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Comenzó a apresurar el paso mientras se aflojaba la corbata. Por suerte el baño se encontraba vacío, porque en cuanto entró las lágrimas no tardaron en salir.

De pie, frente al espejo se inclinó, apoyó los codos sobre el mármol y envolvió su cabeza con sus manos. Trató de relajarse, de detener las lágrimas pero era inútil luchar contra él mismo.

Alzó la vista y se encontró con su reflejo: un poco despeinado, ojos rojos y las mejillas húmedas. Se enderezó un poco y extendió los brazos sin dejar de apoyarse. Vamos Zayn, él no es nadie, pensó, ya no importa.

— Tienes que ser valiente — dijo frente al espejo, así mismo.

Desde el pasillo de afuera se escucharon risas y no dudó en correr
hasta el final, entró al último cubículo y cerró la puerta. Las voces se hicieron más claras cuando llegaron al lugar.

— ¿Homicidio? Fue un accidente, todos lo sabemos — dijo el primer chico y después se escuchó el agua correr.

— Sí. Eso es lo que se rumora… pero solo es eso, un rumor — respondió la segunda voz.

— Si era cierto que se había ganado el odio de muchos, pero, solo fue un accidente en la autopista.

— Quiero creer que así fue — dijo el segundo hombre —. Sabes, solo hablé con él un par de veces… me agradaba.

Zayn escuchó las pisadas alejarse y sin contenerse, se derrumbó en el suelo, rodeando sus extremidades inferiores con los brazos y dejando el peso de su cabeza sobre las rodillas.

Hacía muchísimo tiempo que no lloraba. Los malos momentos lo hacían más fuerte, aunque siempre habían peores. Era como si al salir de una pesadilla estuviera listo para otra, y superarla, pero no era así.

Claro que el día anterior había llorado, pero estaba tan ebrio que no se acordaba de nada, por eso le sorprendió ver su pantalón mojado. ¿Tanto deseaban las lágrimas salir?

Aunque no le gustaba recibir ayuda, ahora la necesitaba más que nunca. Siempre solía ser el que ayudaba a su mejor amigo cuando pasaba por estas situaciones, pero quién da la ayuda también la necesita. Sacó su celular del pantalón. Con su mano derecha usaba el celular mientras con su izquierda intentaba limpiarse un poco las lágrimas. A los segundos de marcar, Louis contestó.

— No… No puedo más — dijo Zayn con dificultad.

Después de una pausa silenciosa Louis dijo.

— ¡Hey! Respira, no estás muriendo, todo va a estar bien — dijo Louis —.  No somos robots, Zayn, no podemos ocultar por siempre lo que sentimos.

— Lo sé, aunque no parezca y sé que tu lo sabes, pero… ¿por qué me pasan estas cosas a mí? ¿Por qué siempre tengo que salir herido? ¿Por qué yo, Louis?

Pasó cerca de un minuto para que Louis respondiera y lo único que se escuchaba era el llanto de Zayn.

— Yo… yo… no lo sé. Me gustaría saberlo para poder mantenerte a salvo. Maldita sea Zayn — dijo Louis, le costaba hablar, era obvio que se encontraba llorando — eres mi mejor amigo y no mereces que nada de esto te pase. Sé que no podemos escoger nuestra vida, por más cambios que hagamos, todo pasa por algo, tú me enseñaste eso.

— Cállate Louis, todo lo que está pasando… no tiene sentido, es como si desde siempre, todo estuviera en mi contra y… y tal vez todo lo que elijo está mal.

— ¿Cómo qué? ¿Cómo qué Zayn? ¿Enamorarte? Porque eso no lo eliges, y aunque sea doloroso debes quedarte con los buenos momentos.

— Recordar duele — dijo Zayn con la voz entrecortada —, solo quiero olvidar.

— No, no debes olvidarlo, debes superarlo — dijo Louis ahora con autoridad — y sabes cómo hacerlo, sólo necesitas tiempo.

— Pero es que duele mucho. Me duele, Louis — dijo Zayn para después echarse a llorar sin parar.

Silencio era lo único que había del otro lado de la línea.

— ¿Sabes Zayn? Eres de las personas más fuertes que he conocido, aunque no lo creas — dijo Louis, y solo recibió el llanto de Zayn como respuesta —. Tienes que ser fuerte, sólo una vez más.

— Siempre lo intento, pero es agotador — dijo Zayn cerrando su puño izquierdo con fuerza — estoy harto de todo esto… solo quiero que termine.

— Lo sé. Todo está en tus manos ahora, tú decides qué hacer, amigo, y yo estaré para apoyarte.

— Lo intentaré — dijo Zayn tratando de limpiar sus mejillas aunque sus lágrimas siguieran cayendo —, lo intentaré porque quiero que acabe, porque quiero ser felíz otra vez.

— Es lo que mereces. Resiste ¿si?

— Lo haré — dijo Zayn y la llamada finalizó. Apoyó su cabeza en la pared y su mirada se dirigió hacia arriba.

Mira lo que me has hecho.

Ya bastante había sufrido, ¿y todo para qué? para nada, porque ahora estaba en la misma situación de antes.

Los pasos que se escuchaban cada vez más fuerte lo devolvieron a la realidad. Era tan fácil imaginar un mundo en el que tuvieras todo lo que siempre quisiste y solo fueras felíz.

Limpió a medias su cara porque no quería que nadie lo encontrara en ese estado tan débil que nunca solía mostrar. Se levantó y respiró hondo, abrió la puerta y se encontró con el hombre de la limpieza mirándolo fijamente desde el otro lado del lugar.

— ¿Le sucede algo señor Malik?

— No. No. Estoy bien — dijo Zayn con voz ronca y recobrando la postura mientras avanzaba hasta llegar a dónde se encontraba este muchacho. Lavó sus manos y su cara, pero aún así los ojos seguían rojos.

— No es malo mostrar nuestro lado sensible, a veces no es buena idea pero… solo estamos siendo humanos — dijo el hombre sin mirar a Zayn mientras trapeaba el piso.

Zayn lo miró por el espejo. Se miró él y se dió cuenta que tenía los ojos hinchados pero aún así no dejaba de verse bien, pero claro que los tenía que ocultar. Aún así la persona detrás de él tenía razón, siempre ocultaba su tristeza, aunque el dolor que le habían causado ya hace unos años lo había hecho más fuerte (o eso pensaba antes hace una hora). Y no solo era con la tristeza, siempre se limitaba a ocultar algunas otras emociones, incluso su familia llegó a pensar que no quería a nadie en el mundo, que no conocía el amor. Pero no le importaba que pensaran los demás, tenía sus razones. Miró al muchacho (que seguía de espaldas) una última vez y salió del baño.

— Señor, lo llaman de…

— No quiero hablar con nadie — le contestó a su secretaria que se encontraba con el teléfono en el aire.

Entró rápido en su oficina y al cerrar la puerta se recostó en esta.

— Vamos Zayn, resiste dos horas más — Se dijo en un tono débil y con desesperación, aunque deseaba que fuera con total seguridad.

Inclinó su cabeza hacia atrás, cerró los ojos y después de un largo suspiró dijo:

— Las lágrimas siguen cayendo y es todo por tu culpa.

🥀

The Tears Keep FallingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora