Parte 1

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La gran ciudad de las bestias, un lugar similar al mundo real, en donde, animales con cuerpos de humanos y características humanas, viven igual que los humanos. Normalmente, este lugar suele ser hermoso, una maravilla... o bueno, normalmente es así.

Los cielos pasaron de tener hermosos tonos distintos de azul, que solo de mirarlos sentías energías para salir y comerte el mundo, a un cielo, con distintos tonos de blanco y negro, con pequeñas partes de gris. Las nubes que solian dar algo carismático a los días, se tornaron tétricas y viles.
Todo pasaba, tal y como lo tenía previsto el cruel destino.

El líder de esta gran ciudad, una especie de conejo, como antes dicho, con cuerpo de humano, había muerto, murió protegiendo su gente, a su pueblo que se encontraba bajo ataque por un clan enemigo, el solo, ganó la batalla contra 20 bestias enemigas, si, claro tuvo ayuda de sus guardias, pero los guardias del enemigo eran más fuertes.
Que tragedia...

Toda la ciudad estaba de luto, algunos sentían culpa al no poder haber hecho nada, otros sentían vergüenza por ni siquiera haber ido a ayudarlo verbalmente.

Entre toda esta, avalancha de tristeza, había alguien, que de verdad lo estaba pasando mal, su nombre es Kumatetsu.

Kumatetsu, es una bestia oso, tiene u  pelaje rojo oscuro y era... bastante alto, mide alrededor de 2 metros, tal vez un poco más alto, también se encontraba en una excelente condición física. El líder de la ciudad era alguien muy querido para kumatetsu, kumatetsu era discípulo de este líder, pero, a pesar de eso, tenían una relación padre e hijo, se llevaban bien, se hablaban casi a diario.

La ceremonia de despedida se llevaría a  a cabo al atardecer en el palacio del líder. Un lugar inmenso más grande que un estadio de fútbol.

Kumatetsu se encontraba en la habitación del difunto líder mirando fotos viejas de él y su maestro juntos. Era una habitación algo pequeña para lo que era el palacio. Miraba las fotos, en completo silencio, solo se podía oír su respiración y su pelaje rozando su ropa debido a los movimientos que su pecho hace al inhalar y exhalar. Camina lentamente alrededor del cuarto... observando...

Una foto.... una foto llama su atención, de cuando kumatetu era un niño, de su graduación de las artes marciales nivel 1.

Kumatetsu!?, viniste... - Dice tatara, el mejor amigo de kumatetsu. Un mono, pequeño un metro 50 y algo Delgado.

Si... ese viejo fue el único que creía en mi... - responde a secas. Tatara se acerca a kumatetsu con un discurso en mente. - escucha, debes de ser fuerte, el... - Kumatetsu gira la cabeza, mira a Tatara con el rabillo del ojo y dice:

Esta muerto.

Tatara, sorprendido desvía la mirada. - Kumatetsu... - dice en voz baja. Tatara da unas palmadas en la espalda de kumatetsu y antes de irse.

No se como te sientes, no pretendere fingir saber que hacer o que decir... solo te pido, que pienses bien... lo que, sea que estés pensando. - el tono de voz de tatara, gritaba angustia.

Kumatetsu pone la foto en el sitio donde la recogió, gira la cabeza y con una sonrisa débil - si, gracias tatara.

Bien... - Tatara sale de la habitación dejando a kumatetsu solo, antes de irse mira por última vez esa foto.

Kumatetsu! - la voz de Iozen, una bestia alta, con nariz y colmillos de jabalí acompañada de una melena de León. Iozen es el rival de kumatetsu, kumatetsu se pone nervioso comienza a caminar rápidamente a Iozen, lo empuja contra el muro y lo sostiene de su camiseta.

Que!... HACES AQUI!? MALDITO COBARDE!- Iozen mira con indiferencia a kumatetsu - arrugas mi camiseta... - Iozen lo mira de una manera amenazadora y dice: quítame las manos de encima...

Kumatetsu, mira más de cerca a Iozen y se percata que tiene moretones en la cara, parches médicos y una mano vendada, jadeando dice: que... te pasó?... - kumatetsu suelta a Iozen y da unos pasos hacia atrás. Iozen, como un caballero arregla su camisa.

Yo... estaba ahí, a su lado... pero... en donde estabas tú? - Dice Iozen a secas, Kumatetsu lo mira a los ojos con gestos de ira pero de su boca no salen palabras. - Ese dia... - Iozen poco a poco levanta la voz -  del ataque, teníamos entrenamiento al anochecer... el ataque ocurrió durante el día... EN DONDE ESTABAS?!

Kumatetsu, jamás nunca había visto de esa manera a Iozen.

Tienes agallas de decir eso?... tu?... - Kumatetsu se acerca al rostro de Iozen - La sabandija cobarde que huyó con la cola entre sus patas...

Iozen empuja a Kumatetsu, no muy fuerte - Te recuerdo que afortunadamente pocos pudimos escapar... ademas, fueron órdenes de el lord, dio esa orden con su último aliento.

—Yo me hubiera quedado ahí... a morir con el porque no podría vivir como un cobarde....

—Y bien, porque no lo demostraste...

Kumatetsu no es capaz de decir nada ya que en el fondo sabe que el culpable de todo esto era el. Kumatetsu solo intentaba culpar a alguien. Librarse de ese remordimiento que lo carcome por dentro.

No solo por haber estado ausente el día de la batalla ya que el pudo haber marcado la diferencia y quien sabe tal vez las cosas hubieran sido distintas.
Kumatetsu también había roto la regla más importante del mundo de las bestias, el de ir al mundo humano.

Que es lo que querías! HMPH?!... Querias que también muriera? - Dice Iozen molesto. - y créeme, que me duele saber que pude haber evitado todo esto... pero... así son las cosas.

Kumatetsu comienza a acercarce a Iozen lentamente, una vez cerca apoya su cabeza sobre el hombro de su compañero, Iozen no esperaba esto solo le da un abrazo.

Lo siento... - Dice kumatetsu mientras sale de la habitación dejando a Iozen solo, pensando en que fue todo eso.

La ceremonia comienza, las bestias se reúnen alrededor del ataúd del líder, sostienen velas y cantan una melodía triste pero enérgica que transmite el sentimiento de orgullo y victoria. En el medio del templo se encontraban las tumbas de los anteriores líderes. El ataúd comienza a bajar por el hoyo. Dan sus bendiciones y rinden tributo hablando sobre la historia del líder.

Todos estaban presentes excepto Kumatetsu, el siente que como no estuvo ahí en los últimos minutos de vida de su maestro, no merecía estar presente ante su ataúd.

Truenos retumban, da comienzo a una tormenta, Tatara e Iozen miran a kumatetsu afuera en la lluvia.

Demonios... pobre chico...- dice tatara mientras bebe una copa de vino.

Ni siquiera pudo vestir adecuadamente... - dice Iozen con una sonrisa suave - Superaremos esto juntos...

Kumatetsu aprovecha para desahogarse, comienza a llorar bajo la lluvia, se siente bien cuando sus lágrimas y las gotas se juntan.

Mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora