6

50 6 2
                                    


Los días así eran sus favoritos; el cielo cubierto totalmente por las nubes y estas grises dando a entender que en cualquier momento llovería.

Zayn debía comprar su desayuno. Decidió dirigirse al centro comercial más cercano para realizar la compra, y apretando el acelerador tomó la autopista a su derecha.

El parqueo se encontraba un poco vacío, apenas eran las diez treinta así que estacionó el auto cerca a la entrada del lugar.

Los pasillos del edificio también se encontraban casi vacíos así que decidió ir despacio hasta su objetivo.

Realizó la compra sin ninguna dificultad, la elección se le hizo fácil y rápida.

De vuelta al estacionamiento decidió tomar el camino más largo, quería caminar un poco más, en un rato estaría en su oficina, sentado por horas y siempre se le hacía cansado.

Iba pasando justo enfrente de una tienda de ropa y si no fuera hacia su trabajo habría pasado. Siempre le gustaba hacer compras y obvio, acompañado de su mejor amigo. Era una manera de liberar estrés.

Así que continuó caminando, mirando a lo que se hallara en la izquierda porque trataba de distraerse.

Un sonido fuerte lo obligó a mirar a la derecha, era el sonido de una cortina de metal que se alzaba y dejaba ver el área del cine al otro lado.

Zayn se detuvo de inmediato y su rostro  había perdido cualquier expresión.

Tomar ese pasillo no fue la mejor idea. Se obligó a apartar la mirada (como lo había hecho muchas veces ya) y a seguir adelante.

Llegó a donde se encontraba su auto y guardó lo que había comprado en los asientos traseros para luego subirse a este.

Abrió la puerta para introducirse en el vehículo cuando escuchó su nombre detrás de él.

— ¡Hola! ¿Cómo se encuentra? — respondió girándose.

— ¡Muy bien!, como cualquier muchacho de 16 años — respondió el anciano.

¿Confundido? ¿Estresado? ¿Estúpido? o tal vez… ¿cansado?, no, no lo creo, pensó Zayn.

— Podría correr una maratón ahora mismo, cada día me siento más joven.

— Que bien.

— ¿Sucede algo señorito Zayn? — preguntó el viejo colocando una mano sobre su hombro.

— No… no, no sucede nada — se apresuró a decir con una sonrisa fingida. Claro que sucedía algo y no se encontraba para nada bien.

— ¿Te está molestando mi abuelo? — dijo el muchacho que recién llegaba y le sonreía a Zayn.

— Siempre es un gusto verte señorito Zayn.

— Igualmente señor Horan… Nos vemos luego Niall — respondió Zayn fingiendo una sonrisa por segunda vez.

Rápidamente entró al auto, no quería hablar con nadie más. El señor Horan (como lo llamaba) era su vecino así que se topaba con Niall de vez en cuando, este iba unos días a la semana a cuidar de su abuelo. Se llevaba muy bien con ambos pero en ese momento solo quería estar solo.

Enseguida encendió el auto y se dirigió a la salida del parqueo pasando frente al auto de Niall.

Ese día debía acabar lo antes posible.

🥀

The Tears Keep FallingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora