Miraba su reflejo en el espejo del ascensor y se pregunta, ¿en esto me convertí? En un ser andante, pálido y con ojeras, labios secos y agrietados. Es todo lo que Mark era cuando vivía junto con sus padres, manos temblorosas y dedos que juegan entre ellos dejando marcas rojizas. El párpado de su ojo derecho comienza a tiritar y Mark lo ve fascinado en el reflejo. Debería comer algo, se recuerda así mismo cuando recoge la bolsa del supermercado que había dejado en el suelo.
Al abrir la puerta del departamento se detiene en el marco, mirando la blanca pared que tenía enfrente, justo en medio había un par de fotografías de John y él, sonrientes en el parque cercano al edificio. Toma aire para cerrar la puerta y dejar la bolsa en la isla. John le ha estado mirando desde que abrió la puerta, quieto en uno de los taburetes con papeles en sus manos.
– Mark. – Le habla suave cuando pasa por su lado, sin ganas de perturbarlo.
– Deberíamos intentarlo. – Dice, parándose a su lado, de costado, con ojos pegados en cómo sus dedos interactúan entre ellos. Reposa su frente en el hombro contrario cuando siente sus ojos cerrarse y los brazos de John lo sujetan. – Deberíamos John.
– ¿Estás seguro? – Le acuna entre sus brazos y acomoda su cuerpo entre sus piernas, le acaricia el rostro con su nariz. Las lágrimas comienzan a salir sin dar algún aviso previo, había extrañado tener a Mark entre sus brazos que llora de alegría y dolor al mismo tiempo, porque sabe que no merece al menor.
– ¿Qué más podríamos perder?
Los dedos anulares de Mark están rojos por los costados por todo el daño que se provocaron entre ellos, su cabeza reposa en el pecho del mayor y por sus mejillas recorren lágrimas que expresan todo el dolor y vacío que siente en su interior.
El cuerpo de John lo protege, así lo siente él. Lo extrañaba. Extrañaba el calor que le entregaba, la suavidad de sus caricias y sentir su presencia cerca. Pero también recuerda todo el daño que le entregó, las lágrimas que dejó salir por sus actos, palabras y acciones que siguen tan presentes en su memoria que no entiende porque le está dando una oportunidad.
¿Estará bien? Pensaba mientras se aferraba al cuello del mayor, quien caminaba con su cuerpo entre sus brazos para recostarse en su cama. ¿Estaré haciendo lo correcto?
– Perdoname, Mark.
John siempre le ha podido leer la mente, sus ojos y como su cuerpo se movía. Esa fue una de las cosas por las que se enamoró del mayor, lo podía leer tan fácilmente.
– Hyung. – Abrió sus ojos cansados cuando ya su cuerpo descansaba en el suave colchón, John estaba a su costado acariciando y besando sus manos. – Young Ho. – Susurró, tomó con sus manos el rostro del mayor y le acercó al propio.– Te amo.
Con John podía intentarlo una vez más.
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¡Wow! Han pasado más de dos meses de que no actualizo está historia, en mi mente había pasado mucho menos tiempo la verdad. Desde agosto que comence a estudiar nuevamente y he tenido muchas cosas que hacer ultimamente que no he podido escribir como yo quisiera sobre está historia. La verdad también es que esta historia es bastante personal en muchos aspectos de como se manifiesta Mark en cada capitulo, por eso también se me ha hecho muy dificil seguir avanzando.
Sin dar mucha vuelta a todo lo anterior, subo estos dos capitulos (uno conformado por dos partes) para toda la gente que vive en Chile actualmente. Personalmente me ha costado mucho distraerme de todo lo que está sucediendo, por eso mismo quiero y espero que se distraigan aunque sea un par de minutos leyendo. Espero que estén muy bien, y que si van a manifestarse se cuidense demasiado.
También quiero avisarle que la adaptación de Quererte no es sólo cuestión de suerte también espero subir pronto nuevos capitulos, y que pronto se vendra una historia JohnMark que tengo bastante avanzada.
Pues eso beibis, espero que se encuentren muy bien y tengan unos bonitos días y nunca olviden que su salud mental es muy importante, ¿si? ¡Cuidense! Nos leemos, besitos.
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Con John | ʲᵒʰⁿᵐᵃʳᵏ
FanfictionMomentos narrados de una pareja normal, dónde uno de ellos sufre de depresión hace años, dando a conocer cómo es su vida en torno a esta enfermedad. Con John no es una historia de amor. Se trata de una historia sobre la realidad, sobre cómo las per...