ROSAURA Siguiendo a Estrella vengo,
y gran temor de hallar a Astolfo tengo;
que Clotaldo desea
que no sepa quién soy, y no me vea,
porque dice que importa al honor mío;
y de Clotaldo fío
su efeto; pues le debo agradecida
aquí el amparo de mi honor y vida.
CLARÍN :¿Qué es lo que te ha agradado
más de cuanto hoy has visto y admirado?
SEGISMUNDO :Nada me ha suspendido,
que todo lo tenía prevenido;
mas si admirar hubiera
algo en el mundo, la hermosura fuera
de la mujer. Leía
una vez en los libros que tenía,
que lo que a Dios mayor estudio debe
era el hombre, por ser un mundo breve.
Mas ya que lo es recelo
la mujer, pues ha sido un breve cielo;
y más beldad encierra
que el hombre, cuanto va de cielo a tierra;
y más si es la que miro.
ROSAURA: El Príncipe está aquí; yo me retiro.
SEGISMUNDO: Oye, mujer, deténte.
No juntes el ocaso y el oriente,
huyendo al primer paso;
que juntando el oriente y el ocaso,
la lumbre y sombra fría,
serás sin duda síncopa del día.
(Aparte.)
Pero ¿qué es lo que veo?
ROSAURA: (Aparte.)
Lo mismo que estoy viendo, dudo y creo
SEGISMUNDO :(Aparte.)
Yo he visto esta belleza
otra vez.
ROSAURA: (Aparte.)
Yo, esta pompa, esta grandeza
he visto reducida
a una estrecha prisión.
SEGISMUNDO: (Aparte.)
(Ya hallé mi vida.)
Mujer, que aqueste nombre
es el mejor requiebro para el hombre
¿quién eres? Que sin verte
adoración me debes; y de suerte
por la fe te conquisto
que me persuado a que otra vez te he visto.
¿Quién eres, mujer bella?
ROSAURA: (Aparte.)
(Disimular me importa.) Soy de Estrella
una infeliz dama.
SEGISMUNDO :No digas tal; di el sol, a cuya llama
aquella estrella vive,
pues de tus rayos resplandor recibe.
Yo vi en reino de olores
que presidía entre comunes flores
la deidad de la rosa;
y era su emperatriz por más hermosa.
Yo vi entre piedras finas
de la docta academia de sus minas
preferir el diamante,
y ser su emperador por más brillante.
Yo en esas cortes bellas
de la inquieta república de estrellas
vi en el lugar primero
por rey de las estrellas el lucero.
Yo en esferas perfectas,
llamando el sol a cortes los planetas,
le vi que presidía
como mayor oráculo del día.
Pues ¿cómo, si entre flores, entre estrellas,
piedras, signos, planetas, las más bellas
prefieren, tú has servido
la de menos beldad, habiendo sido
por más bella y hermosa,
sol, lucero, diamante, estrella y rosa?
(Sale CLOTALDO.)CLOTALDO :(Aparte.)
A Segismundo reducir deseo,
porque en fin lo he criado. Mas ¿qué veo?
ROSAURA :Tu favor reverencio.
Responda retórico el silencio;
cuando tan torpe la razón se halla,
mejor habla, señor, quien mejor calla.
SEGISMUNDO :No has de ausentarte, espera.
¿Cómo quieres dejar de esa manera
a escuras mi sentido?
ROSAURA :Esta licencia a Vuestra Alteza pido.
SEGISMUNDO :Irte con tal violencia
no es pedir, es tomarte la licencia.
ROSAURA :Pues, si tú no la das, tomarla espero.
SEGISMUNDO :Harás que de cortés pase a grosero;
porque la resistencia
es veneno cruel de mi paciencia.
ROSAURA :Pues cuando ese veneno,
de furia, de rigor y saña lleno,
la paciencia venciera,
mi respeto no osara, ni pudiera.
SEGISMUNDO :Sólo por ver si puedo
harás que pierda a tu hermosura el miedo,
que soy muy inclinado
a vencer lo imposible. Hoy he arrojado
de ese balcón a un hombre que decía
que hacerse no podía;y así, por ver si puedo, cosa es llana
que arrojaré tu honor por la ventana.
CLOTALDO d(Aparte.)
Mucho se va empeñando.
¿Qué he de hacer, cielos, cuando
tras un loco deseo
mi honor segunda vez a riesgo veo?
ROSAURA: No en vano prevenía
a este reino infeliz tu tiranía
escándalos tan fuertes
de delitos, traiciones, iras, muertes.
Mas ¿qué ha de hacer un hombre,
que de humano no tiene más que el nombre
atrevido, inhumano,
cruel, soberbio, bárbaro y tirano,
nacido entre las fieras?
SEGISMUNDO: Porque tú ese baldón no me dijeras
tan cortés me mostraba,
pensando que con esto te obligaba;
mas, si lo soy hablando de este modo,
has de decirlo, ¡vive Dios!, por todo.
¡Hola!, dejarnos solos, y esa puerta
se cierre y no entre nadie.
(Se va CLARÍN.)