Capitulo 7: Un buen amigo

95 10 6
                                    

Mi nuevo atuendo era pobre y estaba desgastado, pero con la pobre llenando las calles de este lugar, era toda una bendición poder vestirse decentemente y no morir congelado.

Las calles estaban llenas de gente, a diferencia del día anterior que ni un alma asomaba por las vecindades, hoy todos y cada uno de los habitantes de este paupérrimo lugar han salido a disfrutar del frio y la nieve. Ante esto, preparada, me coloco la capucha sobre la cabeza para cubrir mi rostro y pasar desapercibida, pues nadie sospecharía que estuviese helada de frio.

Dirijo mis pasos hasta el callejón donde ayer presencié toda la historia. Me había encargado de que Cotade se quedase en casa, sin poder moverse. Digamos que leer sirve de mucho cuando quieres drogar a tu sospechoso, aunque no me fue fácil conseguir el somnífero, las afueras son peligrosas según me había dicho Willburn y no debía permanecer mucho tiempo fuera, pues si alguien veía a una pobre niña sola, podrían hacer cualquier cosa. En resumen, que al final él también se vino conmigo, a pesar de que no tenía ni idea de para que quería esas hierbas. En fin, solo espero haber hecho bien la mezcla y que no se pasen pronto los efectos para que me dé tiempo a hacer todo lo que necesito.

Cuando estoy llegando, oigo voces dentro del callejón. Al asomarme distingo una sombra, un borracho que se intenta refugiar del frio a base de beber y beber alcohol. Se tambalea de un lado para otro, haciendo continuas eses mientras camina sin rumbo, hasta que sin percatarse, se estampa contra la pared y cae rendido sobre la pila de cajas amontonadas donde me refugie ayer. Espero a ver una señal de vida, o algo que me indique que se va a poner en pie, pero por lo visto el golpe ha sido demoledor y no reacciona.

Con cuidado, por miedo a que se de repente se levante, me dirijo a la puerta del refugio. No es aconsejable pasar por al lado de un borracho, y menos una niña de 11 años, como diría Willburn, "a saber de lo que le haría a una niña tan mona y pequeña como tú que va sola por la calle", menos mal que no está aquí ahora mismo.

Una vez frente la puerta, giro el picaporte. Con mucha suerte, esta se abre, dejando paso a la absoluta oscuridad. Oigo una respiración agitada a pocos pasos de mí.

-¡Cotade, eres tú?- dice la voz del chico.

No respondo por miedo a que salga corriendo, porque tengo las piernas demasiado entumecidas como para salir corriendo detrás suyo, o algo peor, que saque un arma y me mate.

Cierro la puerta tras haber pasado yo por ella. Aunque no veo nada, soy capaz de distinguir la presencia del chico, por no decir que su respiración se oye a kilómetros.

-¿Quien anda ahí?. Sé que no es Cotade, suele tocar antes de entrar, así que si no quieres que te vuele la cabeza contesta, o simplemente sal de aquí- dice con una tonalidad completamente seria y escalofriante.

Oigo el sonido de un arma al cargarse.

-Mierda, sabía que podía tener una arma, pero tenía la esperanza de que no fuera así, ¿Qué hago?- pienso para mí misma.

-Uno...- dice Lauren mientras, supongo, apunta hacia la puerta -dos.....- continua dejando pasar un instante.

-No dispares- le respondo instintivamente.

Todo se queda en silencio. Mi pulso se acelera ante la incertidumbre de cual será su próxima acción ¿matarme tal vez?

-¿Quién eres y porque estás aquí?- pregunta Lauren

-Yo.. Esto... bueno, la verdad es que yo..- digo titubeando- tenía frio, y no sabía dónde ir. He entrado en el callejón porque había muchas cajas en las que poder refugiarme, pero había un... un vagabundo borracho que se ha caído sobre ellas y no he podido es esconderme. No reaccionaba, estaba ahí en el suelo sin moverse, me entró miedo. No podía salir a la calle, estaba llena de gente, y he visto esta puerta, por lo que he pensado que sería mejor idea y bueno....- digo sin terminar la frase.

FleackersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora