Prepárense, este es mi regalo hacia ustedes;
capítulo largo a continuación.Sin miramientos el día del baile había llegado. Para suerte de Natsu ya no había tenido encuentros irritantes con su vecina, tampoco había vuelto a ver a la molesta enana de biblioteca y su única preocupación en la semana fue ayudar a Lissana con el orden de los estantes, buscar un anillo con Gray para Juvia y vivir su vida rutinaria, había sido una semana de tranquilidad que sería cobrada con creces ese día en el baile, eso lo había tenido muy en claro cuando esa misma mañana al abrir su taquilla lo primero que vio fue una nota a puño y letra de Levy donde ponía su dirección y hora para que la recogiera para el baile. No solo le estaban quitando su privacidad, también le habían arrebatado el orgullo y para colmo su gasolina, solo faltaba que lo hicieran bailar y entonces abrían acabado con él.
—Pensé que era una broma eso de ir al baile —la carcajada oxidada de Lissana brotó por toda la biblioteca, y así siguió hasta casi ahogarse con su propia saliva. En toda la preparatoria jamás había visto a Natsu asistir a un evento recreativo, y con solo hablar un momento con una chiquilla de primero ahora iría al baile—, quién diría que la debilidad de Natsu Dragneel son las mujeres.
—No me lo recuerdes que estoy a nada de mandarlo todo a la mierda.
Le asqueaba ver cómo todos ese día se veían tan ansiosos de que ya fueran las ocho de la noche para dar comienzo al baile, o simplemente llegar a casa para comenzar con la producción a estar listos, simplemente no entendía qué pasaba por la mente de esas personas para ser complacidas por algo tan... simple.
—¿Qué te pondrás?
—Alguna mariconada, eso es seguro.
Sin intención de aguarle más el día, Lissana no le dijo nada, pues sabía de sobra que su hijo no era un chico de traje y cualquier comentario fuera de tono iba parecerle una humillación. Tras unos minutos en los que la anciana le insistía en que se divertiría mucho y no se arrepentiría, la hora de entrar a clase llegó y con ello el pesar de Natsu que no se prolongó por mucho tiempo.
—¡Eh, colega! —la sonrisa que le brindó Sting casi lo hace querer arrancarse los propios ojos. El Dragneel se fijó en él y éste le palmeó la espalda como si fueran los amigos de toda la vida—, quería pedirte un pequeño favor.
De favores ya estaba hasta la coronilla, era claro, sin embargo saber qué planeaba el rubio le intrigaba porque seguro tenía que ver con Lucy. Natsu carraspeó un poco, no sabía si se estaba convirtiendo en el diablo pero ahora todo el mundo le pedía favores, y ninguno al que pudiera sacarle provecho. Se preguntó de pronto si él tenía la pinta de ser un hombre bondadoso.
—No.
—¡Vamos, Natsu! No te tomará ningún esfuerzo —se acercó más a él demostrando que nadie más que ellos eran merecedores de la conversación—, somos hombres y debemos ayudarnos; lo único que ocupo es que si la madre de Lucy te pregunta, tú corrobores que viste cómo ella se regresaba con mi hermana a su pijamada. Ya sabes cómo se ponen las madres si se enteran que su hija va a pasar la noche con un hombre, eh —se ríe un poco y pasa la mano por su cabello, quitándole importancia al asunto—, te lo pido a ti porque eres su vecino y seguro sólo a ti te pregunta.
Sting lo vio escéptico esperando una respuesta. Realmente ese idiota le estaba pidiendo semejante estupidez, le estaba pidiendo que fuera su cómplice a cualquier delito que quisiera cometer, porque aunque seguía sin responderse el para qué Sting tenía un arma, no iba a darle ni un gramo de su confianza, aparte, ni que él fuera una persona que servía a la comunidad para estarle haciendo favores a todo mundo.
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The Bad Boy
FanfictionNatsu Dragneel es un hombre al que los dioses se esmeraron en formar. Con su rostro de rebelde agraciado y su cuerpo esculpido, él tiene una amplia y famosa lista de chicas en el Instituto, pero no es una que él mismo acredite, sino todos los estudi...