Patovica - Wos

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-Valentín, para

Lo frené cuando tan sólo faltan dos cuadras para llegar a mi casa. Él me acompañó aunque tenga que volver un par de cuadras para poder llegar a su casa. 

Valen me miró, esperando a que hablara. En cambio, a mí no me dio para continuar. ¿Cómo pido perdón por ponerme tan en pedo y acostarme con él?

Me siento tan mal; Mal por Julia, mal por nosotros y mal por nuestra amistad. Sé que garche no caga amistad, y más cuando la amistad es fuerte, pero con Valentín empezamos chapándonos, y no tenemos una re amistad tampoco. 

No quiero perderlo, y más porque yo sí siento algo por él aunque lamentablemente no sea mutuo. Suspiré, buscando las palabras para describir lo que siento, pedirle perdón y que de alguna manera podamos seguir siendo amigos.

-¿Y?- Apuró con tono incómodo.

Yo también estoy incómoda, Valentín. Me gustaría añadir pero no puedo, las palabras se atoraron en mi garganta. Siento un nudo raro en la boca de mi estómago, quiero vomitar pero me contengo.

Sigo buscando las palabras adecuadas, aunque en este momento lo único que quiero es agarrar su cara y chaparmelo, pero todo es tan difícil cuando él está con mi amiga y yo, bueno, yo estoy sola pero no quiero jugármela por alguien que no tengo por seguro lo que siente por mí.

Ayer la manera en la que me susurraba, y me decía que quería volver a esto una y otra vez, me dejó en claro que no lo hacía con cualquiera, pero los dos estábamos en pedo. ¿Quién me asegura que de verdad lo sentía?

-Dale, Chiara, si no me voy- Me puteé a mi misma por no poder decirle algo coherente.

En mi cabeza lo único que se reproduce es la escena de ayer a la noche, cuando Dani y Kiara subieron las escaleras y nos dejaron solos.

Él puso los ojos en blancos, dio una media vuelta y comenzó a caminar. Mi pecho se apretó, quiso dar vuelta también, pero cuando menos me di cuenta, ya estaba caminando hacia él y agarrando su brazo, para después darlo vuelta.

Los dos nos quedamos viendo, agarré su cara por instinto y acerqué su cabeza a la mía. Nuestras respiraciones se entreveran, nuestros ojos no salen del otro. La tensión entre los dos es visible a cualquiera, tenemos ganas de chaparnos pero todo nos detiene.

Sus manos se cierran en mi cintura, me acerca a él, haciendo que nuestras bocas estén a un centímetro de distancia. No puedo aguantar más, esto comienza a tornarse dolorosamente tenso. 

Todas las cosas que quería decirle se quedaron en el aire, lo hice y sé que, al final, no tenía nada importante que decirle. Solamente quería retenerlo, tenerlo así una vez más. Tan cerca de besarlo y tan lejos.

-Chiara, no tenem...- Lo interrumpí, juntando nuestros labios en un beso lento.

Sus labios se movieron en sincronía con los míos, llevándome al recuerdo de ayer. Todo volvió a mi mente, claro y conciso. 

Mordió mi labio, haciéndome soltar un suspiro pesado. Sus manos siguieron apretando mis caderas, pero cada vez con más intensidad. Yo junté mis manos atrás de su cuello, acercándome un poco más.

Nos separamos por falta de aire, juntamos nuestras frentes. Él sonrió y yo por inercia lo hice, no dijimos nada pero sentí que ya lo habíamos dicho todo.

No pude retener mis palabras y solté:

-¿Queres venir a casa?- 

Él no dijo nada, asintió y caminamos juntos hasta mi casa. Apenas llegamos, cerré la puerta y él me estampó contra la puerta, besó mi cuello y yo agarré con fuerza sus hombros.

Me subió encima de él, enredando mis piernas en su cintura. Valentín intentó subir mi remera, yo reí cuando se atoró en mi cabeza, él también rió.

-Sos hermosa, Chiara

-Y vos sos hermoso, Valen

Nos miramos a los ojos, chapamos otra vez. Me llevó hasta el sillón pero tropezó con un libro que se me cayó y jamás lo levanté, los dos caímos, él sobre mí. Reímos, seguimos besándonos en el piso.