제 [14] 장 | 친구

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Taehyung reía a su lado, sus cabellos rosados tapaban sus expresivos ojos y su sonrisa dislubraba el pasillo del edificio. Los estudiantes caminaban tranquilos, ambos muchachos estaban conversando amenamente como dos buenos amigos. Salieron y se adentraron en un café cercano al lugar en una de las mesas más alejadas de la puerta esperando sus órdenes que consistían en dos cappuccino con tostadas y una rebanada de torta de frutilla.

—Y dime Jiminnie… ¿Cómo andan las cosas con Yoongi? —El castaño le agradeció a la mesera al traer los pedidos  y comenzó a tomar de la bebida caliente al contrario de Jimin que miraba el contenido dentro de la taza de porcelana.

—Bueno… Ha estado más sonriente que otras veces y un poco distraído, además más cariñoso —Sus mejillas se pintaron de una matiz de rojo, intercalando con el rosado al recordar la cercanía excesiva del pálido o como a veces su respiración chocaba contra su nuca en una cálida ventisca eléctrica que aceleraba su corazón de una manera impresionante y casi terrorifica.

—¿Ya has hablado con él sobre…? —Abrió sus ojos para darle pistas del final de su pregunta, Jimin lo entendió de inmediato mordiendo su labio con fuerza por su penosa respuesta, negó con la cabeza, decepcionado de sí mismo; Taehyung sabía de sus sentimientos hacia su mejor amigo, algo que él entendió a la perfección sin juzgarlo—. Jimin…

—Lo sé Tae… Sólo que… No sé, tengo miedo… —Los mechones de su frente taparon sus tristes ojos. Taehyung conocía su gran secreto, no recuerda cómo ocurrió pero el menor se había acercado un día para hacerle una pregunta que lo despojó de su tranquilidad; “¿Te gusta Yoongi hyung?”

—No lo hagas si no sientes que es el momento, espera a que llegue el momento…

—Lo sé… —Si supiera las incontables veces donde se planteó todos los escenarios en otro mundo alternativo donde daba a relucir sus sentimientos románticos hacia Yoongi… En uno de las miles de posibilidades… Sólo en uno era feliz.

Luego venía el dolor; ser rechazado, la caída de su amistad con Yoongi, ser despreciado y entre tantas cosas. Él pensaba firmemente que su amistad perduraría por muchos años, hasta se imaginaba un futuro donde ambos ya tendrían arrugas en su rostro y reirían por anécdotas del pasado. No lucharía por una batalla que desde el principio no pudo ganar…

Aunque en el fondo de su corazón seguía con la esperanza de que algo pase.

También tenía el leve deseo de confesarse a Yoongi y éste sea compresivo, que no lo destruyera… Se imaginaba un momento hermoso, todas las opciones mágicas y hermosas de declararse, algo bello de recordar, sólo con eso estaba satisfecho.

—Jimin, deberías hacerlo… Es decir… Confesarte a Yoongi hyung, ¿y si las cosas ocurren de otra manera? Nunca sabrás si no lo intentas —Park quedó pensantivo, las palabras de Taehyung quizás calaron en lo profundo de su corazón porque en lo que resto de la salida no había hablado tanto.

Ambos perdidos en sus pensamientos olvidaron el tiempo, por alguna razón, Jimin notó la mirada lejana del muchacho que siempre era envuelto por una aura brillante que te traía felicidad fácilmente. No comentó nada esperando que él hablara por sí solo.

Se detuvieron cuando llegaron a la casa de los Min donde se hospedaba Jimin por un tiempo hasta que pueda encontrar un lugar donde quedarse. Tragó saliva sabiendo que los padres de Yoongi estaban trabajando, Jungkook en su taller de fotografía y Seokjin en la biblioteca estudiando. Sólo estarían él y Yoongi. Ambos solos.

—Jimin…

Las ruinas de la felicidad se proyectaron en su tono de voz, se miraron y notó en sus ojos su presencia lejana, le sonrió con melancolía, con rastros de tristeza e hileras infinitas de secretos.

윤민; [Follow your heart...] → y.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora