Te esperaré

213 12 24
                                    

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que la trajeron a esa habitación, tal vez unos treinta o cuarenta minutos a lo mucho. Se removía inquieta de un lado a otro, mirando la puerta con una pizca de esperanza de que se abriera y apareciera la ojimagenta.
No es como si estuviera encerrada, pero tampoco quería arriesgarse a salir en un lugar que no conocía para nada. No sabía si solo estaban esos dos o habían más personas rondando por el lugar.

"Quédate aquí y espera a que las aguas se calmen ¿Si?
Maggie no tardará en subir"

En si, ese chico no sonaba como una mala persona, era todo lo contrario, se aseguró de que estuviera lo más cómoda y tranquila posible, sin embargo, no podía decir lo mismo de la extravagante mujer de ojos rubí. Tenía un aura de misticismo y autoridad que la hacia desconfiar y más aun al ver a Maggie nerviosa al verla llegar.

Decidió calmarse y prender su teléfono. Si bien aún no estaba 100% cargado, cualquier cosa era mejor que esperar mirando el techo, pero al encenderlo se dio cuenta de que no tenía ni un solo mensaje de su hermana.

- Que raro...

Eran las siete de la noche, naturalmente, Puppet ya le habría reventado el teléfono con mensajes y llamadas, pero nada. Un poco preocupada pensó si debería llamarla pero teniendo en cuenta su situación (y lo horrible que era mintiendo) lo descarto, todo lo que pudo hacer, es orar porque su gemela esté bien.

- Maggie...

Dio un respringo cuando la puerta por fin se abrió y, como si la hubiera invocado, apareció la ojimagenta con un rostro exhausto, pero dirigiéndole una leve sonrisa al verla.
Iba a decir algo, pero la calidez que la invadió de repente le impidió hablar. Naturalmente, era ella la que abrazaba a la ojimagenta y no al revés, pero tampoco le molestó de cualquier forma, al contrario. Correspondió el gesto con alegría, deseando que el tiempo se detuviera aunque sea por unos segundos.

- Lo siento- le escucho decir contra su oreja, como un susurro.

- ¿Por que?

- ...Resulta que tenías razón- comento escondiéndose en su cuello, apretando más su agarre- por mi culpa, ahora te están buscando a ti. Lo siento mucho.

- ...

Su voz naturalmente neutral sonaba afligida. Jamás imaginó que un día podría escucharla de esa manera. Inmediatamente posó su mano derecha en su cabello, acariciándolo con cariño, mientras su mano izquierda frotaba su espalda, buscando consolarla. La ojimagenta en cambio no se movió, disfrutando del agradable contacto y del dulce aroma que desprendía la albina. Sabía que había una mínima posibilidad de que Mai tuviera razón pero quería que estuviera equivocada con todas sus fuerzas, por el bien de ella. Pero no fue así.

- Maggie, mirame.- sintió como su cuerpo se tensó por una momento, pero no sé movió- por favor, mirame.

-...

Salió de su escondite lentamente para encontrarse con dos amatistas que la miraban con seguridad y cariño. Mai posó su mano en su mejilla y hablo dulcemente.

- Todo está bien, lo importante es que pudimos prevenirlo.

- Pero-

In the shadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora