Amanda suspiró, cargando el cuerpo de su amiga asiática, que aún murmuraba cosas imposibles de entender. Tal vez no había sido buena idea llevársela de fiesta por ahí, y definitivamente, si hubiese sabido que acabarían así, nunca se lo fuese sugerido. Pero lo cierto, es que de una manera u otra, Akko necesitaba distraerse del estrés diario.
-Akko no hagas mucho ruido, estamos por entrar en Luna Nova-Le advirtió.
-はい, はい
Amanda supuso que eso en su idioma significaría "si, si". Desde que Akko había empezado a hablar en un arrastrado y lento japonés, había perdido la esperanza de que estuviese al menos consciente de sus acciones. Se había pasado bebiendo, incluso para ser la primera vez que probaba el alcohol. En parte, también era su culpa, podría haberla parado, pero dejó que siguiera y siguiera hasta acabar en ese estado deplorable.
La pelirroja caminó lentamente por los pasillos, tratando de sofocar el ruido de sus pasos lo máximo posible, ella misma tampoco estaba sobria del todo, por lo que de vez en cuando se tambaleaba, chocando con las blanquecinas paredes.
La razón por lo que ambas chicas estaban en esa situación, tenía nombre y apellido; Diana Cavendish. Akko estaba perdidamente enamorada de ella, no había otra frase para expresarlo. Pero lo que la rubia tenía de inteligente, también lo tenía de lenta. Había tratado de confesarse millones de veces, acabando todas en resultados nefastos. Diana parecía no captar las indirecta que le mandaba, y eso la lastimaba.
Venga ya, si hasta le había dicho directamente que le gustaba, pero ella solo le había respondido con un "No bromees con ese tipo de cosas". Curiosamente, le recordaba a un anime que recientemente había visto...¿cómo era su nombre?...Ah si, Lovely complex.
-Nee, Amanda-Akko murmuró-¡Diana 馬鹿!
-Si, si, ya me he enterado. Ya sé que es una idiota.
Amanda no estaba acostumbrada a lidiar con una Akko borracha, y por lo visto, tampoco preparada. Cualquiera la aguantaba en ese estado.
La pelirroja había sido testigo del cambio de personalidad que había tenido recientemente su amiga. Estaba callada la mayor parte del tiempo, e inclusive, empezaba a quedarse en la biblioteca estudiando hasta tarde. Esto último no habría sido tan malo, de no ser porque empezaba a aislarse de los demás. Así que Amanda, como armas de tomar que era, acabó arrastrandola a una fiesta cualquiera, con la esperanza de que la animaría un poco. Quizás se había animado más de lo necesario. Ahora, tenía que afrontar las consecuencias y hacerse cargo.
Iba pasando cerca del pasillo que llevaba a las habitaciones, cuando vislumbró una luz.
Joder.
Se le había olvidado por completo que siempre había alguien vigilando a altas horas de la noche, por si bien alguien atacaba la academia, o algun dúo de idiotas,-como ellas-decidía irse sin avisar ni explicar nada. Trató de ir hacía atrás, pero el alcohol se hizo una mala jugada en su cabeza, y cayó estrepitosamente al suelo, tirando así también a Akko, que quedó sentada en el gélido suelo.
-¿Quién anda ahí?
La que faltaba. ¿Es que no tenía otra cosa que hacer? No sé, era joven, y siendo un viernes a las cuatro de la mañana tendría planes. O quizás no, y los pensamientos de Amanda estaban tan liosos que trataba de dar explicaciones a cualquier cosa que no le cuadrase. Fuese como fuese, la maldita rubia estaba siempre ahí. ¿Tal vez sea una especie de don? Adivinar dónde se encuentran aquellos que inflingen las normas. Que miedo. Tiemble maestra Finnelan. Amanda se rió de su propio chiste.
No se movió. Ya no tenía caso hacerlo. Esperó a que la rubia hiciera acto de presencia. Los sonidos de sus pasos eran lentos y tortuosos. Le sacaba de quicio.
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Diakko one-shots💫
Fanfiction⚠️ contiene smut Lo que se me ocurre de vez en cuando y ya