6to Capitulo "EL PRINCIPIO DEL FINAL" Parte 2

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"Nunca temas a tus demonios, tu temor los alimenta y hace cada vez mas fuerte, solo enfrentándote a ello podrás seguir"

Que infeliz había sido Adriana, era verdad que se odiaban a muerte, pero ese había sido un golpe extremadamente bajo, como podía traer sobre el tapete aquel garrafal error de su pasado? Mateo prefirió dejar esa discusión a un lado y solo optó por salir al jardín trasero de la casa a fumarse un porro.

Sebastian no quería levantarse de su cama, pero ahí estaba Sara, instándole a salir, a que tomará el sol, era verdad que hacia pocas horas había vuelto pero ella conocía demasiado bien a su amado y sabia que algo estaba mal...
Sara: venga hombre, no podéis pasarte todo el día en esta cama, además... Parece que no te alegraras de verme
Sebastian: cómo puedes decir eso?
Sara: sencillo, ayer no queríais darme el lote y hoy no queréis salir conmigo, algo anda mal y es referente a nosotros dos
Sebastian: si me levanto de esta cama, me ducho y salgo contigo dejaras de imaginarte cosas?
Sara: venga, que sea un trato, pero sabéis que aunque no lo diga estaré imaginándome cosas? Cierto?
Sebastian: si amor, eso no lo dudo
Sebastian beso a Sara y se levanto para ir al baño, esta salió de la habitación para reunirse en la sala con Cynthia y seguir con el cotilleo.

Mateo ya había terminado de fumar su porro y estaba levantándose de una de las sillas del jardín para ir a su cuarto cuando de la cocina salió su madre...
Isabela: hola cariño
Mateo: buenos días mama, mama... referente a lo que sucedió ayer...
Isabela: shhh tranquilo cariño, soy tu madre, te conozco muy bien y no tienes porque disculparte... mas vale... quieres hablar de lo sucedido?
Mateo: la verdad es algo muy fuerte mama y no quisiera hablar de ello
Isabela: a ver nene, yo no pase tanto tiempo en una universidad estudiando psicología para no ayudar a mis hijos si así lo necesitan, así que cuéntame
Mateo: Sebastian mando todo a la mierda porque supuestamente esto es un error, y que no es como yo, y súmale el hecho de que ahora yo soy desviado y no permitirá que lo arrastre a mi degenerado mundo...
Mientras recordaba tan tristes palabras no pudo evitar que unas cuantas lagrimas se escaparan de sus ojos, lagrimas que Isabela de inmediato seco, lo miro a los ojos, lo abrazó y beso en la frente...
Isabela: tienes todos los motivos para llorar todo lo que desees, pero no puedes hacerlo, mejor dicho... no debes, confía en las palabras de tu madre, y escúchame muy bien, él solo esta pasando por una etapa, la misma etapa por la que tu pasaste cuando te enteraste de tu atracción por los chicos, así que dale tiempo, y si no regresa, recuerda que el tiempo lo cura todo...

Estas palabras de cierto modo reconfortaron a Mateo, esperaba que las cosas fueran como ella las pintaba y solo fuera una etapa por la que Sebastian estuviese pasando, la besa en la frente y se fue a su cuarto. Pero hubo algo de lo que ninguno de los dos se percató... desde el balcón de su habitación Adriana lo había visto todo, y su enojo era asfixiante.

Después de mucho molestar Sara había logrado sacar de su cuarto a Sebastian y ya ahora a mitad de la tarde su semblante había cambiado, Sebastian estaba sonriente y pareciera que aquello que la noche anterior le había indispuesto tanto ahora solo hubiese quedado en lo más recóndito de sus recuerdos, pero ella aún seguía dandole vueltas a aquello, como desearía poder meterse en su cabeza y escarbar hasta encontrar aquello que le había molestado, pero ya que eso era un imposible solo podía quedarse con esa falsa sonrisa.

De mala gana Mateo había accedido a salir de su casa con su familia, con tantas cosas en su cabeza había olvidado que ese día era el cumpleaños de su padre, esa la única razón que lo había motivado a salir de su confinamiento, rumbo al restaurante donde celebrarían el cumpleaños Mateo y Adriana se habían ido en el auto de este ya que esa fue la condición que puso para salir de su casa y mas adelante en el auto de Isabela iban esta y su esposo, llegando al restaurante donde meses atrás Sebastian trabajaba Adriana vio a una pareja salir de este tomados de la mano...
Adriana: Hey hermanito, ese no es tu amigo?
Mateo miro hacia donde apuntaba Adriana y no logró distinguir muy bien al chico, para este punto ya ambos autos habían aparcado frente al restaurante, sus padres ya se habían bajado de su auto y lo mismo estaban haciendo Mateo y Adriana, Isabela miro hacia aquella pareja y de nuevo hacia su hijo el cual no despertaba de su asombro, eran Sebastian y Sara, tomados de la mano, algo... llamémosle destino hizo que Sebastian se virara y con lo primero que se encontró fue con la mirada triste y apagada de un Mateo sumiso y humillado, su rostro dejaba ver el trasnocho y el camino de las lagrimas derramadas, su apariencia no era la misma, del Mateo fashionista no existía rastro, vestía un saco tres tallas más grande color negro, un jean azul hielo con las rodillas rotas y un par de tenis negros con los cordones desatados, sin contar que su cabello lucia enmarañado, Sebastian quería lanzársele encima y besarlo, abrazarlo, pedirle que lo perdonara por todo aquello que había dicho, pero no podía hacerlo, prefería callar, agacho la mirada para seguir su camino pero Adriana no podía dejar pasar tan excelente oportunidad...

Niño bien, Niño MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora