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Odiaba eso, llegar a lugares en donde era un extraño para los demás, tener que soportar sus miradas recorriéndolo de pies a cabeza y lo peor; hacer amigos, eso no se le daba con facilidad.

Zayn se dirigía de forma vaga hacia la entrada de su nuevo colegio, una que otra vez fijando su mirada en chicos que le llamaban la atención como era de costumbre. Una vez adentro se puso un poco nervioso al pensar si alguien querría ser su amigo ya que todos parecían llevarse bien, hablando y riendo por todo el lugar.

Y todo era gracias a él, por sus horrorosas calificaciones. Su madre pensaba que cambiándolo de colegio todo iba a mejorar, como si hubiera diferencia alguna entre un colegio de otro. Siempre era un asco.

Cruzando la explanada su atención se volvió a un chico en particular, un chico que se encontraba con su grupo de amigos y atraía la mirada de alguna que otra chica que pasara por su lado.

Este chico en particular llamó su atención más que todos a los que había visto desde que bajó del auto de su madre y no sabía el por qué. Debía de ser uno de esos que salían con cinco chicas a la vez. Que estúpido.

Siguió caminando hacia la entrada del recinto, comenzó a subir las gradas, llegando al final de estas volteó hacia dónde se encontraba el chico que le había llamado la atención y sus miradas se encontraron por un segundo.

Zayn frunció el ceño, no sabía si estaba mirando a alguien detrás suyo, o a él, así que continuó su recorrido. Se detuvo en su nuevo casillero y cuando estaba guardando un par de libros los escuchó hablar.

— ¿Sigues enojado con Danielle? — preguntó un chico de rizos y ojos verdes.

— No quiero saber nada de ella — dijo otro chico de voz grave y Zayn no pudo evitar mirar sobre su hombro.

— Tengo nuevos planes ahora — agregó el mismo chico y miró a Zayn, quién se sorprendió de ver al chico de la explanada.

Cerró la puerta y aligerando el paso se preocupó en no llegar tarde a su primera clase y mucho menos en perderse por el lugar tan grande.

Llegó al salón y al instante la campana dio el aviso del inicio de la clase. Tomó asiento en los lugares del final y esperó a que esta comenzara.

El profesor inició la lección y este fue interrumpido por el sonido de la puerta.

— Buenos días.

— Buenos díaaas — respondió el profesor —. Llegas tarde.

El estudiante cerró la puerta detrás de él y se dirigió al primer asiento libre y para suerte de Zayn este estaba junto a él.

— ¡Hola! — dijo el chico con una sonrisa y en voz baja.

¿En serio lo estaba saludando? Su mala cara debió de hacerle pensar que no le importaba porque la sonrisa había desaparecido del rostro del chico.

¿Qué le digo? ¿Trato de ser amistoso o solo lo ignoro? Pensó

Pero solo miró hacia el frente, sin saber que hacer, vencido por los nervios. Debía estar equivocado, se había confundido, era eso. O tal vez solo quería que nadie se le acercara. Darle la oportunidad a alguien para entrar en tu vida solo es darle el poder para destruirte.

No permitiría que el chico de la entrada lo destruyera.

No iba a hacer así.

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The Tears Keep FallingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora