Capítulo Nueve.

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Capítulo Nueve: No lo merecemos.


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Salió de la cabaña suspirando, pensando si debía regresar a donde estaban los demás o seguir cuidando del mexicano, pero una voz interrumpió sus dudas existenciales

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Salió de la cabaña suspirando, pensando si debía regresar a donde estaban los demás o seguir cuidando del mexicano, pero una voz interrumpió sus dudas existenciales.

- Escuche todo. -El estadounidense se acerco al Ruso al tener su atención y puso uno de sus dedos en su pecho, señalándole.- ¿Qué vas a hacer con eso que te dijo?

Trató de responder mientras miraba con el ceño fruncido ligeramente, correspondiendole la mirada a Usa.

- No se de que hablas. -solto.

- ¿Qué no sabes? Rusia, no trates de mentirme diciendo que nada de lo que vi y escuche es mentira.

- ¿Qué tanto escuchaste? -pregunto alejándose dos pasos del otro.

- Todo.

Un silencio les indundo, el soviético suspiro y el americano deseaba que le dijera que no hiciera nada.

- ¿Le corresponderás? -la voz del de cincuenta estrellas se escucho rota.

- No lo sé.

- No lo hagas Rusia, si no lo amas, no lo hagas, por favor. -se volteo mirando a la nada y dandole la espalda a su rival.- No lo mereces.

- ¿Y tú si? -el euro-asiatico elevo una de sus cejas, apretando su mandíbula y haciendo un gesto de enojo y burla.

- Ninguno de los dos, imbécil. -rio y le miro de vuelta.- Es la verdad. México vale mucho, como para que pienses en salir con él cuando sabes que quieres a Argentina.

-No lo hago.

Y él estadounidense suspiró, empezando a caminar hacia donde seguian los otros, pero antes de irse, se detuvo y dijo.

- ¿Tú crees que no lo haces?

El día salió, y con ellos, los países despertaban

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El día salió, y con ellos, los países despertaban. Unos con dolor de cabeza, otros con pereza, y los demás con tranquilidad y felicidad.

- Puta madre me duele la cabeza. -un moreno se encontraba quejándose mientras se sobaba la cien, escuchando él ronquido de Chile.- Ya pendejo, despierta. -tiro una de sus almohadas hacia su amigo, ganandose una pequeña queja.

Él argentino ya estaba afuera, esperando a su novio para hablarle sobre cualquier cosa que se le ocurriera, Rusia se estaba alejando de el, y debía mantenerlo a su lado.

- Honey, iré por una pastilla por ti, wait for me. -solto Usa, corriendo y casi cayéndose en el camino, buscando lo que había dicho y dejando a los demás solos.

- ¿Te duele? -la voz del soviético sono, y la puerta volver a cerrarse tambien, Chile habia salido.

- Si, pero pasará. -sonrio y volvió a sobarse en él mismo lugar, soltando maldiciones de vez en cuando.

Afuera de la cabaña aquellos amantes se encontraban, el chileno trataba de convencer a su hermoso novio que se fueran ellos, y que el soviético iría después, que no importaba el ruso, y blah, blah, blah.

- Vamos, cariño, no pasa nada. -Chile llevo sus manos al cabello del otro, no podía actuar amorosamente enfrente de todos.

- Esta bien, pero luego me daras algo por hacerte caso, ¿esta bien? -hizo un puchero empezando a adelantarse y siendo perseguido por él más alto.

Los gemidos se hacian presentes en aquella parte lejana del "campamento", atras de uno de los arboles el chileno mantenía su miembro fuera y una pequeña boca alrededor de este

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Los gemidos se hacian presentes en aquella parte lejana del "campamento", atras de uno de los arboles el chileno mantenía su miembro fuera y una pequeña boca alrededor de este.

- Sigue así, Arge. -tomo los cabellos de su novio mientras le miraba y gruñía, sentía tan bien como en otro chupaba su polla haciéndole ver como un necesitado.- ¿Te gusta?

Lambidas y la cabeza del otro moviéndose mientras chupaba le hacia sentirse en él cielo. Minutos después, termino llenando la boca de su compañero tanto amoroso, como sexual.

El argentino lo trago todo.

- Vaya, ¿Tan buenos mejores amigos son? -la voz de alguien les interrumpo, haciéndolos arreglarse las ropas y en el caso de Argentina, el rostro.- Sabia que eran cercanos pero no para tanto.

México hizo una mueca de disgusto despues de decir eso.

- Olvidense de mi, y Arge, cuida a Rusia. -dijo de manera atrevida y saliendo de ahi.

La prueba número uno de la infedelidad de Argentina había sido grabada.

La prueba número uno de la infedelidad de Argentina había sido grabada

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Edición: correcciones.

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