Antes de empezar deciros que siento mucho las faltas ortográficas del capítulo anterior y de los demás, me dolían hasta a mí al repasarlo, pero no se me da bien escribir con el móvil, y era lo único que tenía a mano.
Bueno aquí tenéis mi nuevo capítulo, espero que os siga gustando esta historia, y la recomendéis a vuestros amigos o seguidores n.n
Muchas gracias por leer y besos a todos.
-¡Venga, Derane, cuéntamelo!- le suplicaba a mi hermana una y otra vez.
-Tu insistencia nunca lleva a nada, sabes que si es un no, es un no- responde con su natural aire de suficiencia.
Hace un par de horas que intento dormir, pero no puedo, tengo demasiadas cosas en mi cabeza. Antes, cuando era más pequeña Derane me contaba cuentos hasta que me quedaba dormida. Había uno especial, el que siempre nos contaba mi madre. Es de las pocas cosas que recuerdo de ella.
-Porfa- vuelvo a insistir- no tienes nada que hacer, al menos no importante, y ni siquiera te puedes levantar del sofá-
-No puedo Aline- responde ya con brusquedad y noto como se le contrae la garganta intentando impedir el llanto.
-¿Qué te pasa?, lo siento, no pretendía... sé que soy pesada- digo en voz baja a modo de disculpa.
-No es por ti, esa historia- hace una pausa- mama, siempre me la contaba, hasta antes que tu nacieras, hicimos ese cuento juntas y- para para secarse las lágrimas- ahora que sé que no va a volver, me es muy difícil. Entiéndeme Aline. Cuando estábamos encerradas, no podía pensar, mis sentimientos no podían ser mostrados, se supone que yo no sabía que mama había muerto. Lo oculte, pero una vez libre, toso cayó como una bomba y hay cosas que no soy capaz de soportar- contesta entre lágrimas.
Le doy un abrazo, porque hay veces que vale más un gesto que una palabra, e intento tranquilizarla. Mucha gente piensa que Derane es dura y demasiado exigente, pero eso es porque no la conocen, ella, en el fondo, es dulce y frágil, se preocupa mucho por los demás y suele anteponerlos a ella misma, supongo que por eso sale siempre maltrecha de las situaciones más peligrosas.
Tumbadas en el sofá, ambas hermanas, nos quedamos dormidas, con lágrimas en los ojos, y con recuerdos felices, que se convierten en dolorosos porque sabes que no van a volver.
Despierto un par de horas más tarde, cuando la noche ya ha caído sobre el pueblo. Todo está oscuro, Willburn debió apagar las velas al vernos dormitar. Poco a poco me aparto de mi hermana, intentando no despertarla, y sin hacer ruido, cojo mi capa y emprendo un nuevo viaje hacia el callejón perdido en medio del pueblo.
Por la calle, grandes capaz de nieve cubren las entradas de las casas, impidiendo que sus habitantes salgan al exterior. La luz de la luna acompañada del leve alumbrado de las calles, amplia mi campo de visión y me mantiene alerta. Mis pasos se quedan gravados en la nieve, pero quedan cubiertos al poco tiempo debido a la tormenta que comienza a amainar.
Quedan un par de manzanas para llegar, cuando oigo pasos detrás de mí. Giro bruscamente y me encuentro de cara con un hombre con una cuchillo en la mano, ensangrentado, oxidado y con la punto bastante desafilada. Su aliento apesta a alcohol, así como sus ropas, haciendo que quede envuelta y mareada de tales perfumes.
-Mira a quien tenemos aquí, a una linda niña, ¿a dónde vas a estas horas?, si no tienes a donde ir, yo conozco un sitio que seguro te gustará - dice el hombre entre risas. Su boca va cubierta por una pañuelo negro, sus ojos, rojos y dilatados por la presencia de alcohol en sangre, me recorrían cada centímetro de mi pequeño cuerpo. Vestía ropas desgastadas de colores apagados que hacían que su figura se mezclara más si cabía entre las sombras.
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Fleackers
Science FictionLa enfermedad aun esta entre nosotros. Muchos han muerto, pocos siguen con vida, y puede que dentto de poco la humanidad desaparezca. Un gen especial, inmune a la enfermedad, la unica esperanza de los habitantes de la tierra, bajo el yugo del Gobern...