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CLARÍN (Aparte.)
(A costa de cuatro palos
que el llegar aquí me cuesta
de un alabardero rubio
que barbó de su librea,
tengo que ver cuanto pasa;
que no hay ventana más cierta
que aquella que, sin rogar
a un ministro de boletas,
un hombre se trae consigo;
pues para todas las fiestas
despojado y despejado
se asoma a su desvergüenza.)
CLOTALDO: (Aparte.)
(Éste es Clarín, el criado
de aquella, ¡ay cielos!, de aquella
que, tratante de desdichas,
pasó a Polonia mi afrenta.)
Clarín; ¿qué hay de nuevo?
CLARÍN: Hay,
señor, que tu gran clemencia
dispuesta a vengar agravios
de Rosaura, la aconseja
que tome su propio traje.
CLOTALDO: Y es bien, porque no parezca
liviandad.
CLARÍN :Hay que, mudando
su nombre y tomando, cuerda,
nombre de sobrina tuya,
hoy tanto honor se acrecienta
que dama en palacio ya
de la singular Estrella
vive.
CLOTALDO :Es bien que de una vez
tome su honor por mi cuenta.
CLARÍN: Hay que ella se está esperando
que ocasión y tiempo venga
en que vuelvas por su honor.
CLOTALDO :Prevención segura es ésa;
que al fin el tiempo ha de ser
quien haga esas diligencias.
CLARÍN: Hay que ella está regalada,
servida como una reina,
en fe de sobrina tuya.
Y hay que, viviendo con ella,
estoy yo muriendo de hambre,
y nadie de mí se acuerda,
sin mirar que soy Clarín,
y que si el tal clarín suena,
podrá decir cuanto pasa
al Rey, a Astolfo y a Estrella;
porque clarín y criado
son dos cosas que se llevan
con el secreto muy mal;
y podrá ser, si me deja
el silencio de su mano,
se cante por mí esta letra:
Clarín que rompe el albor
no suena mejor.
CLOTALDO: Tu queja está bien fundada;
yo satisfaré tu queja,
y en tanto sírveme a mí.
CLARÍN :Pues ya Segismundo llega.

(Salen músicos cantando, y criados, dando de vestir a
SEGISMUNDO, que sale como asombrado.)
SEGISMUNDO: ¡Válgame el cielo, qué veo!
¡Válgame el cielo, qué miro!
Con poco espanto lo admiro,
con mucha duda lo creo.
¿Yo en palacios suntuosos?
¿Yo entre telas y brocados?
¿Yo cercado de criados
tan lucidos y briosos?
¿Yo despertar de dormir
en lecho tan excelente?
¿Yo en medio de tanta gente
que me sirva de vestir?
Decir que sueño es engaño;
bien sé que despierto estoy.
¿Yo Segismundo no soy?
Dadme, cielos, desengaño.
Decidme: ¿qué pudo ser
esto que a mi fantasía
sucedió mientras dormía,
que aquí me he llegado a ver?
Pero sea lo que fuere,
¿quién me mete en discurrir?
Dejarme quiero servir,
y venga lo que viniere.
[CRIADO] 2 :¡Qué melancólico está!
[CRIADO] 1 :Pues ¿a quién le sucediera
esto, que no lo estuviera?
CLARÍN: A mí.
[CRIADO] 2 :Llega a hablarle ya.
[CRIADO] 1 :¿Volverán a cantar?
SEGISMUNDO :No,
no quiero que canten más.
[CRIADO] 2 :Como tan suspenso estás,
quise divertirte.
SEGISMUNDO: Yo
no tengo de divertir
con sus voces mis pesares;
las músicas militares
sólo he gustado de oír.
CLOTALDO: Vuestra Alteza, gran señor 1
me dé su mano a besar;
que el primero le ha de dar
esta obediencia mi honor.
SEGISMUNDO :(Aparte.)
Clotaldo es; pues ¿cómo así
quien en prisión me maltrata
con tal respeto me trata?
¿Qué es lo que pasa por mí?
CLOTALDO :Con la grande confusión
que el nuevo estado te da,
mil dudas padecerá
el discurso y la razón.
Pero ya librarte quiero
de todas, si puede ser,
porque has, señor, de saber
que eres príncipe heredero
de Polonia. Si has estado
retirado y escondido,
por obedecer ha sido
a la inclemencia del hado,
que mil tragedias consiente
a este imperio, cuando en él
el soberano laurel
corone tu augusta frente.
Mas fiando a tu atención
que vencerás las estrellas,
porque es posible vencerlas
a un magnánimo varón,
a palacio te han traído
de la torre en que vivías,
mientras al sueño tenías
el espíritu rendido.
Tu padre, el Rey mi señor,
vendrá a verte, y del sabrás,
Segismundo, lo demás.
SEGISMUNDO: Pues vil, infame y traidor,
¿qué tengo más que saber,después de saber quién soy,
para mostrar desde hoy
mi soberbia y mi poder?
¿Cómo a tu patria le has hecho
tal traición, que me ocultaste
a mí, pues que me negaste,
contra razón y derecho,
este estado?
CLOTALDO :¡Ay de mí triste!
SEGISMUNDO :Traidor fuiste con la ley,
lisonjero con el Rey,
y cruel conmigo fuiste;
y así el Rey, la ley y yo,
entre desdichas tan fieras,
te condenan a que mueras
a mis manos.
[CRIADO] 2: Señor...
SEGISMUNDO :No
me estorbe nadie, que es vana
diligencia; y ¡vive Dios!
si os ponéis delante vos,
que os eche por la ventana.
[CRIADO] 1 :Huye, Clotaldo.
CLOTALDO: ¡Ay de ti,
que soberbia vas mostrando,
sin saber que estás soñando!
(Vase.)
[CRIADO] 2: Advierte...
SEGISMUNDO: Apartad de aquí.
[CRIADO] 2 : ... que a su Rey obedeció.
SEGISMUNDO :En lo que no es justa ley
no ha de obedecer al Rey;
y tu príncipe era yo.
[CRIADO] 2 :Él no debió examinar
si era bien hecho o mal hecho.
SEGISMUNDO: Que estáis mal con vos, sospecho,
pues me dais que replicar.
CLARÍN: Dice el Príncipe muy bien,
y vos hicistes muy mal.
[CRIADO] 1 :¿Quién os dio licencia igual?
CLARÍN: Yo me la he tomado.
SEGISMUNDO :¿Quién
eres tú?, di.
CLARÍN :Entremetido,
y de este oficio soy jefe,
porque soy el mequetrefe
mayor que se ha conocido.
SEGISMUNDO :Tú solo en tan nuevos mundos
me has agradado.
CLARÍN :Señor,
soy un grande agradador
de todos los Segismundos.
(Sale ASTOLFO.)

La vida es sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora