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    Sus mechones dorados danzaban al compás de la brisa nocturna, mientras ella centraba sus pensamientos en la música clásica de algun lugar del centro de la ciudad, degustando aquellos escasos segundos donde su mente le daba el lujo de la plenitud.

Kara, faltan menos de treinta minutos, el lugar está lleno de gente que se pregunta por ti, creo que ya es hora de que aparezcas—Anunció su hermana a través del intercomunicador—Sé que tal vez no creas que es el momento adecuado para celebrar, pero nos haría bien una pequeña fiesta, no tuvimos ni siquiera el tiempo para pensar en lo que logramos con la caída de Lex—Suavizó su voz—Tú más que nadie te mereces un motivo para celebrar, Kara.

    De manera inconsciente, la heroína dirigió su mirada hacia el evento, tras divisar a su hermana con la mirada preocupada y el teléfono al oído, su atención se desvió por magnetismo natural hacia la pelinegra que examinaba la fiesta desde el altillo. Presentaba un mirar genuinamente felina y un vaso de whisky, al que se aferraba como si anhelara que aquel licor le templara las manos heladas, a falta de quien las acariciase.

—¿Lena está ahí?—Preguntó impaciente, siendo incapaz de dicipar el entusiasmo.

Fue una de las primeras en llegar, se encargó de atender a los invitados y les aseguró que estabas en algo importante, pero llegarías pronto—Hizo una pausa para meditar sus próximas palabras—Para odiarte como se ha esmerado en dejarte en claro, realmente no entiendo su forma de actuar.

    Kara guardó silencio, sopesando las palabras de su hermana, mientras buscaba la razón sensata para que Lena se mostrara descaradamente furiosa cuando la tenía en frente, y a sus espaldas la cuidara de aquella forma.

¿Kara, estás ahí?

—Estoy aquí—Respondió saludando a su hermana con un abrazo que hasta aquel momento no había notado cuanto necesitaba.

—Te mereces todo esto, no eres una mala persona—Alex sujetó el rostro de su hermana entre sus manos—Te conozco, eres Kara Zor-El, mi hermana y la heroína de Ciudad Nacional, con o sin la capa puesta. Y estoy segura de que tarde o temprano ella se dará cuenta de eso.

    Instintivamente miró hacia donde se encontraba Lena y descubrió que las estaba observando, pero no desvió la mirada al cruzarse con los ojos de Kara, una mirada que la rubia fue incapaz de descifrar si se trataba de rabia o desolación. Cuando Lena se apartó de la barandilla para retirarse, Kara inhaló coraje y fue tras ella.

—Esto es un evento del más alto nivel, no toleramos cambios irresponsables a último momento, señorita Luthor, y si así fuera, no conseguiremos un orador en menos de diez minutos, lo sentimos, pero usted es la responsable de la entrega—Aquel hombre se retiró dejando una pequeña caja en manos de Lena.

—Tú dirigirás la premiación—Susurró débilmente Kara mientras se acercaba.

—Antes del secuestro y de todo esta situación en la que estamos enredadas, fui la primera en saber sobre el Pulitzer, así que quise ser la persona que le gritara al mundo quien eras, como cuidabas de las personas y de la ciudad que amabas de forma tan sincera, sin esperar nada a cambio—Desarrugó un trozo de papel que apretaba firmemente enel puño y se lo entregó con los ojos cristalizados.

—No tienes que hacerlo, puedo pedirle a Alex o J'onn que se encarguen, sé que no es fácil para ti, no necesitas mentir sobre mí frente a todo el mundo—La voz de Kara terminó por quebrarse y las lágrimas amenazaron por salir.

—Ese es el más exasperante de mis problemas, no miento al decir todas y cada una de esas palabras, porque como Kara Danvers—Cerró los ojos reprimiendo las lágrimas antes de continuar—O como Supergirl, proteges a todas y cada una de las personas de esta ciudad de una forma tan despreocupada, ni siquiera te importa morir por ellos, o por las personas que amas, has nacido con la capa puesta, llevas heroísmo en la sangre.

Kryptonita Negra - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora