Azul

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Natasha salió del consultorio con las mejillas rosadas, con un semblante tranquilo y con ese brillo especial en sus ojos que la acompañaba desde que supo de su embarazo. Necesitaba contarle a Steve que tendrían un niño, una versión en miniatura de él.

De camino a su casa, encontró una tienda de ropa, si bien ella no era detallista ni cursi al ver por medio de las vitrinas accesorios de bebé se le vino a la mente una idea de cómo darle la noticia a su novio; entro en ella y comenzó a caminar por los pasillos impresionada y comenzando a aterrarse de la cantidad de variedad de cosas que había para los niños, desde pañaleros, chupones, biberones, cunas, carreolas, asientos de coche y un montón de cosas más, definitivamente iba a necesitar de la ayuda de Laura pues no tenía ni idea de cómo saber qué cosas son indispensables para un bebé.

Llego hasta la sección de ropa y su mirada se detuvo ante un diminuto pañalero con el escudo de Capitán América que provoco en ella ternura, lo tomo observándolo de cerca e imaginando la reacción de Steve al verlo, lo deposito en la canasta que portaba mientras seguía caminando por los pasillos escogiendo varias cosas más, optó por tomar calcetas, un par de zapatitos y una cobija color blanca, por último eligió una pequeña caja donde colocaría la sorpresa.

Una parte de ella seguía sintiéndose extraña ante lo que le esperaba, es como si su subconsciente aun no asimilara que podía procrear. Pago las cosas y se dirigió caminando a su casa con la esperanza de que Steve aun no llegara pues no quería arruinar la sorpresa que tenía en mente.

Entro a su casa llevándose la sorpresa de que la alarma estaba desactivada al parecer Steve se encontraba ahí, para suerte de ella se escuchaba la regadera así que dedujo que estaba duchándose. Se dirigió a la cocina donde coloco la caja con el pañalero adentro guardando el resto de las compras en el armario de la sala, decidió subir a su habitación a buscar a Steve.

Lo encontró terminando de vestirse, se acercó hasta donde él estaba abrazándolo por atrás.

─ ¿Dime que no te estas preparando para irte? ─pregunto Natasha mientras Steve la miraba por medio del espejo─ porque si es así, en este momento Rhodey me va a escuchar.

Steve sonrió al escuchar la amenaza de Natasha, en definitiva seguía sacando la defensiva.

─ No me iré Nath, solo fue una junta para ver los avances que hemos tenido y con ello puedo decir que ya no viajaré más, bueno si acaso en ocasiones─ se dio la vuelta recargándose en el lavabo y cruzándose de brazos mientras Natasha lo miro con el ceño fruncido─ no muchas.

Natasha le sonrió levemente, se sentía tranquila de que Steve estaría más con ella.

─ Bueno esto hay que festejarlo, podemos ir a cenar sushi o comida mexicana, no crea que me tiene tan contenta Capitán─ alzo la ceja mirándolo.

─ Hablando de festejar, ¿El bebé se dejó ver? Ya quiero saber que será─ Steve pregunto con nervios sin dejar de mirar a Natasha como si pudiera leerle la mente.

─ ¡Oh Steve! Lamento decirte que nuestro hijo no dejo verse, así que no sabremos aun, ¿Podemos ir a comer? Muero de hambre─ agregó Natasha con la intención de cambiar el tema.

Steve asintió mientras salía de la habitación quedándose atrás.

─Solo me cambiare los botines, espérame abajo por favor─ agregó Natasha mientras se sentaba al borde de la cama quitándose sus botas.

─ No tardes baby─ Steve bajo las escaleras y se dirigió a la cocina a buscar su chaqueta y las llaves del auto que había dejado anteriormente ahí, al tomarlas se dio cuenta que había una caja llamativa con su nombre en la tapa.

Little Beautiful DisasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora