윤민; [Follow your heart...] → y.m

제 [24] 장 | 외로움

    —Si hubiera sabido que eso pasaría… No hubiera dejado que se acerque a él —Seokjin soltó un poderoso sollozo que rompió la armonía en su rojo rostro, las gruesas lágrimas de culpa deslizándose por sus rosadas mejillas.

    Lo pudo haber evitado, sabía que ninguno de los dos se encontraba bien, y aún así no hizo nada.

[•••]

    Horas antes…

    Hoseok no regresó. Pensó que quizás se había cansado de mantenerlos juntos, lo entendía, le causó daño cuando él intentaba repararlo...
   
    Pero el daño era irreversible.

    Sus esperanzas se habían acabado, ninguna empresa lo llamaba luego de dejar su currículum y otros le eran sinceros: "Necesitamos a una persona sana". Otros simplemente no fingían el asco en sus ojos. Así de a poco, sus ahorros disminuían y los impuestos llegaban, al quedarse sin trabajo, se quedó en la miseria, pagar las deudas lo dejó en un desierto, ahora sólo tenía su cama y apenas tenía comida. Hubiera deseado que no le importara, pero… pero aún así podía ver una luminiscencia entre medio de la oscuridad, con la que se aferraba lo más que podía, sabía que había perdido lazos, tanto con su padre, con los Min, con sus amigos, novio y…

    Yoongi.

    Invierno se hacía eterno para un cuerpo en agonía. Aunque tuviera cuatro mantas, la frialdad en la cama no se desvanecía, se cuestionaba las cosas que hizo mal, encontrando muchas y odiándose paulatinamente por ello, rompiendo el espejo sin poder ver su asqueroso reflejo que mostraba rutas abandonadas llenas de cicatrices de una tristeza tan profunda, que el cielo lloraba en su honor. Así se sentía ver sus oscuros ojos nublados.

    Tocaron la puerta, Jimin realmente no quería moverse, pero cuando los golpes se hicieron persistentes, no tuvo alternativa de abrir la puerta. Se sorprendió de ver al dueño del edificio con disgusto en su rostro, olisqueando el encierro.

    —Tienes que desalojar, tu pago se atrasó —No entendía.

    —¿Qué? No…

    —Debes desalojar, chico, lo siento —Comenzó a negar con la cabeza, ¿dónde tuvo esa misma sensación? Ah sí, en su trabajo.

    —No, no, por favor, te lo pido, sólo debo encontrar un trabajo y pagaré, lo juro, solo… solo dame una oportunidad y-

    —No, ¡dos meses viviendo gratis en mi edificio! Eso es demasiado tiempo e injusto para los demás inquilinos —Su arrugada cara se ciñó.

    —Por favor, yo… por favor —Otra vez sus palabras dejaron de tener coherencia.

    —Mira, si pusieras más esfuerzo —suspiró el hombre pasando sus dedos por su frente, dando un masaje para aliviar el dolor de cabeza.

    —¡Lo hago! ¡Juro que lo hago! ¡Me levanto todos los días a las 5 de la mañana y salgo a las 6 para buscar trabajo! ¡Nadie me acepta! Solo… solo, por favor, si pudiera esperar, si recibo al menos una llamada, todo mi primer pago se lo entregaré a usted, por favor… solo… —Unió sus manos en súplica frente a su rostro, cerrando sus ojos con fuerza por miedo de ver su expresión, una llena de lástima y decepción, no quería volver a verlo. Tenía miedo de escuchar la respuesta, pero no se sorprendió al recibir un:

    —No, lo siento, te daré sólo hoy para que saques tus cosas… aunque veo que no es mucho —Y se fue. Jimin estaba en un trance que no era ayudado por el vacío del pasillo, sabía que habían curiosos detrás de la puerta con el oído pegado en ellas. Perdió la dignidad hace mucho, tanto su orgullo y vergüenza ya no existían, por eso no le importó pegar un grito lleno de dolor y angustia.