Capítulo 11: Un encuentro, una despedida

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- No corras Aline que no nos sigue nadie- me dice Lauren un par de metros detrás de mí.

- Prefiero no arriesgarme a que nos encuentren, gracias, así que por favor aligera un poco y comprobemos si realmente Cotade está en este lugar y no es un cobarde, o realmente sí que nos ha traicionado dejando a mi hermana a su suerte. Si es lo segundo no se lo perdonaré- le respondo furiosa aun por toda esta situación, y aún más por lo que se avecinaba.

-Tranquila- me dice alcanzando mí y agarrándome del brazo para que detenga un poco mí paso. Se queda serio un momento, ambos parados en mitad de la calle, hasta que decide hablar de nuevo - Hay que pensar qué hacemos si es una trampa- me dice prácticamente al oído.

-Propongo un suicidio colectivo, es la mejor solución- le respondo muy seriamente.

- Deja de ser tan borde, por un momento y vuelve a pensar con tu linda cabeza. Tu hermana está encerada, lo sé, ¿y?, la vamos a sacar, si no nos pillan, y necesito tu ayuda ahora, por favor- me dice frustrado ante el pesimismo con el que afronto el momento.

No contesto. Sé que tiene razón y por eso me quedo sin palabras, porque sigo queriendo discutírselo, pero no tengo argumentos para sustentarme.

Llegamos al lugar donde un día antes debería haber aparecido un camión con todas nuestras mercancías. Y allí estaba, esperándonos todavía, después de que por su tardanza por poco nos encarcelaran a todos.

-Buenos días- saluda el conductor desde la parte delantera- Llevaba ya esperando unas cuantas horas, antes de que amaneciera- dice sonriendo al ver por fin una cara humana.

-¿Donde esta Cotade?- le preguntare con un tono de reproche, yendo directamente al grano.

- Qué humos de buena mañana pequeña. No tengo ni idea de dónde está mi querido amigo, pero creo que no va a tardar mucho. ¿Porque no subís al camión y descansáis un rato?. No vaya ser que venga algún la compañía inesperada y nos toque salir corriendo- me dice guiñándome un ojo, y con una amplia sonrisa en la boca.

Me levanto levemente sobre la punta de mis pies hasta que estoy a la altura de la oreja de Lauren.

-No me fio de este tío- le susurro en voz baja.

-Yo lo veo como una trampa bien clara, puede que por eso Cotade no esté- me responde en mí mismo tono de voz

-Para de poner excusas, sabes que eso es mentira. Nos ha dejado asúmelo- contesto yo irritada.

-Creo que mejor daremos una vuelta, llevamos todo el día encerrados, es posible que no siente bien un poco de aire libre- le dice Lauren al conductor en voz alta mientras nos damos la vuelta.

-De aquí no se va nadie- responde el hombre, mientras, al mismo tiempo se oye como se carga una pistola.

-Te dije que era una trampa- dice Lauren antes de darse de nuevo la vuelta.

-Sí, y yo no te lo negué, por una vez podrías haberte equivocado, no habría estado nada mal- le digo riéndome ante los nervios de no saber qué hacer-recuérdame ¿cuál era el Plan?-

-No tenemos plan, porque alguien estaba demasiado ocupada enfadada consigo misma como para buscar una solución ante una situación inesperada como ésta-

-Mierda -digo para mis adentros

Ambos nos ponemos de cara al conductor, Lauren delante mío con aire protector, protegiéndome de un posible disparo. Y yo escondida detrás de su espalda cual damisela en apuros, ¿porque no puedo actuar?,¿porque el miedo me puede?. Nos han entrenado mucho físicamente, pero lo que es psicológicamente, creo que se les olvidó, supongo que por eso no nos consideran " altamente peligroso".

FleackersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora