•||Dia 5 ||•

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SEGUNDA PARTE

—¿Qué crees que estará haciendo allí?—Preguntó Eve sentándose en aquel trono reluciente color dorado.

—Lo que le de la gana. Prontó volverá para sus deberes como consejero.—Dijo aquel pelinegro sin siquiera mirar a su contraria.—Y sal de su trono.

—¿"Deberes de consejero" significa tirartelo cuando quieras, Lucy? ¿Cómo estás tan seguro de que va a volver?—Preguntó aquella morena de ojos verdes con una sonrisa burlona.—¿No crees que sería mejor darle el puesto a alguien más...—Tardó en continuar como si estuviera buscando la palabra idónea.—...dispuesto?

Normalmente los demonios que obtenían un puesto elevado en el infamando se referían a su jefe como Lucy. Una acortación de Lucifer.

—Entenderé lo que me dé la gana... Como comprenderás no necesito tus opiniones.—Dijo para chasquear los dedos y provocar que Eve apareciera delante de él.—Te dije que te levantaras.

—No entiendo por qué no te sirven mis consejos...—Dijo ella acariciando la barbilla de su contrario con el dedo índice y haciendo un pequeño puchero.

—Tu misma lo has dicho, no eres mi consejera.—Dijo para desintegrarse una vez más.

Ya había amanecido y, a pesar de la noticia que había recibido el rubio la noche anterior, se encontraba, de nuevo, durmiendo en la cama de aquel castaño. Aprovecharía todo el tiempo que tuviera con él y en sus visitas al inframundo intentaría actuar con normalidad. Evitando cualquier desconfianza por parte de Lucy.

No quería dejar de estar con Dipper, pero la idea de que pudiera pasarle algo inundaban sus pensamientos. ¿Por qué un simple humano tenía tanto efecto en él? Todos estos sentimientos eran nuevos para Bill. Todas las decisiones que tuvo que tomar y que traicionaban sus principios como demonio le hicieron darse cuenta de lo que supuso Dipper desde el principio. 

El castaño abrió los ojos porque le molestaban algunos rallos de sol que salían por la única ventana de su habitación. Ya era un nuevo día. Se extrañó al no notar los brazos del rubio rodeándole así que simplemente se volteó para mirarlo. 

Mabel aún seguía totalmente dormida. Apenas hizo comentarios cuando su hermano le dijo a Bill que durmiera con él, toda aquella desconfianza que pudo tener sobre aquel dorito estaba, prácticamente, desaparecida. Había demostrado ser uno más de la familia.

Bill abrió los ojos al notar la respiración de Dipper tan cerca y el moreno fingió estar dormido.

—Buenos días.—Bromeó Bill. Sabía perfectamente que Dipper estaba despierto.

—¿Cómo lo supiste?—Preguntó el moreno abriendo los ojos. 

Bill dirigió sus labios a la frente del moreno para dejar un dulce beso.

—Creo que debo volver al infierno, creo que hoy me espera un día complicado.

—¿Por qué? Pensé que si te quedabas no volverías hasta dentro de un tiempo.—Dijo Dipper con cierto tono de molestia.

—Ayer vino Will, me explicó que tenía que ir por "algo urgente."—Dijo marcando las comillas con los dedos indice y corazón.

—¿Sabes qué es?—Comenzó a decir Dipper algo preocupado.

—No, tampoco le daría mucha importancia.—Mintió Bill para después incorporarse.—Volveré lo antes que pueda.—Se levantó completamente. Dipper tenía ganas de darle un beso como última vez antes de que se fuera, pero el aliento mañanero era su obstáculo hasta que Bill desapareció nada más chasquear los dedos. (me recordó a Infinity War)

Nada es imposible || BilldipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora