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culinary wars

- Norton, bajalo - Naib permanecía allí,detrás de William como un niño pequeño - amigo,baja eso,no hay razón para derramar sangre ¿o si? - veía como el minero tenía en su mano izquierda una sartén vieja y oxidada,alzada por sobre su cabeza dispuesto a golpear a alguien.

Dispuesto a golpearlo a él.

- William,quitate - su voz era profunda, estaba enojado, pero ¿como no estarlo al perder tan deliciosas donas?

Él no lo podía culpar, la dieta lo tenía a morir y aquellas donas eran como el paraíso.

- amigo, vamos - prosiguió William, protegiéndolo tras de si.

Que buen amigo.

- amigo,no, lo despellejó, quitate - pensaba proceder a escapar,pero un tremendo golpe de cara al suelo lo detuvo justo en la entrada de la puerta.

Sobo su cabeza adolorido, para luego levantar la vista escuchando quejidos de dolor.

Frente a él, de igual forma en el suelo se encontraba Mike Morton, el malabarista, con una expresión de pocos amigos.

Vale, Naib tal vez debería fijarse dos veces antes de correr.

Se levanto de inmediato, nervioso por ser reprendido, ayudando al instante al más pequeño en que se levantase.

Este se sacudió con sus manos,y les miró atentos.

Una inspección medio incómoda.

- muy...bien...,¿porque la sartén? - pregunto, señalando al minero amenazante - ¿van a cocinar?

- voy a matar, no a cocinar - se herizo aterrado por su mirada de profundo horror.

Antes de poder ser atacado, el malabarista había pasado por sobre Norton tomando la sartén,y parándose muy felizmente sobre la meceta de aquella cocina, mientras jugueteaba con el viejo utensilio de cocina

- las sartenes son para cocinar, si no la usaras apropiadamente entonces la tomare prestada - sonreía de forma socarrona,más no le molestaba.

Más bien le daba risa,porque Norton estaba estupefacto.

- menos mal - miro a William sentarse en una de las sillas allí presentes, suspirando de alivio a la par que Morton bajaba de la meceta.

- si seguirán de gruñones no les serviré mi comida - su tono era coqueto,y sus movimientos extrovertidos.

Y Oh por Dios, otro chico como Lucky que prendía la estufa sin incendiar la casa.

En aquel pequeño momento fue como si el minero y el hubieran hecho las paces por un objetivo en común.

La comida.

Se sentaron lado a lado, mirando atentos aquella obra de arte que hacía el malabarista.

Los olores...dulces,salados,apetitosos...

Inundaban sus fosas nasales de una manera tan exquisita.

Y cuando sirvió los platos, Dios...

Podía morir feliz.

El sabor fue lo que acabo con él, ¡era tan jodidamente delicioso!

Fue involuntario el pequeño sonido de satisfacción que soltó, al mismo tiempo que sus compañeros.

- ¿y bien? - sonreía con picardía, el no pararía de comer para responder.

- esta delicioso - Norton pareciera que iba a llorar,y Naib tenía tantas ganas de reír al ver como tomaba las manos del rubio con drama - casate conmigo,te lo ruego.

William rió, mientras el joven mike giraba los ojos divertido.

- ¿que huele tan rico? - Kevin se hizo visible para ellos,mientras entraba al lugar con evidente apetito - mhh,¿esos son hotcakes? - podía jurar que la baba se deslizaría por su boca en cualquier momento.

Mike rió altanero, mientras dejaba a Norton sin respuesta y volvía a cocinar.

Pronto se encontró sirviendo otro plato para el vaquero, quien disfrutaba de la misma manera en la que ellos disfrutaron.

Así,fueron llegando sus demás amigos, y un Lucky Guy con una cara de chef ofendido.

- alto ahí loca - hablo el de lentes,señalando a Mike con su carita de bebé enfadado - ¿a quien vienes a reemplazar?,la cocina es mía de 7 a 8,por si no sabías - y se cruzo de brazos.

Cosita.

- pues disculpadme pero, no veo tu nombre por ningún lado, travestí - sus compañeros no tardaron en soltar un largo "UF" a ambos.

¿y Naib? supo que se había prendido esta mierda.

- ya quisieras tu estar bajo esta falda, duende - y otra vez sus amigos, no podía hacer nada más que reírse en silencio mientras que el chico de la suerte se acercaba tomando utensilios de cocina - deja que te enseñe como cocina un verdadero profesional.

Y así empezó una de las batallas más épicas en la que pudo hacer evidencia.

El mercenario, en su vida,vio una cocina tan llena de gente.

Todos los de la mansión estaban allí,atraídos lo los despampanantes aromas que desprendías los platillos que no paraban de salir, en aquella competencia culinaria de amateurs legendarios.

El aprovechaba y comía, por supuesto no se perdería por nada algún platillo.

La segunda mejor batalla fue cuando ya teniendo la meceta llena de comida,empezaron las competencias de quien comía más.

Se enfrento a joker, a William, a eli y a Jack,sorprendentemente.

Pero su peor contrincante fue el minero.

¿y Naib?, no era de perder una competencia de comida.

Las porras estaban presentes, y ellos dos tragando como puros cerdos, cosa que le importaba en lo más mínimo.

Amaba la comida.

Comió hasta reventar,quedando en tremendo empate con el pinche minero, quien se veía realmente lleno.

Entonces naib sonrió.

Michiko,como buena apoyadora de los desastres sin querer,coloco unas deliciosas tartas frente a ellos,y allí continuó la busqueda por el desempate.

Norton se hartó a la mitad de su tarta, cayendo tal vez en un coma alimenticio con tal desplomo que se dio sobre la mesa.

Y el disfrutó hasta el ultimo trozo de su tarta.

Se le había escapado un gas sin querer al final, ahuyentando el silencio que se había formado al inicio de la batalla final,y entonces se cubrió la boca enrojecido de vergüenza.

Tuvo que cubrirse luego los oídos con el tremendo grito de los hombres en adulación,y algunas chicas que en vez de darles asco mejor gozaban de la tontería.

Se sintió victorioso, y para su sorpresa el delicadito de Jack no había huido de la cocina, y en cambio estaba allí, revolviendo sus cabellos para dejarlos desordenados.

No lo admitiría ni pudiendo hablar,pero disfruto aquella caricia.

¿Luego de aquella mañana alocada?, tuvo que regresar a la estúpida dieta, pero al menos pudo disfrutarlo.