Los solicitantes

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—¿Entonces? ¿Quedamos para otra cita?

La chica le miró de pies a cabeza, contando los hechos pasados que se llevaron a cabo en la primer y única cita de la noche; El chico no era para nada desagradable, al contrario de esto, era de aspecto bastante agraciado, de buen corazón y sonrisa hermosa, sin embargo, fue su posición socioeconómica la que le hizo responder por su corazón.

—Será mejor ser amigos

Ella se fue, otorgándole un beso en la mejilla como disculpa por las molestias que él se tomó para llegar a ese momento, dejándole no con un sentimiento de tristeza, sino, de decepción.

—No funcionó, Bebe

Al oír su nombre junto con el aviso de decepción, de los arbustos que adornaban el pasillo de la entrada del restaurante, una azul mirada se alzó. La joven se levantó, sacudiéndose las hojas de la ropa y de su ondulado cabello rubio, sin poder creer que la cita, a la que creyó un éxito rotundo, fracasara.

—¿Qué falló esta vez?

—Tal vez soy yo

Ella negó con la cabeza colocando su mano en el hombro del joven en un intento de trasmitir confianza. Era la primera vez que esto le pasaba más de tres ocasiones con la misma persona.

Kyle Broflovski, un joven de cabello rojo que hacía juego con su piel blanca y sus ojos verdes, buscaba novia; ¿Qué era lo que no llamaba la atención de las chicas en la agencia de conquista? ¿Su apariencia? ¿Sus gustos? ¿Su pobre trabajo?

—Supongo que esto se acabó

No era de moral baja, sin embargo, en esta ocasión falló y todo su ánimo se derrumbó directo al suelo. Su madre tenía razón, era imposible conseguir cita en un mes.

—No, no —Siguió la rubia buscando entre sus notas algunos pretendientes más —El día en que llegaste a la agencia, juramos conseguirte una cita. Eso haremos.

—Déjalo así —Sonrió —No estoy desesperado, sólo quería probarle un punto a mi madre.

Parte de su respuesta era mentira; Es cierto que no estaba del todo desesperado que para alguien de su edad, a los veinticinco años, no tenía pareja, pero a su vez, mentía diciendo que "sólo quería probarle a su madre que podía conseguir una" y ocultaba realmente que acudió a esa agencia para encontrar a alguien complementario luego de meditarlo.

Por su parte, Bárbara ya no sabía a qué ni a quién acudir. Desde que ayudó a fundar la agencia de conquista en Estados Unidos, y haber logrado más de diez parejas tanto del mismo como diferente orientación, era la primera vez que un caso como el de Kyle, llegaba y sin solución.

A la primera postulante le tenía una explicación bastante acertada; la chica y el joven tenían gustos más que completamente diferentes, no se atraían físicamente y ambos tenían trabajos horribles, o eso a sus puntos de vista.

La segunda fue más aceptable, sus gustos eran similares y de él a ella sólo le atraían sus ojos verdes, en cambio el trabajo fue lo verdadero complicado puesto que ella esperaba un trabajo de oficina a lo que Kyle rechazó en mil décadas.

No comprendía entonces la tercera y última opción, la joven que compartía gustos iguales, físico atrayente y trabajos anhelados.

Ambos amaban el baloncesto, el trabajo de ella era ser una amable y dulce voluntaria en una guardería, cosa que a Kyle le agradaba por su cariño por los niños, y para ella, el estar con un futuro abogado que luchaba por la justicia, era ser un héroe.

Existía bastante compatibilidad entre ambos, ¿Por qué ella se marchó?

—Hay que admitir que fue divertido  —Rió intentando levantar el ánimo de la muchacha llevando sus manos al interior de las bolsas de su gabardina —A pesar de ser un fracaso, las conocí bien.

El soltero codiciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora