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(Dentro SEGISMUNDO.)
SEGISMUNDO:  ¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice!
ROSAURA: ¡Qué triste voz escucho!
Con nuevas penas y tormentos lucho.
CLARÍN: Yo con nuevos temores.
ROSAURA: Clarín...
CLARÍN: Señora...

ROSAURA : Oiamos los rigores
d

e esta encantada torre.
CLARÍN :Yo aún no tengo
ánimo de huir, cuando a eso vengo.
ROSAURA: ¿No es breve luz aquella
caduca exhalación, pálida estrella,pulsando ardores y latiendo rayos,
hace más tenebrosa
la obscura habitación con luz dudosa?
Sí, pues a sus reflejos
puedo determinar (aunque de lejos)
una prisión oscura
que es de un vivo cadáver sepultura;
y porque más me asombre,
en el traje de fiera yace un hombre
de prisiones cargado,
y sólo de la luz acompañado.
Pues hüir no podemos,
desde aquí sus desdichas escuchemos;
sepamos lo que dice.

(Descubren a  SEGISMUNDO con una cadena y a la luz,
vestido de pieles.)
SEGISMUNDO: ¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice!
Apurar, cielos, pretendo
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido.
Bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor;
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
Sólo quisiera saber,
para apurar mis desvelos
(dejando a una parte, cielos,
el delito de nacer),
qué más os pude ofender,
para castigarme más.
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron,
¿qué privilegios tuvieron que yo no goce jamás?
Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
o ramillete con alas
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que deja en calma:
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?
Nace el bruto, y con la piel
que dibujan manchas bellas,
apenas signo es de estrellas,
gracias al docto pincel,
cuando, atrevido y cruel,
la humana necesidad
le enseña a tener crueldad,
monstruo de su laberinto:
¿y yo con mejor distinto
tengo menos libertad?
Nace el pez, que no respira,
aborto de ovas y lamas,
y apenas bajel de escamas
sobre las ondas se mira,
cuando a todas partes gira,
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
como le da el centro frío:
¿y yo con más albedrío
tengo menos libertad?
Nace el arroyo, culebra
que entre flores se desata,
y apenas, sierpe de plata,
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de las flores la piedad
que le dan la majestad
el campo abierto a su ida:
¿y teniendo yo más vida tengo menos libertad?
En llegando a esta pasión
un volcán, un Etna hecho,
quisiera sacar del pecho
pedazos del corazón.
¿Qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegio tan suave,
excepción tan principal,
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?
ROSAURA: Temor y piedad en mí
sus razones han causado.
SEGISMUNDO : ¿Quién mis voces ha escuchado?
¿Es Clotaldo?
CLARÍN :(Aparte.)
(Di que sí.)
ROSAURA : No es sino un triste, ¡ay de mí!
que en estas bóvedas frías
oyó tus melancolías.
(Ásela.)
SEGISMUNDO :Pues la muerte te daré,
porque no sepas que sé,
que sabes flaquezas mías.
Sólo porque me has oído,
entre mis membrudos brazos
te tengo que hacer pedazos
CLARÍN : Yo soy sordo, y no he podido
escucharte.
ROSAURA: Si has nacido
humano, baste el postrarme
a tus pies para librarme.
SEGISMUNDO :Tu voz pudo enternecerme,
tu presencia suspenderme,
y tu respeto turbarme.
¿Quién eres? Que aunque yo aquí
tan poco del mundo sé,

La vida es sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora