Capítulo Diez.

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Capítulo Diez: Mentiras y verdades.


- ¿Estas seguro de esto, México? -el preocupado canadiense preguntó, no estaba seguro y dudaba de lo que quería hacer su amigo

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- ¿Estas seguro de esto, México? -el preocupado canadiense preguntó, no estaba seguro y dudaba de lo que quería hacer su amigo.

- Orale, pues siempre hay que arriesgarse, ¿no, maple?

La puerta se cerró, en la habitación estaba solo él estadounidense y él ruso, mirándose seriamente, y en el caso del sovietico, con una de sus cejas elevadas

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La puerta se cerró, en la habitación estaba solo él estadounidense y él ruso, mirándose seriamente, y en el caso del sovietico, con una de sus cejas elevadas.

- What do you need? -hablo de forma seca, mirando a la pantalla de su celular mientras esperaba que USA respondiera y no le hiciera perder su tiempo.

- I came to show you something.

Él hijo de la union soviética apago su celular y se sento en la cama, frunciendo su ceño.

- If you come to talk about who deserves Mexico, then- [Si vienes a hablar sobre quien merece a México entonces...]

- It's not about that. [No es eso]. -interrumpio al euro-asiatico.

Él estadounidense se le acerco, le tendió la cámara esperando que la tomara y viera aquello.

Maldicion.

- ¡México-kun! ¿Qué haces aqui? ¿no deberías estarle mostrando eso a Rusia? -uno de los paises asiáticos le miraba confundido, pues el latino había estado tocando la puerta de la cabaña en donde dormía él japones

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- ¡México-kun! ¿Qué haces aqui? ¿no deberías estarle mostrando eso a Rusia? -uno de los paises asiáticos le miraba confundido, pues el latino había estado tocando la puerta de la cabaña en donde dormía él japones.

- USA lo esta haciendo, quería... Agh, preguntarte algo. -Mexico sonrio, sentándose en la cama de Japón.

Él amante del anime asintió, sonriendole de igual forma.

- ¿Esta bien lo que hago? Digo, no se ni como chingados terminara esto y estoy nervioso de a madre de que no pase ni verga entre Rusia y yo y lo termine arruinando. -solto, poniendo su mirada al vacio, y haciendo gestos de preocupacion conforme iba hablando.

- ¿Uh? No, no, no, no. -Japon se puso de rodillas frente a el, mirándole preocupado.- Mexico-kun, eso no pasara, estoy noventa y nueve punto nueve por ciento seguro de que no pasara.

Las manos del asiático fueron al cabello del latino, y el mexicano asintió, tratando de que las palabras de su amigo lo convencieran.

- ¿Seguro?

- ¡Seguro!

Habían pasado minutos desde que él ruso había sacado a Estados Unidos de la cabaña, quedándose solo, con la furia invadiéndole por dentro

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Habían pasado minutos desde que él ruso había sacado a Estados Unidos de la cabaña, quedándose solo, con la furia invadiéndole por dentro.

Había perdido él tiempo con Argentina, y aunque se convencía de que no le importaba, le dolia un pequeño pedazo de su corazón, el uno por ciento de su corazón, para especificar.

Y escucho la puerta abrirse, esperando que no fuera Usa de nuevo, o Chile, o Argentina, y quizas deseaba que México fuera y se quedara con él como él lo había hecho cuando él latino estaba ebrio.

Pero no fue así.

- ¿Cariño? ¿Estas bien? -un argentino se acercaba con preocupaciones fingida.

- No te me acerques. -tan pronto como hablo él soviético, la piel de Argentina se erizo, había notado lo fria y seca que había sonado la voz del ruso.- ¿Te gusto jugar conmigo, no? -se levanto y dio pasos fuertes hacia Argentina.

- N-no se de que hablas, ¿estas bien, bebé? -temblaba, sabia que había sido descubierto.

- Nada de bebé.

Se alejo del latino de colores blancos y azules y formo una sonrisa irónica en sus labios.

- Terminamos.

- Terminamos

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...
Editado.

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