13.

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—¿Te encuentras bien?—Preguntó la reportera acercándose a Lena con una copa de vino.

—Si—Respondió con brevedad mientras acomodaba sus pies sobre el sofá y tomaba la copa—Gracias—Le sonrió y esperó a que se acomodara a su lado.

—Lee...—La observó con reproche—¿Qué es lo que te tiene tan distraída?¿Acaso dejamos tu cabecita en Argo y no me enteré?.

—No, tonta—Rió de forma sincera y comenzó a jugar de forma nerviosa con los dedos de Kara—Es solo que el regresar a la tierra no hace más que recordarme quien soy, y quien eres tú, lo que me lleva a preguntarme, ¿cómo es que esto está pasando?, ¿por qué tú, entre toda la galaxia eligirías a una de las pocas personas que sabe crear kriptonita?, No tiene ni una pizca de sentido común.

—Porque confío, confío en ti y en el fondo siempre creí en ti, te quiero porque a pesar de ser capaz de dañarme, y tener las razones para hacerlo, decidiste perdonarme y hacerme feliz, porque si tuviera que poner mi felicidad en manos de alguien, sería en las tuyas—Besó su mano mientras soltaba aquella respuesta llena de sinceridad.

—No sabes todo lo que he hecho, ni todo lo que soy capaz de hacer, Kara—Susurró la pequeña Luthor mientras sus ojos se tornaban cristalinos.

—Tal vez no, pero si sé que buscas el bien, eso es lo que te hace Lena, y es otra de las razones que te diferencia de tu familia—se acercó y depositó un beso en su mejilla mientras la abrazaba sin disipar el temor de hacerlo muy fuerte.

—Entiendo que sea bastante pálida, pero no soy de porcelana, puedes abrazarme sin miedo a partirme, Kara—Vació la copa de vino a una velocidad admirable y la dejó sobre la mesa mientras se levantaba—Ven conmigo, tengo algo para ti—Tiró de ella y la arrastró hasta una habitación cerca de su cuarto.

—No recordaba esta puerta—Comentó Kara con el ceño fruncido.

—Tengo mis trucos—Presionó un botón en su tableta y aquella puerta desapareció por completo—Serás la primera en conocerla—Anunció mientras la puerta volvía a aparecer—Pero no puedes contarle a nadie acerca de esto, es como mi pequeña fortaleza de la soledad, ¿De acuerdo?

—Prometo que será nuestro secreto—Puso una mano en su pecho.

—Confío en tu palabra—Sonrío la pelinegra mientras tiraba de ella hacia el interior de aquella habitación.

    Era un lugar bastante espacioso, con una pared de libros y varios artefactos tecnológicos, además de una computadora aún más avanzada que las de la DEO, pero lo que más llamó la atención a Kara, fueron varias fotos de lo que parecía Lena con una niña pequeña.

—¿Quien es ella?—Preguntó la rubia refiriéndose a la niña.

—Soy yo—Respondió Lena tomando el porta retratos con tal cuidado, que parecía tener miedo de romper el recuerdo—Y ella es mi madre, muchos dicen que soy su viva imagen.

—Nunca hablas de ella—Puntualizó la rubia admirando las demás fotos, entre ellas una con Lex de pequeños y otra con Lillian, lo que le hizo recordara Kara el enorme detalle que habían pasado por alto.

    Sin que Lena la viera mandó un mensaje a Alex para que pongan en marcha el rastreo de Lillian Luthor.

—Hoy no hablaré de ella, porque tengo una sorpresa para ti—Una enorme sonrisa se pintó en su rostro—Cierra los ojos, cariño.

    Kara cumplió sus órdenes y una sonrisa se dibujó en su rostro al sentir los labios de Lena contra los suyos, sin cortar el beso, la pelinegra le colocó un anillo en la mano izquierda.

Kryptonita Negra - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora