sleepwalker

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- Donde, donde - Caminaba por todos lados, semblante rabioso, pasos galantes y tortuosos, y con una mirada feroz. Hablando para si mismo.

¿Donde se había metido el mercenario?

Ya eran eso de las 8 de la mañana,y tenía que desayunar para beberse sus medicamentos,y ese día en específico le iba a dar la alta para que saliese con total libertad de su habitación.

Pero,¿esto?,¿salir sin el permiso ni la autorización "médica" de la única doctora en todo el maldito lugar?

¡Ay de él para cuando le encontrase!

Miro por el rabillo del ojo, como este salía de la biblioteca.

Bingo.

No lo atraparía de una, por supuesto,primero quería saber la razón por la que salió justo antes de que se le diera el permiso.

Le siguió con sigilo, aprovechándose de su habilidad para volverse invisible y teniendo que colocarse su máscara.

Subedar iba de aquí para allá, hablando a través de notas con los supervivientes que en lo personal más le aterraban, y luego con los cazadores que se guiaban de las magias.

Lo analizó, entonces estaba buscando a los practicantes de brujerías, pero, ¿porque?

Siguió observando, con la curiosidad ya en total actividad.

A la última "persona" que visitó, fue a la enchantress, y este vacilaba en si tocar a su puerta o no.

Finalmente, tocó, y Jack se oculto tras una pared, aun invisible podría sentir la intensidad de aquella bruja calar en sus huesos.

Escuchó atentamente a esta, mientras observaba al de capucha verde escribir en aquella libreta.

- ¿que quieres? - habló aquella chica, con una voz profunda y tenebrosa, imponente.

Subedar alzó el libreto ante ella, y esta le miro espectante tras leer lo que sea que haya escrito.

- si se algo de ello, ¿en que te incumbe a ti,mudo? - cruzo de brazos, tosca y empezando a afilar su mirada cual cuchilla imperceptible - no deberías meterte en lo que no sabes.

Naib, tembloroso pero sonriente, le escribió una nota más, y reino el silencio durante largos momentos.

Luego Patricia entro a su cuarto, y pudo escuchar un "entra" de su parte.

No pudo ver más allá, era incapaz de entrar en aquel lugar.

Ahora se dedicaría a esperar, mientras se debatía en, ¿que diablos hacía el enano?

Espero y espero, dio vueltas, se fue y volvió.

Fueron unas largas horas hasta que este salió de aquel lugar, con la vista oculta tras la capucha y con pasos temblorosos.

- Fue un gusto hacer tratos contigo - escuchó a la chica hablar, para luego cerrar su puerta sin cuidado alguno.

El más bajo caminaba cual zombie, a paso lento, y tambaleándose sin explicación.

¿estaba herido?,¿que le hizo aquella hechicera?

- Sub-,Naib - se acercó, ya dejando atrás la invisibilidad - Naib,¿que hacías allí?, se supone que estarías en tu cuarto - le puso frente, más este siguió el paso sin levantar ni un poco la cabeza, ignorándolo. Jack Gruño - No me ignores, Subedar, te lo advierto, odio ser ignorado - espero por una respuesta visual, o porque este se detuviera o se girase.

Más no se detenía.

La rabia se apoderaba de él, pero se lo aguantó, no quería hacerle daño.

Pensó en detenerle con un tirón, aunque su acción predeterminada se vio interrumpida por un detalle importante.

Subedar ya no se veía por ese pasillo.

Camino a paso rápido, y no le vio al doblar, tampoco al siguiente pasillo u en el gran salón. Subió al segundo piso, en su búsqueda, pero nada.

¿acaso había corrido?, porque,eso significaba que si le estaba escuchando.

Anduvo por el pasillo hasta percatarse de algo que le hervía la sangre.

La puerta de su habitación estaba entreabierta,¿quien se atrevía a entrar sin su consentimiento?, indignante.

Abrió de inmediato, buscando al intruso.

- ¡¿Qui- - se detuvo a medio hablar, viendo allí al de capucha verde, de espaldas a él, inmóvil en su lugar. ¿que rayos...? - Subedar, empiezas a hartarme con tu actitud - fue acercándose a este, despacio, algo no encajaba... Podía sentirlo - ...¿Naib? - tomó su brazo halándolo un poco, y apenas pudo verle la cara, noto que este tenía los ojos cerrados.

Le halo un poco más, tan solo un poco, y el chico se desmoronó por completo durante un segundo haciéndole reaccionar.

Creía que se caería, más solo fue un tambaleó más, que susto.

Le soltó, y entonces se paso una mano por la cabeza estresado, soltando un largo suspiro de cansancio.

Se dirigió a la puerta cerrándola, para volver con el chico y ayudarle a caminar hacia la cama en busca de que descansase. Parecía...estar dormido, como un sonámbulo. Las dudas de que pudo haberle hecho Patricia le comían la mente.

- anda, despacio - tomo su mano guiándole para que subiese y se recostara, y vaya la impresión que se llevo después.

Todo se le fue abajo durante un corto momento, y el recostado ahora era él. ¿Subedar le había tumbado?¿de donde diablos saca fuerza para tumbarle? ¡a él!. Lo que más le sorprendió fue cuando trato de incorporarse y este se había trepado sobre el, sentándose en su torso con las piernas a los costados, dejándose por completo a la vista.

Fue abriendo los ojos de a poco, ¡con que estaba despierto!, ¿trataba de jugarle una broma?

- Subed- -fue forzado a recostarse de nuevo, ese maldito enano - ¡oye! - Jack quedó totalmente en shock después de gritar.

El mercenario le estaba besando. Con torpeza, ferozmente, justo como alguna vez se le paso por la cabeza que podría ser, y más.

Trató de removerse, pero sus bajos instintos eran más que él. Sus manos viajaron por el pequeño cuerpo, acariciando las piernas, deleitándose con las limitadas curvas y llevándose un jugoso festín al llegar al trasero. Subedar se separó del besó para jadear rasposamente, dejándole por fin ver sus ojos entreabiertos.

Estaban encendidos en un profundo verde tóxico, y podía notar una cosa.

Sus ojos estaban muertos.

No tuvo tiempo para pensar en más, pues, era un hombre de poco aguante, y ciertamente no había tenido acción en un plazo de tiempo.

A la mierda todo.

Cambio la situación dejando por debajo a Subedar, y entonces se hizo al derecho de destrozar su ropa, acariciar y besar tanto como quería, mientras el pequeño se retorcía de placer para él.

Tomo su rostro con una mano,hundiendo sus garras en sus mejillas para luego fundirse en un beso profundo que fue correspondido.

Ese día Naib Subedar sería totalmente suyo.

°• £ղ£ʍí£Տ •° {identity v}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora