•||Día 2 {Parte II}||•

704 111 27
                                    

La luz de la mañana se colaba por la ventana de la habitación de los gemelos. Sus tíos ya estaban levantados.
Ford se había encerrado en su "laboratorio" mientras que Stan, degustaba una taza de café mientas miraba la televisión.

Waddles caminaba por la cocina mordisqueando la gorra de Dipper, muy seguramente aprovechó que este estaba dormido para poder "tomarla prestada". Todo parecía normal en aquella pequeña cabaña.

Pero no todo era como siempre.

—Pino—Susurraba Bill a muy pocos cetímetros de la cara del castaño, intentando despertarlo. Estos habían dormido juntos. Dipper había llegado muy cansado del bosque y no tenía ganas de pelear por la cama. ¿sería realmente eso lo que le ocurría a Dipper, o había algo más?—¡Pino!—Dijo un poco más alto el rubio. La cama no era muy grande, con lo cual casi no tenían espacio entre ellos.

—Cállate Bill...—Dijo el castaño adormilado, para después voltearse y darle la espalda al rubio.

—Dipper ¿Estás despierto?—Dijo Mabel frotandose los ojos recién levantada.

Dipper se sobresaltó, ¿le habría escuchado?
Abrió los ojos y se levantó quedando sentado en la cama.

—Hola, M-mabel. Buenos días.

—Hermanito.—Dijo Mabel con tono preocupado.—¿Estabas soñando con Bill?

—Sí, durmió con él, de hecho.—Dijo el rubio.

—¿Qué? ¡No!—Dijo el castaño algo nervioso.

—¿Seguro Pino?—Dijo Bill aún recostado en la cama y con las manos en la nuca.

—¿De verdad, bro? Te oí decir su nombre.—Dijo la castaña.

—No creo... ¿no lo habrás soñado tú? —Dijo Dipper.

—No lo sé. Bajemos a desayunar. Tenemos que contarle a Ford de todo esto.—Mabel se levantó de la cama.

—¡Espera!—Dipper se levantó rápido.—¿Qué le vas a contar?—Dijo colocándose delante de su hermana.

—¿De qué crees?—Dijo la castaña convencida.—¡De todo! La carta, lo de Andrew, que te he escuchado decir el nombre de Bill...

—Mabel. No creo que sea necesario preocupar al tío por esto.—Dijo Dipper. Mabel tardó en responder.

—Dipper, tienes que entender que estoy asustada. Llevamos mucho tiempo sin saber nada de ese demonio, creyendo que estaba muerto. Y de repente, un chico muere y deja una carta con el lenguaje de Bill. Y tú lo nombras. ¿Te parece coincidencia?

—Mabel, creo que estás exagerando todo. Primero, no nombré a Bill. Segundo, lo de Andrew puede ser un malentendido...

—¿Crees que es un malentendido? Hablemos con Ford y desmostremoslo.—Siguió diciendo Mabel.

—Es un tema que creo que los tíos han dejado atrás, no debemos preocuparlos por un malentendido. Investiguemoslo juntos como acordamos.—Dijo Dipper intentando convencer a su hermana.

—Está bien, dijo poco convencida. El Dipper que conozco se moriría por hablar con el tío de sus descubrimientos relacionados con una anomalía. ¿Qué pasa con Bill?—Dijo la castaña de brazos cruzados.

—Muchas cosas.—Bromeó Bill aún en la cama de Dipper. El castaño suspiró.

—Puede ser que aún no lo haya superado. Y dudo que los tíos tampoco. Hasta que no estemos seguros lo importante  será no decirles nada. ¿Ok?—Dijo Dipper.

—Está bien.—Mabel abrazó a su hermano.—No quiero que, si es verdad que volvió, los avisemos demasiado tarde.—Dipper correspondió al abrazo.

Nada es imposible || BilldipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora