Ya tarde en la noche. Un tenue bostezo escapó de sus labios mientras comenzaba a cabecear por el sueño, pero no quería dormir. En cambio miro hacia la derecha, donde se encontraba la albina durmiendo plácidamente. Soltó una suave risa antes de colocar suavemente dos mechones rebeldes detrás de su oreja.
- Pobre, debe estar muy cansada. Muchas emociones por un día- suspiro.
Vio como empezaba a temblar de frío, de inmediato la cubrió con la sábana antes de levantarse de la cama con una sonrisa de oreja a oreja. Su teléfono empezo a vibrar, rompiendo esa burbuja de color rosa que había cubierto a la habitación por completo. Miro el reloj de la pared, confirmando la hora. Chasqueo la lengua frustrada, sabía que significa aquello y por primera vez se cuestiono si era correcto o no. Despeino su cabello con desesperación al sentirse en conflicto consigo misma después de tanto tiempo. Dio otro vistazo a la menor, bufando rendida.
- No hay vuelta atrás.- con cuidado se agachó a su altura para depositar un pequeño beso en su frente- Es tan confuso. Realmente me has convertido en un desastre.
Nunca había dudado, nunca había sentido culpa por sus acciones, sin embargo ahora, se estaba cuestionando seriamente si debía ir o no.
- Se lo debo a Deuz- se recordó, alentandose.
Suspiró con la culpa plasmada en los ojos, sacando su teléfono para abrir el mensaje de una vez por todas. Frunció el ceño conforme fue leyendo para después guardar el teléfono de mal humor, rápidamente camino hacia la puerta para después cerrarla tras de sí.
- Perdoname Mai, pero aquí estarás a salvó.
Conociendo lo fácil que la ojilila se metía en problemas era mejor no arriesgarse. Menos ahora.
La masacre estaba por empezar.
(...)
Un pitido, luego dos, luego tres y así sucesivamente hasta que ya no pudo ignorarlo más. Con toda la pereza del mundo estiró su mano hacia su bolsillo, sacando el teléfono, parpadeo varias veces para acostumbrarse al brillo de la pantalla, después de haberse acostumbrado entrecerró los ojos para ver mejor la hora.
-2:45am- bostezo.
De inmediato se fijó en la razón por la cual su teléfono sonaba tanto. Abrió los ojos como platos y podría jurar que hasta veía su propia alma salir de su cuerpo del susto.
-¡20 llamadas perdidas de Puppet!- del impacto se levantó de golpe, mareandose un poco en el proceso.
Primero respiró hondo, entrar en pánico no ayudaría en nada, luego hizo memoria del día anterior. Se cuestiono si debería regresar la llamada o no. Pero al ver la hora decidió solo enviarle un mensaje. Sabía que la reprimenda que le daría su hermana sería inmensa y ahora no tenía ganas de que la regañaran. Después de hacer una larga explicación por mensaje fue que Mai se fijo que estaba sola en la habitación.
-¿Maggie?- la llamo, pero nada.
Aunque tenía curiosidad, el sueño pudo más que ella, por lo que simplemente asumió que había ido a dormir al cuarto de uno de sus hermanos. Volvió a recostarse, aspirando profundamente el olor de la ojimagenta impregnado en la almohada, llevo su dedo índice a sus labios suavemente. Recordando el dulce tacto de los labios de Maggie sobre los suyos, sus mejillas volvieron a calentarse al momento.
- En serio sucedió...
Después de eso, Maggie le abrió completamente sus sentimientos y por una vez dejo caer esa barrera invisible que había creado. Le contó del accidente de su "hermano" (razón por la que había faltado), de como había pasado mitad de su vida en la calle, de como su madre la había abandonado (aunque no detalladamente) de como lograron construir su hogar y de la muerte de el que era su mejor amigo. Lo último que recordaba era que en algún punto Maggie la cargo hasta su habitación ya que se había quedado dormida en el sofá.
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In the shadows
Teen FictionTodo el mundo piensa que tenemos un pequeño angel guardian que siempre nos cuida y nos protege, como una especie de barrera que siempre esta ahi en el momento exacto. Yo tambien llegue a pensar en eso, con una sola diferencia... ...Lo que me protege...