Sexting

Infancia

-Vemos una película juntos-texteo el escorpión, era una petición sencilla pero el plan era perfecto, después de la cena con Shura no habían vuelto a verse en persona y Milo entendió que lo que a Camus le molestaba era la sensación de "quedar expuesto" así que la mejor manera para evitar que eso pasara era viéndose en un lugar privado, un lugar donde no fueran a ser interrumpidos, solo hacía falta que Camus aceptara.

-¿Vienes o voy?-respondió el francés, el que su armadura no lo hubiese abandonado le había dado a Camus la confianza para intentar ser un poco más abierto

-Genial por fin acepto- Milo estaba gratamente sorprendido, pensó que sería rechazado otra vez, era una buena señal, ahora donde sería mejor, era tal vez un poco obvio que Camus se sentiría más cómodo en su templo, pero el chiste era que abandonara su zona de confort, que se diera cuenta que podían interactuar con naturalidad en cualquier lugar así que lo mejor era invitarlo a sus terrenos y hacerle ver cuánto respetaba su espacio y su persona

-Baja a mi templo en media hora-

Eso le daría suficiente tiempo para preparar todo y por qué no también para relajarse, tener al acuariano en su templo iba a ser una nueva experiencia y estaba obligado a hacer que todo saliera bien

Camus suspiro antes de entrar a la octava casa, le gustaba esa sensación de vacío en el estómago que la expectación le provocaba, ese tipo de sentimientos tan intensos le eran tanto desconocidos como fascinantes, nunca se imaginó sintiéndose así por alguien.

Llamo a la puerta expectante Milo tardo solo un segundo en abrir

-Pasa ya está todo listo-

En efecto parecía que el griego se había esmerado bastante, sobre la mesa de centro de la sala había palomitas, nachos, papas a la francesa y varias botanas más además de varias botellas de cerveza

-¿Y qué película vamos a ver?-

-Bueno recuerdas que hace poco vimos Zodiaco, esta también trata de un asesino en serie, pero este mata basándose en los pecados capitales se llama Seven-

-Ok suena interesante-

Milo puso la película, ambos eran fanáticos del buen cine así que fue poco lo que hablaron mientras duro la función

-¿Qué mierda de final es ese?- se quejó Milo cuando la película acabo –No puedo creer que si matara a su esposa-

-Ni yo puedo creer que si lo asesinara-

Intercambiaron unos cuantos comentarios más respecto al film

-¿Cuántas cervezas llevas?- pregunto Milo curioso cuando tuvo que levantarse por mas

-No lo sé, tal vez unas 4 ¿Por qué?-

-Cuantas necesito para emborracharte-

Camus se rio ante la pregunta-¿Por qué quieres emborracharme en primer lugar?-

-¿Quién dijo que quiero emborracharte? Solo tengo esa duda, no pareces de las personas que beben mucho-

-Pues por si no lo sabias en Siberia beben mucho vodka, así que la cerveza no es nada para mí-

-¿Bebías mucho estando halla?-la conversación iba bien, Milo quería hacer lo que habían dicho en un principio que harían, conocerse.

-En Rusia todos lo hacen, por el frio, o al menos ese es el pretexto-

-Entonces me va a salir caro embriagarte-

-Bastante, aunque pensé que habías dicho que no te interesa emborracharme-