16

2K 119 3
                                    

;Valentín 

La cabeza me duele como nunca antes, y no recuerdo exactamente que hice anoche, lo único que me puede asegurar algo es el brazo desnudo de mi novia, abrazando mi cintura y el resto de su cuerpo tapado por una sábana. 

Bufo por el dolor de cabeza, parando a ver antes a Julia. Es tan tierna cuando duerme, y cuando está despierta también, pero no lo es tanto. 

Toco con delicadeza su piel, el puente de su nariz y su frente, corriendo unos mechones que decoran su cara. Me encantaría sentir lo que pensé que sentiría una vez que estuviera así con la persona que amo, pero no, no lo siento. 

Dejo de acariciar su cara para acomodarme boca arriba, mirando el techo blanco de su pieza, mientras que en mi cabeza se van armando recuerdos. Recuerdo haberme bebido más de media garra de fernet de una, en una apuesta pelotuda de Dani hacia mi, en ese juego tan infantil. 

Apenas recordar las apuestas, los "¿verdad o reto?" una imagen totalmente desagradable me vino a la cabeza. Chiara y Mateo, chapando casi a punto de garchar adelante de todos. Se me revolvió el estómago y si no me paro a tiempo terminaba lanzándolo todo al piso.

Corrí rápido hacia el primer baño que encontré, tapándome la boca e intentando aguantar para no hacerlo en un pasillo de una casa que no es mía. Entré sin tocar al baño y levanté la tapa del water, solté todo hasta que sentí unas manos tocando mi cara, mientras que yo no podía parar. 

-Eu tranqui- Acarició mi espalda con delicadeza, mientras que sus manos agarraban mi corto pelo, aunque el mismo no hiciera nada que interrumpiera mi acción. 

Terminé de vomitar y me hinqué en el piso, justo delante del water. Los cachetes están ardiendo, la garganta me duele y siento mi boca hecha mierda, y nunca dije alto tan literal como ahora. 

Dos manos me hicieron parar, las chiquitas manos de Chiara. 

Me impulsé y ella me llevó tirando hasta el lavamanos, me lavé la boca ahí mientras su mirada me perforaba. No puedo deducir si está analizándome, juzgándome o las dos a la vez. Suspiré casi enojado, secando mi boca con la toalla. 

-¿Estás bien?- Preguntó después de minutos de silencio.  

Me acomodó el pelo y la camisa desabotonada que tenía puesta. Yo la miré entre sorprendido y atónito por su acción, ella se dio cuenta e instantáneamente se puso colorada y juega con sus manos como si fuera una de las cosas más divertidas que hayan. 

Me gustaba lo tímida que era. No quiero decir que ella me guste, pero si que sus actitudes tan inocentes de alguna forma me parecían interesantes, no pasan de ese punto. Quiero a Julia, o eso quiero hacerme creer. 

Me acaricié con la palma de la mano y recordé su pregunta, la cual no respondí por haberme perdido en sus manos prendiendo mi camisa, y su mirada concentrada mientras lo hacía. 

-Sí, si estoy bien- Dije alejándome para verme al espejo y comprobar que estoy decente para poder salir. 

Ella me miró y asintió, mientras repetía mi misma acción, esta vez con mi vista fija en su pelo, el cual lo movía buscando el mejor lado que se le viera bien. No quiero decir que tengo un leve enamoramiento con su color de pelo, pero lo tengo. Quiero ese color en mi pelo. 

-¿Qué color es?- Pregunté señalando con mi mano derecha su pelo.

Ella retuvo una risa y se giró dándome una mirada divertida. Yo esperé ansioso la respuesta, ella parece pensarlo un toque más de lo que esperaba, y yo moví mi pie ahora más desesperado. 

-No sé- Rió tímida. - Capaz un rosado anaranjado, no sé

Ella elevó los hombros, agarrando mi cintura y corriéndome para poder pasar por la puerta del baño. Yo le di ese acceso y la seguí escaleras abajo. Con cada escalón que iba bajando, una pregunta se me cruzó por la cabeza.

-¿Y vos que hacías ahí cuando yo estaba lanzando todo?- Chiara se giró, me miró y volvió a avanzar hasta la cocina. 

Agarró una campera de ahí, se la puso y después abrió la boca para responderme. Pero se negó y volvió a cerrarla. 

-Justo me iba, pero te vi corriendo casi muriendo hacia el baño y ta, te fui a ayudar. -Respondió sin más. 

Yo la miré entrecerrando los ojos, no tengo claro si quiero que diga algo más o si soy feliz con eso. Directamente no sé que quiero en estos momentos, capaz que una buena birra y una pizza. Aunque después de vomitar, pensar en comida no es lo indicado. 

Moví mi cabeza eliminando la gilada que había pensado anteriormente y formulé otra pregunta.

-¿Y con quién andabas vos?- ¿Me zarpé? No. 

Chiara frunció el ceño, pensó su respuesta y digo con frialdad un "con el chico de anoche". No me afecta en nada, nos chapamos pero eso no forma un cariño inexplicable con ella. 

Sí, la quería pero como amiga. Es especial pero porque siempre está, y quiera o no, en poco tiempo se volvió muy importante, y alguien más con ella me hace hervir la sangre, pero no me gusta, sólo no quiero que un gil venga y le haga daño. 

No quiero decir que Mateo va a hacerlo, sólo que mi lado más protector con las minas sale a la luz. No por nada soy uno de los más cuidas con mi hermana, mi madre y bueno, con Julia. 

Me acarició el pelo como si fuera un perro, haciendo que yo abra los ojos como platos, viendo como una sonrisa tierna se le dibuja en la cara. 

-La próxima toma más tranqui, ayer andabas como un loco todo mamado

Rió y sin darme tiempo a contestar se fue por la puerta, dejándome totalmente confundido. 


Patovica - WosWhere stories live. Discover now