se dirigió a la cafetería a tomar una merienda o simplemente tomarse un café y estudiar para su próximo parcial, unas mesas más allá estaba sentado Mateo con sus auriculares a todo volumen, abstraído del mundo y sus alrededores, entregado solo a su mejor escape, la música, Mateo al igual que Sebastian estudiaba Literatura pero estaba un par de semestres atrás y por sus notas todo indicaba que ese semestre tendría que repetirlo, era un vago de tiempo completo, no le interesaba en absoluto la carrera, a decir verdad solo estudiaba por obtener un título que presumir ya que para él el dinero de su familia podría mantenerlo hasta el último de sus días, siempre era lo mismo, siempre llegaba tarde, muchas veces no entraba a clase sino que se dedicaba a fumar un porro de marihuana en algún lugar apartado de la universidad mientras se sumergía en el éxtasis que le producían las voces agudas o las más guturales de sus bandas de rock favoritas, en definitivas un completo holgazán.
Volteo hacia donde estaba Sebastian y al verlo se retiró los auriculares, no estaba muy seguro pero sabía que lo había visto en otro sitio, concentrado en descubrir de donde lo conocía vio que el maestro García se acercó a él, -honestamente felicitaciones Sebastian, ya el Sr Hernández me comento de su ensayo y realmente puedo decir que ha sido uno de los ensayos más simples y a la vez profundos y concisos que he leído sobre esta maravillosa obra de Gabriel García Márquez, sigue así hombre, dentro de poco será la reunión de la junta directiva de la universidad y tocaremos tu solicitud de beca completa, te diré algo pero no lo oíste de mí, ¿está bien?, bueno, todo indica a que se te otorgara la beca completa no solo del siguiente semestre si no del resto de lo que te queda de carrera, pero como te dije, esto no lo escuchaste de mi boca, si te lo preguntan di que lo escuchaste en los camerinos o que fue un rumor que te llego de alguno de los representantes de carrera, ¿vale?- dijo el Sr García mientras se iba guiñándole un ojo a Sebastian, el rostro de Sebastian se ilumino totalmente, no veía la hora de llegar a casa y contarle a su madre esta tan maravillosa noticia, en caso de que así fuera no tendría que preocuparse por los 4 semestres que le hacían falta para graduarse, ya que la única preocupación seria mantener un buen nivel de sus notas y aunque no le agradase mucho presumir sabía que eso era fácil para él, perdido en su inmensa alegría escucho que alguien le habló, él reconoció esa voz, la había escuchado antes y la verdad el solo hecho de imaginar que fuera esa persona le irrito en sobremanera, -hola incompetente- escucho que le dijeron, Sebastian se viro para ver a la persona que le había llamado incompetente y ahí estaba, si, ese mismo chico que la noche anterior le había amargado la vida sin reparo alguno Mateo Blanco, -hey incompetente, te estoy hablando- replicó Mateo, Sebastian no despertaba de su asombro, -hey hombre pero que mala cara te traes, ni que hubieses visto al mismísimo diablo en persona, soy Mateo Blanco, por lo que alcance a escuchar te va bien en la carrera, ¿Qué estudias incompetente?- respondió y pregunto Mateo, - li-lite- literatura- tartamudeo Sebastian, -wow, me sorprendes, pero a pesar de todo no dejas de ser un pésimo mesero, debo hacer algo, te veo luego- con esto se despidió Mateo mientras le guiñaba un ojo y se marchaba poniéndose sus auriculares, Sebastian no daba cabida al nivel de cinismo que esbozaba la cara de Mateo, la noche anterior le había amargado el rato, en la madrugada le había empapado de pies a cabeza y ahora simplemente parecía que le felicitaba y le insultaba sin reparo alguno como si no hubiera un mañana, pero lo que más le sorprendía era el hecho de descubrir que estudiaba justo en la misma universidad que el repelente, arrogante, antipático y patético Mateo Blanco.
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Niño bien, Niño Mal
RandomSebastian nunca pensó en que aquel seria el cliente mas detestable que pudiese existir en el mundo, solo esperaba que terminara la noche, pero para Mateo la noche nunca termina si así él no lo decide, un mal inicio un extraño final, un amor sincero...