제 [23] 장 | 패배

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Frío.

Tenía frío y por eso no podía moverse del lugar, en su mente sólo se repetía las palabras de sus padres y el sonido de la puerta cerrarse. Todo tan hueco, todo tan oscuro... Todo tan frío.

Los ríos en sus mejillas se secaron y sus labios se agrietaron, dejando de buscar consuelo y simplemente repitiendo el momento; cansado, estaba cansado, en la misma posición que en un inicio sin poder levantarse. No sabe cuánto pasó, si unos segundos, minutos o hasta horas, sentía algo diferente en el pecho. Entonces alguien tocó el timbre, esa fue su salvación. Caminó con pereza y por instinto a la puerta, abrió sin preguntar quién es y se encontró con la cara de sorpresa de Hoseok.

—No te ves bien, ¿es-

Jimin no respondió, sólo se tiró a los brazos de Hoseok para unir sus labios en un beso desesperado por sentir algo. Su novio respondió ansioso olvidando la imagen anterior y rodeando la delgada y delicada cintura del bajo, lo tomó por debajo de los muslos para levantarlo por sobre el nivel del suelo y cargarlo hasta la cama, el beso se rompió y Jimin no dejó que el mayor lo viera cuando atacó su cuello e intentó sacarle la remera. Jung lo desvistió bruscamente como toda acción sugerida por ellos, mordidas, chupones y lengua, saliva y sudor.

Hoseok miró el cuerpo desnudo debajo de él por sobre la oscuridad, piel tersa pero más blanca de lo usual y podía sentir ciertas partes de su anatomía donde los huesos se marcaban, no quiso pensar en eso pero su cabeza se comenzó a carcomer con preguntas. Se separó mirando fijamente a Jimin con esa preocupación brillando en sus ojos.

—Jimin, ¿qué suce-

No contestó. Intentó besarlo pero Hoseok se apartó ante los desesperados intentos de besos por su novio. Lo tomó de las muñecas para mantener distancia, ninguno dijo nada por unos segundos.

»No, respondeme por favor —suplicó cuando Jimin volteó la mirada a la pared a su lado, en silencio y sólo sus respiraciones prendía el ruido de un hilo.

—Nada, sólo besame ¿si? —Nuevamente intentó acercarse pero una gota que manchó su mejilla lo detuvo, se quedó estático mirando las pequeñas lágrimas que se deslizaban por el rostro del mayor, estaba llorando… Estaba triste y furioso.

—Nunca me dices nada… Sólo tenemos sexo, me siento usado como si fuera un segundo plato —Soltó un sollozo, su voz se tambaleaba y se hacía cada vez más difícil hablar. Jimin llevó sus pequeñas manos a los cachetes del mayor, buscando tacto tratando de parar el llanto.

—Yo…

—¿Tú? Jimin, ¿nosotros en serio somos novios? Es, es decir, no parece, yo lo intento pero… pero no puedo solamente yo luchar por algo que nunca hubo, yo en serio te amo… Pero tú, ¿me amas?

El castaño sorprendido soltó las ropas de Hoseok, tirando su cabeza sobre la almohada tomando una gran calada de aire que dejaba demasiadas estipulaciones dentro de la mente del mayor, al no recibir respuesta sus labios temblaron y sus ojos comenzaron a cristalizarse. Supo que en todo ese tiempo a su lado, los sentimientos no eran recíprocos… sino unilaterales, porque él estaba totalmente loco por Park Jimin, desde que lo vio por primera vez con su cabello rosado y mejillas rosadas, lo apreció desde lejos hasta que se dignó a pedirle una cita.

Es por eso que sentía que su corazón estaba totalmente destrozado.

Porque él sí está enamorado.

»Mañana tengo trabajo, me iré por hoy, si pasa algo, llámame —Limpió sus lágrimas abandonando las piernas de Jimin, comenzando a atar los cordones de sus zapatillas. El castaño no le dirigió la mirada, solamente tenía los ojos oscuros y sin vida dirigidos hacia los pocos copos de nieve que comenzaban a caer tan lentamente de una manta de niebla. Hoseok simplemente bajó la cabeza, quería llorar porque esperaba algún tipo de negación pero eso obviamente no ocurriría aunque tenía la leve esperanza de que sí. Abrió la puerta echándole un último vistazo a Jimin.

Ese día nevó… Ese día hacía frío.

[•••]

El tiempo avanzaba a una colisión definitiva.

Taehyung caminaba por las calles desoladas de Seúl mirando su reloj, sus pasos rápidos y desesperados perdieron potencia cuando notó que estaba llegando al edificio, se relajó para no parecer que corrió. Y es que, desde hace horas está llamando a Jimin, pero ni sus mensajes o llamadas eran respondidas desde hace días, se preocupó y decidió por ir a hablarle en persona, no quería esperar lo peor o tener que llamar una ambulancia, porque él ya estuvo en esa situación y sabía lo solitario y triste que podías sentirte en una situación así, hasta el punto de llegar a cometer una locura.

Cuando reconoció el número del departamento de Park: “124”, suspiró pero se atragantó con el aire cuando divisó el pequeño detalle de que la puerta se encontraba semiabierta. Entró rápidamente gritando el nombre de su amigo, lo único que encontró fue un olor a encierro y alcohol, oscuridad, desorden y una figura sobre la cama que apenas era divisible por la luz que se colaba por encima de las cortinas de la ventana de la cocina. Prendió el interrumptor de la luz causando que Jimin sobre la cama se removiera –algo que causó alivio en Taehyung al saber que no cometió una decisión extrema–, más botellas de cerveza y vino estaban a un lado de la cama, observó a su alrededor.

Cajas de vinos, botellas, sabanas tiradas en el suelo al igual que prendas de Jimin, comida fuera de la heladera a medio terminar siendo devoradas por los hongos, polvo juntándose en todas partes y libros arrojados en algunas partes, vidrios rotos y hojas tiradas. Tomó una de las hojas arrogada entre sus manos leyendo su contenido, juzgando por la fecha en la parte superior de ésta, supo que fue escrita hace 6 años.

“Hoy me sentía solo y triste. Sé que debería odiarlos pero me es imposible, los recordé ayer cuando fui a buscar a Kookie al colegio por pedido de los Min ya que nadie podía hacerlo, Jin hyung estaba en clases (por cierto, estoy orgulloso de él, sacó las mejores notas y ya tiene planeado qué carrera seguir, ojalá siga así, ¡yo lo estaré apoyando siempre!), Yonnie hyung estaba estudiando un exámen para hoy y los señores Min estaban trabajando. Entonces pasé por una guardería, estaban los niños con sus padres, me gustaría que alguna vez mis padres me hubieran ido a buscar al colegio, al menos una vez y eso sería suficiente, tristemente las cosas no fueron como deseé. Busqué a Kookie y no paró de preguntar cosas como «¿Jiminnie hyung está bien?» ¿con qué puedo contestarle? Olvidó todo cuando le dije que le compraría helado, fue gracioso eso. Al llegar a casa, fui directamente a mi cama, porque se convirtió en un hábito para mí acostarme cada vez que estoy triste. Pero Yonnie hyung llegó para decirme que veamos una película, sé que no debería seguir sintiendo estas cosas por él, pero seguramente en un año ya pueda superarlo (¡Sé que lo lograrás, Jimin del futuro!). Siguiendo, me hizo olvidar esa tristeza, nos divertimos, ahora él está durmiendo y estamos a la mitad de la película jajaja”.

Taehyung supo que le pertenecía al diario personal de Jimin, lo dejó posado en un mueble a su lado para acercarse a su amigo. La tristeza era tan abrumadora que lo dejaba sin oxígeno.

—Jimin-

—¿Soy patético, verdad? —Su tono sonó apesadumbrado y apagado, todo en él parecía haber sido derrotado. Se quedó sin palabras cuando solamente los pequeños ojos de Jimin se asomaron dejándolo infausto, no pudo evitar no derramar una pequeña lágrima caprichosa que rápidamente fue secada. Una pequeña mano se asomó para tomar la suya, su muñeca huesuda al igual que su brazo sobresalieron.

—Te aseguró que las cosas mejorarán…

—Lo mismo me han dicho por años y siento que nada cambió… Pero no importa.

—¿Por qué no importa?

—Porque finalmente me di por vencido.
































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윤민; [Follow your heart...] → y.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora